El desinterés de los turistas europeos por Cuba explica el estancamiento del sector

Madrid/Dispuesto a ser el ministro que tropieza dos veces seguidas con la misma piedra, Juan Carlos García Granda, titular de Turismo, dijo este miércoles, tras anunciar que la Isla cerró el primer cuatrimestre superando el millón de visitantes extranjeros que, "pese a los obstáculos, no se va a renunciar a la meta de alcanzar los 3,5 millones de vacacionistas foráneos propuestos para el año".

La frase recordó mucho a la que pronunció justo doce meses antes, también en la Feria Internacional de Turismo (FitCuba), cuando señaló: "Nuestro país no renuncia a la meta de acoger este año dos millones y medio de visitantes, una tarea difícil, pero no imposible".

En aquella ocasión su optimismo fue aún mayor, ya que la Isla había recibido tan solo el 18% de las aspiraciones totales (450.000 viajeros extranjeros hasta mayo), y el tiempo acabó demostrando que el año cerró muy por debajo del objetivo, con menos de 1,7 millones de turistas. Este miércoles, el dato de los primeros cuatro meses, que corresponden a la temporada alta del turismo en el Caribe, alcanzó apenas el 28,5% de la meta anual y las estadísticas deberían hacer que el Gobierno se replanteara sus previsiones para evitar las rectificaciones in extremis de 2022.

"Debería producirse una rectificación de la meta oficial de 3,5 millones de turistas en 2023 durante la Feria Internacional de Turismo de Cuba que comienza el 1 de mayo"

"Debería producirse una rectificación de la meta oficial de 3,5 millones de turistas en 2023 durante la Feria Internacional de Turismo de Cuba que comienza el 1 de mayo. Los decepcionantes datos del primer trimestre parecen indicar el naufragio de ese objetivo inicial", avisaba –en vano– el economista cubano Pedro Monreal el pasado 25 de abril, tras conocerse las cifras de los tres primeros meses del año.

Hasta marzo incluido habían llegado a la Isla 752.459 turistas, de lo que se deduce que en abril se sumaron unos 250.000 para cuadrar los datos adelantados ayer por García Granda, la peor cifra de la serie histórica desde 2014 si se excluyen los años de la pandemia. Esa vez, por ese período, vinieron a Cuba cerca de 288.000 turistas y la cantidad fue en ascenso hasta su techo, en 2019, con 458.104. En el acumulado tampoco hay muchas alegrías.

En 2014, el primer cuatrimestre del año se cerró con 1.285.824 turistas, mientras que a final de año se lograron 3.013.584. El período que más se aproxima al cálculo de las autoridades para 2023 es 2015, cuando Cuba atrajo a 3.540.175 viajeros extranjeros. Al finalizar ese abril, la Isla ya había conseguido 1.471.814, es decir, el 41,5% del total. Este año, en igual fecha, tiene 13 puntos menos para lograr idéntico objetivo.

"Nos hubiera gustado", alegó García Granda –en vez de "hubiéramos necesitado"–, "tener 1,2 o 1,4 millones a estas alturas, pero fue un invierno en el cual pudimos hacer un buen trabajo en Canadá, y los resultados están, solo nos queda trabajar con el resto de los emisores". Lo que el ministro de Turismo señaló como una buena noticia no lo era en absoluto.

La dependencia del mercado canadiense ha pasado del 33,7% del total en el primer trimestre de 2019 al 51,1% en el mismo plazo del año en curso. Monreal lo define como un "preocupante empobrecimiento de la diversidad de las fuentes".

Cuba ha perdido una importantísima cuota de turismo europeo y, si no sabe cómo recuperarlo, puede que sea porque su diagnóstico del problema es erróneo. El ministro explicó este miércoles que la caída se debe "a la crisis económica, al conflicto en Ucrania, al incremento del costo del combustible y al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el Gobierno de Estados Unidos a Cuba".

El embajador de Moscú en República Dominicana situó en más de 300.000 los turistas rusos que visitaron ese país desde la reapertura de fronteras en agosto de 2021

De sus palabras, que no especificaban los orígenes afectados, se deduce –de la mención a la invasión en Ucrania– que la referencia servía tanto para los rusos como para los países de Europa occidental. En el caso de Rusia, que ha dejado de ser un mercado en plena expansión para el turismo cubano desde la pandemia, las causas hay que buscarlas en una razón mayor que la guerra.

A principios de marzo, el embajador de Moscú en República Dominicana situó en más de 300.000 los turistas rusos que visitaron ese país desde la reapertura de fronteras en agosto de 2021. "Incluso a pesar de que los vuelos directos entre nuestros países dejaron de operar", subrayó. En el mismo tiempo, a Cuba han llegado en torno a los 118.000 (unos 54.000 en 2022 y poco más de 32.000 en lo que va de año, misma cifra aproximada que en los últimos meses de 2021).

En lo que respecta a los países de Europa occidental, ninguno de los elementos mencionados por García Granda le afectan a excepción de uno, las dificultades derivadas de de la inclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo. A consecuencia de esa medida, a los viajeros que quieran ir a EE UU y proceden de países que estaban exentos de visado –llegaban gracias al Esta, un documento de trámite rápido y económico–, se les requiere visa.

No parece, sin embargo, que los europeos se sientan persuadidos de ir a Cuba por el mero hecho de necesitar un trámite adicional si quieren viajar después a EE UU, un dato que, de hecho, la mayoría ignora.

FitCuba, que ayer dejó la nota exótica al nombrar Embajador Promocional en China de la campaña Cuba Única al bailarín de salsa Huo Yaofei, cierra este viernes

A pesar de la crisis del turismo cubano, que comenzó ya antes de la pandemia, lo que no se ha detenido son las inversiones en la construcción de hoteles, que no se llenan ni de una manera remotamente razonable. La ocupación ascendió apenas al 15% el pasado año y, aunque este se prevé mejor, las autoridades siguen sin centrarse en poner el dinero donde es más necesario.

La crisis del combustible, las infinitas horas sin luz que han afectado incluso a grandes hoteles con enormes generadores, la falta de alimentos y bebidas, y los cierres de establecimientos gastronómicos no son lo más atractivo a la hora de elegir destino turístico, incluso aunque se ignore, como es frecuente en el sector, la situación de los derechos humanos.

FitCuba, que ayer dejó la nota exótica al nombrar Embajador Promocional en China de la campaña Cuba Única al bailarín de salsa Huo Yaofei, cierra este viernes, pero aún queda por contar lo que pueda salir de la convención organizada por el grupo de gestores de viaje vasco DIT Gestión y la participación de los agentes de viaje extranjeros en el evento del Primero de Mayo, pospuesto esta vez al 5.

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