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Se disparan las importaciones de aparatos eléctricos desde Cuba pese a los apagones

Hasta abril de este año, Cuba había importado 1,8 millones de electrodomésticos

Las autoridades reconocen que este año han importado más los privados que las empresas estatales / 14ymedio
14ymedio

31 de mayo 2024 - 20:28

La Habana/Al Gobierno cubano le preocupa que la importación de electrodomésticos aumente la demanda de energía y, por tanto, los apagones, a los que ni siquiera pueden ponerle coto en la situación actual. Por ello ha decidido establecer “requerimientos” para las importaciones por particulares de equipos de refrigeración, clima y cocción –los que más consumen– para que “no complejicen aún más la situación del SEN [Sistema Eléctrico Nacional]”.

Una nota publicada por Cubadebate este viernes asegura que la importación de electrodomésticos se ha disparado en los últimos años. Según Joel Enrique Trincado, directivo de la Oficina Nacional para el Control del Uso Racional de la Energía (Onure), en 2022 Cuba importó cerca de tres millones de estos equipos, de los que el 53% fueron sistemas de iluminación y el 23% dedicados a la cocción (ollas multipropósito, arroceras, entre otros). El 10% eran equipos de clima y refrigeración (como aires acondicionados y neveras), que fueron adquiridos por empresas en un 92% de los casos.

El año pasado, sin embargo, la importación “descendió ligeramente”, asegura el medio oficialista, con 1,8 millones de equipos, de los que la mitad fueron de iluminación, entre ellos lámparas recargables, indispensables ante los apagones que sufre el país. Ni el medio ni el directivo se atrevieron a dar sus hipótesis sobre la caída de casi 200.000 equipos. Sin embargo, es probable que el éxodo masivo que ha sufrido el país en los últimos tres años tenga algo que ver.

El directivo evitó mencionar, no obstante, una cifra clave: las importaciones de estos equipos en 2020 y 2021

Para 2024, las cifras prometen un aumento. “En lo que va de año (cierre de abril) se han importado 1,8 millones de equipos. El 46% son de iluminación. Igualmente, ha aumentado la importación de equipos de cocción de alimentos y de refrigeración como neveras, congeladores verticales u horizontales, con una tendencia creciente en las formas de gestión no estatal”, explicó Trincado.

El directivo evitó mencionar, no obstante, una cifra clave: las importaciones de estos equipos en 2020 y 2021 –año en que aparecieron las pymes– y que revelaría la verdadera diferencia entre las importaciones que hace el Estado y sus empresas de estos equipos y las que hace el sector privado. No obstante, Trincado reconoció que “este año han importado más las formas de gestión no estatal que las estatales”.

La compra en masa de estos “equipos de uso final de la energía”, como los denomina el oficialismo debido a que terminarán enchufados a la red nacional, por parte de negocios supone un peligro a la vista de las autoridades. El SEN, como declaran abiertamente, no da más, por lo que el Gobierno se ha encargado de estipular normas minuciosas para controlar a las empresas privadas, y a las que los particulares no están sometidas por el momento. 

“Muchas de estas normas están encaminadas a proteger los sistemas eléctricos, con base en las capacidades de generación y el consumo, para lograr un equilibrio entre ambos”, dijo el directivo. Además de las regulaciones estándar de “tropicalización” –que los equipos puedan funcionar en las condiciones climáticas de humedad, temperatura y salinidad de la Isla–, estos deben además contribuir “a conservar la estabilidad del Sistema Electroenergético Nacional” y ser importadas por entidades aprobadas por el Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera. Aunque la regulación parece lógica, la incapacidad del país para aumentar la generación conforme aumenta la demanda supone una limitante en la importación de estos equipos.

En los últimos años, por ejemplo, el consumo anual per cápita de electricidad ha disminuido en la Isla según los datos ofrecidos por el diario económico español Expansión. Las razones, dentro de las que podrían contarse la emigración o el mal estado de las termoeléctricas y la infraestructura eléctrica, se deben en gran parte al paro de numerosas empresas estatales afectadas por la profunda crisis económica que vive el país. En 2018, el índice fue de 1.550 kilovatios hora (kWh) por persona, pero cayó hasta 1.293,4 en 2022, último dato disponible.

En los últimos años, por ejemplo, el consumo anual per cápita de electricidad ha disminuido en la Isla

A nivel nacional, la Isla también consume poco en comparación con países desarrollados como España, que tiene un consumo anual per cápita cuatro veces mayor, de 5.035 kWh. Incluso a nivel regional el índice sigue siendo bajo si se considera el de países como República Dominicana (1.716,8), México (2.343,8) o Venezuela (2.013,1) en el mismo año. Sin embargo, esta diferencia se debe a la situación calamitosa de la industria cubana y no refleja el consumo real de los particulares, que se asemeja probablemente al de los otros países de la región.

La campaña del Gobierno se ha enfocado en remarcar el “despilfarro” de la población. En 2020, un artículo publicado por Granma, en el que se entrevista a las autoridades de la Empresa Eléctrica explicaron que como promedio un hogar cubano consumía mensualmente 185 kWh, o 6,16 por día. Cada uno de esos kWh, resaltaban, le costaba al Estado 3,61 pesos producirlo. Desde entonces el consumo es menor, como pedían las autoridades, pero la inflación se ha disparado y, contrario a lo que prometía el artículo, las tarifas eléctricas también.

Como resultado, se regulan equipos de uso común como “ollas arroceras y reinas, hornos microondas y eléctricos, sandwicheras, tostadoras y otros electrodomésticos como lavadoras y ventiladores”. Las luces incandescentes, por otro lado, están vetadas por completo, “debido al alto consumo energético”.  

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