La Zona de Mariel sigue estancada, con inversiones muy por debajo de las previsiones oficiales

Madrid/A tres meses de cumplir ocho años, la Zona Especial de Desarrollo de Mariel (ZEDM) ha captado en total 2.736 millones de dólares, poco más de lo que se preveía para cada año. A estas alturas, si los cálculos del Gobierno cubano no hubieran fallado, el complejo empresarial debería haber reunido casi 20.000 millones, a razón de 2.500 anuales.

Las autoridades, paradójicamente, lo consideran un éxito. Yunet Medina Delgado, directora de Divisas y Comercio Exterior del Ministerio de Economía y Planificación, ha ofrecido una entrevista publicada este miércoles por la Agencia Cubana de Noticias (ACN) en la que considera la ZEDM una fuente importante de captación de divisas y recuerda que uno de sus objetivos para este año es aumentar las ventas de empresas cubanas a las que se ubican en este enclave.

En la ZEDM hay, actualmente, 55 negocios aprobados (aunque una gran parte de ellos aún no se ha establecido) procedentes de 21 países, además de 11 multinacionales. El dato es apenas un pequeño crecimiento respecto a 2019, cuando se conoció la primera inversión alemana, a través de una empresa de válvulas, que constituía el negocio número 48 de los autorizados.

Medina Delgado subraya que, para las entidades cubanas, comerciar con las que están instaladas en la ZEDM se hace en moneda libremente convertible y es "ventajoso" para inyectar liquidez

No obstante, sí supone una mejora respecto a las previsiones del economista cubano afincado en Miami Emilio Morales, que aseguró en una conferencia que la ZEDM estaba paralizada desde 2018, con 33 proyectos en marcha.

Medina Delgado subraya que, para las entidades cubanas, comerciar con las que están instaladas en la ZEDM se hace en moneda libremente convertible y es "ventajoso" para inyectar liquidez en la economía nacional.

La directiva apuesta por seguir ampliando y diversificando las actividades para que la economía cubana entre en mercados en los que no tiene presencia.

Según los datos ofrecidos por la funcionaria, que ya se conocían de años anteriores, la mayoría de las empresas que se han instalado pertenece a las industrias alimentaria, ligera y siderúrgica, la construcción, la electrónica, la logística, la energía y las ramas financiera y bancaria.

Medina Delgado comenta el curioso caso de Brascuba S.A., que ha solicitado ampliar su fábrica de cigarros en Cuba, ya de por sí una de las más grandes. Según la funcionaria, la empresa puede ayudar a combatir la escasez de tabaco en la Isla -un producto que ha vuelto a la cartilla en los últimos meses-, pero que se ve obligada a importar la materia prima ya que en la Isla no se cultiva suficiente tabaco rubio. Por eso, añadió, "también es una aspiración de nuestra economía suministrar materias primas a la mayor cantidad de usuarios y concesionarios de la Zona".

La funcionaria dice que hay ya numerosos productos fabricados en la ZEDM que se venden en los comercios, ya sea en moneda nacional o MLC. Sin embargo, entre los que cita, hay algunos, precisamente, que se echan en falta. Es el caso de los pañales y las almohadillas sanitarias de la vietnamita Thai-binh-global. Además, nombró a la mexicana de carne molida Richmeat de Cuba S.A. y otras como Unilever Suchel S.A. (de artículos de limpieza y aseo), Bouygues Construcción Cuba S.A. (de ingeniería y construcción), Devox Caribe S.A. (pinturas), China Communications Construction (Servicios de ingeniería y construcción), y BDC TEC S.A. (electrónica).

Por la parte cubana, entre tanto, algunas empresas, como la de conservas vegetales, la pesquera de Camagüey o Lácteos Bayamo, han podido vender sus productos como materia prima a las asentadas en la ZEDM. Con todo, lo que más proporciona Cuba es fuerza de trabajo, a través de cinco agencias empleadoras que pagan en pesos.

El pasado diciembre Raúl Castro, Miguel Díaz-Canel y Manuel Marrero visitaron el área y se mostraron también satisfechos del "impacto económico" que "se va notando "en las entidades cubanas que comercializan allí sus productos, ya que les hace retener "parte de la liquidez para su desarrollo propio". El declive progresivo de la economía y las finanzas cubanas que ha seguido a esa declaración no permite darla por muy acertada.

Se desconoce si allí se ubicará también Fuego Enterprises Inc., propiedad del cubanoamericano Hugo Cancio, que recibió autorización la pasada semana para inscribirse en el Registro Nacional

La ZEDM ocupa un área de 465,4 kilómetros cuadrados en un punto de importancia estratégica para el tráfico marítimo por su ubicación geográfica en torno a Mariel, uno de los principales puertos en la costa norte de Cuba. Su año más brillante fue 2018, cuando consiguió captar más de 481 millones de dólares, su máximo histórico.

Se desconoce si allí se ubicará también Fuego Enterprises Inc., propiedad del cubanoamericano Hugo Cancio, que recibió autorización la pasada semana para inscribirse en el Registro Nacional de Representaciones Comerciales Extranjeras.

La compañía estadounidense comercializará en la Isla "productos agroalimentarios, artesanales y bienes de consumo", aunque la licencia obtenida no le autoriza a "importar y exportar directamente con carácter comercial; realizar el comercio mayorista y minorista en general de productos y servicios, excepto los servicios de posventa y garantía, expresamente acordados en los contratos que amparan las operaciones de comercio internacional; ni distribuir y transportar mercancías en el territorio nacional".

"Los proyectos van desde las inversiones en las cadenas productivas para producir alimentos (en el sector privado y cooperativo) hasta la importación de alimentos, tecnología agropecuaria y materia prima", dijo Cancio a OnCuba, medio de su propiedad. "La apertura de la economía cubana y la posibilidad de participación en ella para los cubanos que no vivimos en la Isla, deben traducirse en acciones concretas, me alegro mucho de que haya una nueva puerta abierta, un nuevo camino por andar".

El editor y empresario, exiliado en EE UU durante el éxodo del Mariel, en 1980, es uno de los cubanoamericanos más activos en la reivindicación de un cambio en la política de Washington hacia La Habana. Gran defensor del fin del embargo, Cancio tiene diversos negocios en el ámbito de los viajes, las comunicaciones y las contrataciones de artistas en Cuba.

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