La falta de financiación y seguridad jurídica retrasan las energías renovables
Un seminario hispano-cubano analizó la situación dentro del Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación UE-Cuba firmado en 2016
La Habana/Muy a tono con la crisis energética que vive actualmente la Isla, un seminario hispano-cubano organizado en Madrid por el Real Instituto Elcano ha analizado el papel de las energías renovables dentro del Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación UE-Cuba firmado en 2016.
La debilidad energética de Cuba en los últimos sesenta años se ha puesto de manifiesto en dos ocasiones que coinciden con el colapso de sus socios, la Unión Soviética en los años 90 y Venezuela ahora. Los apagones de los últimos días, que recuerdan a los tiempos del Período Especial aunque el Gobierno los atribuya a averías, son la más reciente muestra de que la dependencia de La Habana de otros países supone un severo problema no solo para la población, sino para el conjunto de la economía, pues afecta a sectores estratégicos como la Sanidad y la industria.
Para aliviar la crisis energética, el Gobierno se propuso en los últimos años recurrir a la explotación de sus propios recursos e impulsar las energías renovables, un sector que tendría visos de prosperar si no fuera por el eterno problema de la inseguridad jurídica que existe para la inversión extranjera.
En el encuentro del pasado 26 de junio en el centro de estudio español se concluyó que el despegue de las renovables está siendo lastrado por la financiación, ya que la inversión extranjera afronta varios riesgos, entre ellos el impago, la doble moneda, la falta de transparencia, la ausencia de un marco regulatorio claro con supervisión profesional e independiente, y la carencia de garantías y de mecanismos fiables de mediación.
En la reunión se constató que en 2018 el 96,5% de la energía primaria cubana procedía del petróleo, por lo que los objetivos del Gobierno para 2020 en materia de energías renovables están muy lejos de cumplirse. En cuanto a la previsión para 2030, si las autoridades pretenden cumplir, se debería atraer unos 4.000 millones de euros para instalar más de 2.000 MW de fuentes renovables.
Gonzalo Escribano, director del Programa de Energía y Cambio Climático, explicó los pormenores del encuentro y sus conclusiones en el blog del Real Instituto Elcano, donde dio cuenta de los recursos renovables que pretende explotar Cuba.
El experto indicó que, aunque hay sobrados recursos solares y eólicos, "destaca el potencial de la biomasa, que se pretende explotar con la construcción de 25 nuevas grandes plantas bioeléctricas y más de 500, más pequeñas, de biogás. El potencial de la biomasa procede del bagazo, un residuo de la caña de azúcar; y del marabú (...). En consecuencia, la biomasa, a pesar de no evitar las emisiones de efecto invernadero, sí tiene otras externalidades ambientales positivas, como la complementariedad con el cultivo de la caña de azúcar y el control de una especie invasora".
En los últimos años Cuba ha firmado varios acuerdos con países como Rusia o Argelia para paliar la emergencia energética por la debacle venezolana, pero el costo de las importaciones es una carga que la Plaza de la Revolución no puede permitirse ni en las ventajosas condiciones que los aliados le proporcionan.
El Acuerdo con la UE busca promover el desarrollo sostenible inclusivo y la Agenda 2030 mediante diferentes modalidades de cooperación, como la asistencia técnica y financiera, la cooperación científica y tecnológica, o la participación de Cuba en los programas europeos relacionados para desarrollar las capacidades de transferencia tecnológica y de gestión del sector eléctrico, mejorar su funcionamiento y generar oportunidades de inversión. Pero, según los expertos, los objetivos alcanzados son pobres hasta la fecha y, si nada cambia, seguirán sin lograrse.
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