Gaesa usó la ley de 'mipymes' para acabar con la competencia de los emprendedores cubanos
Cuba Siglo 21 publica un informe elaborado por el economista Emilio Morales sobre la asfixia del cuentapropismo a partir de 2016
Madrid/El Grupo de Administración Empresarial S.A. (Gaesa), el todopoderoso conglomerado perteneciente a las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), lleva ahogando deliberadamente el sector privado en Cuba desde 2016, y la ley de mipymes (micro, pequeñas y medianas empresas), promulgada en 2021, solo sería una "falsa apertura" para atraer inversión extranjera y facilitar un nuevo acercamiento con Estados Unidos, un "deshielo 2.0".
Esas son las principales conclusiones de un informe hecho público este lunes por la organización Cuba Siglo 21, firmado por el economista y consultor cubano Emilio Morales, fundador de Havana Consulting Group, y realizado con la ayuda del Observatorio Cubano de Auditoría Ciudadana y de periodistas independientes de la Isla.
Con el título El emprendimiento en Cuba asfixiado por Gaesa, la investigación muestra cómo, tras la apertura económica iniciada en la Isla en 2011, cuando Fidel Castro se había retirado del poder y gobernaba su hermano Raúl, el sector privado tuvo un auge sin precedentes entre 2013 y 2016.
Fue en ese momento, aún en medio del deshielo entre Cuba y Estados Unidos encabezado por el presidente Barack Obama, que Gaesa, en ese entonces presidido por el ex yerno de Raúl Castro, Luis Alberto Rodríguez López-Calleja –falleció en La Habana el 1 de julio de 2022–, comenzó lo que la organización con sede en Miami llama "ofensiva despiadada" para "detener el mayor movimiento de emprendimiento ciudadano ocurrido en las últimas décadas".
La investigación muestra cómo, tras la apertura económica iniciada en la Isla en 2011, el sector privado tuvo un auge sin precedentes entre 2013 y 2016
"La pujanza y la fuerza alcanzada por el movimiento de emprendedores, nacido al calor de las reformas implementadas en 2011 y el impacto del deshielo era tan fuerte, que aun con las limitaciones con las que fue permitido, daba muestras de que en el período 2010-2016 se había producido un verdadero boom del sector no estatal en toda la Isla, el cual estaba dando surgimiento a una poderosa clase media", dice el texto, que destaca que "el mercado mostraba la creación y consolidación de un tejido empresarial muy exitoso conformado de miles de negocios en diversas modalidades, la mayoría de ellos con su propia marca".
Así las cosas, prosigue el informe, Gaesa "comenzó a resentir la fuerte competencia proveniente del sector de los emprendedores", por ejemplo en el sector turístico. En tan solo siete años, la capacidad de hospedaje de los privados creció 268% frente al "pobre crecimiento" del 3% del sector estatal. "El CEO de Gaesa [López-Calleja] comprendió que la situación se estaba yendo fuera de control y de forma acelerada, por lo que había que parar tajantemente este movimiento de emprendimiento ciudadano", asevera el texto.
A partir de 2016, recuerda el documento, "no se emitieron más licencias para ejercer el trabajo por cuenta propia, también se detuvo la creación de nuevas CNA [cooperativas no agropecuarias], eliminándose incluso varias de ellas y limitando el radio de acción a las que quedaban". En los años sucesivos, el régimen siguió imponiendo penalidades al sector privado, entre ellas la disminución del número de modalidades para ejercer el trabajo por cuenta propia, que el salario máximo no pudiera exceder en más de tres veces al salario mínimo, que solamente se pudiera tener una licencia para ejercer el trabajo por cuenta propia o subir los impuestos.
"Bajo estas condiciones los emprendedores vieron agotadas la posibilidad de invertir en su propio país, por lo que comenzó un fuerte movimiento para exportar el capital y salir a buscar nuevas oportunidades de inversión en el exterior", detalla el informe. "Al mismo tiempo se incrementó el negocio de la compra de mercancía en el exterior para importarla y revenderla en el mercado informal. Esto generó que el volumen de dólares que salía del país de la mano de los emprendedores era superior al volumen que el Gobierno atraía como inversión extranjera".
La devaluación que se produjo del CUC, que comenzó a cotizarse en el mercado informal en 50 pesos, generó que la gente prefiriera comprar los CUC 'por la izquierda'
La devaluación que se produjo del CUC, que comenzó a cotizarse en el mercado informal en 50 pesos, generó que la gente prefiriera comprar los CUC por la izquierda antes que en las casas de cambio (Cadeca) o los bancos, donde daban 25 pesos por CUC. Esto, asevera el documento, "trajo fuertes pérdidas para Gaesa, al agotarse más rápido los inventarios de sus tiendas y al recaudar CUC y no dólares" y "significó que se quedaran sin liquidez para pagar las deudas con los proveedores, muchos de los cuales ya no venderían más productos a la Isla".
Ante esta realidad, en la segunda mitad de 2019, el Gobierno de Miguel Díaz-Canel anunció dos medidas que "lejos de lograr el efecto de aliviar la crisis financiera del país, lo encaminó velozmente hacia una ola inflacionaria": el aumento salarial sin respaldo productivo y el control de precios tanto en el sector estatal como en el privado. Y sentencia el texto: "Esta situación puso al país a las puertas de un polvorín inflacionario".
Para combatir el problema, el Estado no hizo otra cosa que comenzar un proceso de dolarización de la economía que agudizó todavía más los problemas. La pandemia de covid-19, tras la que constantemente se escuda el Gobierno cubano junto al bloqueo de EE UU para justificar la crisis, solamente puso la "lápida" sobre la economía de la Isla, en palabras del informe.
¿Por qué crear una nueva categoría de emprendedores, las mipymes, en lugar de consolidar a los negocios que ya tenían licencia para el trabajo por cuenta propia (TCP), "permitiéndoles ejercer el derecho a registrar sus negocios como propiedad con personalidad jurídica, a exportar e importar de manera directa e incluso a recibir inversiones desde EE UU ya que siendo genuinamente privadas y autónomas del Estado podrían ser exceptuadas de la Ley Helms Burton"?, se pregunta en el informe. "Muy sencillo", se responde: "Con las mipymes no se desea fortalecer al emprendedor privado sino crear artificialmente una clase media dependiente de Gaesa y cuyos 'propietarios' sean elegidos entre familiares menos afortunados de los oligarcas, represores en retiro y miembros de las brigadas paramilitares de respuesta rápida". Una apertura, en suma, más a la rusa que a la vietnamita o incluso a la china.
Esta sería una supuesta clase media emprendedora, "con el discreto capital de la oligarquía y sus empresas fantasmas", argumenta el dossier, que los propios "agentes de influencia" de Cuba en EE UU intentarían promocionar y vender a la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro como "cuentapropistas y emprendedores privados legítimos" para que les permitieran transacciones comerciales, financieras y crediticias con EE UU y la Unión Europea. Al respecto, ponen como ejemplo la misteriosa financiera Orbit, que ya trabaja con Western Union en la reanudación de las remesas a Cuba.
La fuerza de los argumentos del informe de Morales reside en los datos. Las 6.161 mipymes registradas en la Isla a principios de 2023 representan tan solo el 1% de la cifra de emprendedores que había en 2016.
En aquel año, destaca Cuba Siglo 21, había más de 500.000 cubanos con licencia de trabajo por cuenta propia, que en total generaban más de 3.000 millones de dólares
En aquel año, destaca Cuba Siglo 21, había más de 500.000 cubanos con licencia de trabajo por cuenta propia, que en total generaban más de 3.000 millones de dólares. La debacle fue progresiva: "La retranca a las reformas en 2016 sacó del mercado unos 80.000 cuentapropistas. Posteriormente la pandemia y la Tarea de Ordenamiento monetario hicieron que más de 139.000 emprendedores entregaran la licencia o cerraran sus negocios. El país ha perdido dos tercios de esta fuerza laboral porque el Estado, que ahora se vanagloria de crear unas mipymes que no representan el 1% de aquellos negocios, aplicó desde entonces políticas deliberadas para reprimirlas por medio fiscales y policiacos (los más exitosos a menudo terminaban en la cárcel). Una parte considerable ha emigrado convencida de que no hay futuro".
Contra la posibilidad de lo que llama "deshielo 2.0", el informe alega, además, que del acercamiento de la Administración de Obama con la Isla solo se benefició la "oligarquía" del régimen, al serle condonados 42.000 millones de dólares de su deuda externa, obtener nuevas líneas de créditos, incrementar el flujo turístico, usar los recursos para construir hoteles y adquirir equipos para la represión.
"Pretender trazar una política de engagement con el objetivo de empoderar al pueblo cubano tratando de potenciar un sector privado que no existe es reiterar los errores del primer deshielo", sentencia Cuba Siglo 21, pues "se hicieron concesiones sin reclamarse las que debía materializar, primero o de forma paralela, el lado cubano".
El informe concluye: "Si algo han demostrado la dictadura cubana en la Isla y los exiliados cubanos en el mundo, es que sin libertad no hay progreso".
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