Los hoteles en Cuba se quedaron vacíos en un 77% en 2024
El experto cubano, José Luis Perelló, cree que el Gobierno no tiene “un plan de desarrollo turístico”, sino un “plan de inversión hotelera” enfocado en lo “inmobiliario”
Madrid/La ocupación hotelera cayó en Cuba aún por debajo del dato de 2023, cuando, con un 25%, tres de cada cuatro habitaciones se quedaron vacías. En 2024, el porcentaje bajó hasta el 23%, un número coherente con el desempeño del sector en general, pero aún peor que la cifra de los establecimientos de Meliá, que en su informe empresarial del pasado año reflejaba una caída de tres puntos en ese apartado, hasta el 37%.
El dato aparece en el informe publicado este lunes por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (Onei), que ofrece, como todos los años por estas fechas, un balance más completo de los principales indicadores del turismo. Aunque los más destacados ya se conocían, como la cifra total de visitantes internacionales (2.203.117, un 9,65% menos que en 2023) y el desglose de las nacionalidades de origen más frecuentes, el documento permite observar algunos detalles no poco significativos.
El pasado año no solo se perdieron viajeros, también pernoctaciones. Con 12.831.500 en 2024 frente a los 13.725.120 de 2023, la caída es del 6,5%. El único dato general positivo es el de los ingresos, que subieron un 2,1%, hasta los 120.652 millones de pesos.
El pasado año no solo se perdieron viajeros, también pernoctaciones. Con 12.831.500 en 2024 frente a los 13.725.120 de 2023, la caída es del 6,5%
Aunque no se sabe con qué tasa calculan las autoridades, el pasado año el economista cubano Pedro Monreal estimó que parecía más realista la cifra que salía al aplicar el tipo de 1 dólar por 120 pesos. En este caso, el Gobierno se habría embolsado 1.005,4 millones de dólares brutos a través del turismo, frente a los 984,5 del año precedente –siempre tomando en cuenta esa tasa de cambio–, un aumento poco significativo si se observan la inflación y la depreciación del peso.
Otra pregunta sin respuesta: ¿cuál es el beneficio neto para Cuba después de deducir los gastos para conseguir esos ingresos, sabiendo que casi todo lo que necesitan los hoteles es importado y pagado en divisas.
Esos ingresos se obtuvieron, fundamentalmente, repitiendo el patrón habitual. El 40,4% procede de la gastronomía, que acapara 72.775 millones de pesos, mientras el 27,9% viene de los alojamientos (50.215 millones de pesos). Mucho menos significativo es el peso del transporte y el apartado denominado “otros”, que se llevan aproximadamente un 12% cada uno (poco más de 22.000 millones, respectivamente). Por último, los menos productivos son el comercio minorista, que además retrocede mucho en comparación con el año previo (8.937 millones de pesos frente a 12.971 en 2023) y la recreación, que aporta apenas el 1,9%, 3.470 millones de pesos.
Los informes mensuales del turismo, que la Onei publica de forma periódica, permiten estar atento a la evolución de la procedencia mayoritaria de los turistas. De ahí que sea sobradamente conocida la notoria caída del principal mercado, el canadiense (-8,1%), o el fuerte desplome del gran socio español (-27,1%), así como la decepción que han supuesto los rusos, la gran esperanza del Gobierno y que, pese a los ingentes esfuerzos, apenas subió un 0,5% en 2024.

Sin embargo, este documento permite ver algunas tendencias interesantes. Aunque los volúmenes totales sean menos significativos, hay mercados que muestran un crecimiento cuya evolución habrá que seguir. Es el caso del chino, uno de los más deseados no solo por Cuba, sino por la mayoría de países, conocedores de que los potenciales turistas de ese país son una cantidad ingente y acostumbran a gastar dinero en sus viajes. Por ahora, no son demasiados los que llegan a la Isla, 26.760, pero sí lo son si se compara con los 18.003 del año anterior. El crecimiento es del 48,6%, estimulado por decisiones como la exención de visado, y confirman una tendencia, ya que en 2022 apenas 8.000 chinos escogieron Cuba como destino.
Otros crecimientos relevantes son los de Perú (un 25%, aunque apenas 10.746 viajeros), Portugal (20,3% y 33.745), Turquía (12,7% y 14.898) y Brasil (11,3% y 17.776), además del insignificante 0,8% de México. En el lado opuesto queda, entre las caídas más peculiares, la de Venezuela, que dejó nada más que 13.641 visitantes, un 15.4% menos que el año anterior. El peor desempeño, con diferencia, fue el de un mercado antiguamente fuerte pero que lleva años caído en desgracia, el británico, que aportó 27.192 turistas, un 45,2% menos que en 2023.
Asia queda, en el conjunto, como mayor mercado en crecimiento, al subir más de un 9%, mientras que América y Europa se ubican a un solo punto en su retroceso (pierden cerca del 10% en un año). Oceanía (-25%) y África (-20%) también caen con fuerza, pero la cantidad de turistas es tan irrelevante que su impacto es casi nulo.
En lo que respecta a los cubanos procedentes del exterior, aunque crecen porcentualmente de forma abultada algunos orígenes como Perú (432%), Bolivia (222%), Turquía (211%) e Islas Turcas y Caicos (466%), las cantidades que aportan son pequeñas. Los países de los que proceden de manera destacada los cubanos que regresan de visita a la Isla son EE UU, con 259.258 este 2024 (frente a 320.193 en 2023) y, muy lejos, España, con 12.009, un 10% menos que el año anterior.
El informe permite hacerse una idea del prototipo de turista que llega a Cuba, un perfil que es más femenino entre los 25 y 44 años y al que sigue muy de cerca el bloque de 44 a 59 años, con más hombres en esa franja de edad. Los mayores de 65 también son un público de gran volumen, pero por debajo de los 24, la caída es muy considerable. También los motivos del viaje dejan claro que los esfuerzos del Gobierno por aupar el turismo de negocios y eventos aún son imperceptibles: el 95,5% de los viajeros internacionales llegaron a la Isla de vacaciones y solo el 1% lo hizo por trabajo, mientras apenas 1.506 personas entraron en Cuba para asistir a un evento, el 0,06%.
El informe permite hacerse una idea del prototipo de turista que llega a Cuba, un perfil que es más femenino entre los 25 y 44 años y al que sigue muy de cerca el bloque de 44 a 59 años
Por último, hay un espacio para el turismo nacional, que sí mejoró discretamente con respecto al año precedente. Hubo 1.835.136 cubanos que se animaron a vacacionar en su país, un 12,6% más que el pasado año. Sin embargo, lo hicieron por menos días (5.863.185 pernoctaciones frente a 6.018.631 de 2023), pero los ingresos crecieron hasta los 59.426.235 pesos, con un promedio de 10.135 pesos por persona y día.
En una entrevista publicada este fin de semana por la agencia española EFE, el experto cubano en turismo, José Luis Perelló, calificó la actual de “década perdida” para el sector en la Isla. “Las series históricas del comportamiento turístico de Cuba durante 40-50 años indican que (…) el crecimiento interanual más alto fue del 10,65 %, durante el deshielo, en la apertura con (el presidente estadounidense, Barack) Obama. Partiendo de las últimas cifras (y a ese ritmo), se llegaría al orden de los 4,5 millones en el año 2030”, dijo.
Sin embargo, el “declive” se “acentuó” con la pandemia, pero ya esta industria daba signos de desgaste desde 2018-2019. El Gobierno, en su opinión, no tiene “un plan de desarrollo turístico”, sino un “plan de inversión hotelera” enfocado en lo “inmobiliario”. “Habría que pensar un poco por qué se da eso: que las cadenas extranjeras siguen asumiendo hoteles en Cuba cuando la ocupación es mínima. Habría que enfocarlo en que eso pertenece al sector inmobiliario. No son inversiones de interés turístico sino en activos inmobiliarios. Para ya cotizar en bolsa y que las acciones suban. Es una apuesta inmobiliaria especulativa”, concluye.
Para salvar al sector, en su opinión, se debería apostar por Cuba como multidestino, pero las autoridades van en otra dirección. “Están apuntando al viejo esquema de atraer al turista desde el mercado emisor y eso es difícil”, lamentó.