El huracán Rafael causa graves daños en el enclave económico más importante de Cuba
Televisión Cubana reporta techos levantados, contenedores arrastrados por el vendaval y fábricas inundadas por las lluvias en la ZEDM
La Habana/El enclave económico más importante de la Isla, la Zona Especial de Desarrollo de Mariel (ZEDM), también sufrió devastaciones tras el paso del huracán Rafael por Artemisa, la provincia en la que está situado. En un inusual reportaje sobre un lugar que prefiere mantener fuera de los medios, el régimen ofreció superficialmente algunos datos sobre la magnitud de los daños: techos levantados, contenedores arrastrados por el vendaval y fábricas inundadas por las lluvias son algunos de los destrozos que muestra Televisión Cubana.
Los estragos son, según los describen los reporteros del noticiero, “considerables”. “Los mayores daños se localizan en cubiertas, paredes y fachadas de instalaciones como el parque solar fotovoltaico de Guajaibón y la fábrica de detergentes Suchel TBV, ambas del grupo vietnamita Thai”, aseguran.
La empresa Thai Binh Global Trading Corp. inició operaciones en Cuba hace 26 años y fue una de las primeras en exportar productos a América Latina en rubros de confecciones, calzados, artículos de consumo, alimentos y materiales de construcción. En 2018 se asoció con la cubana Industrias Nexus S.A, que es parte del Grupo Empresarial de la Industria Ligera, y hace apenas un par de años instalaron en Mariel la fábrica mixta de detergente.
Thai Binh es uno de los escasos socios de la Isla que ha decidido asentarse en la ZEDM y producir y comercializar desde territorio cubano sus productos. Tras el paso de Rafael, no obstante, las cosas no pintan bien para la empresa. Según un trabajador de origen vietnamita, los vientos primero “se llevaron una parte del almacén de materias primas y un pedazo del almacén de productos terminados, además del techo”.
Entrevistado también por el noticiero, Tu Tranh, presidente del Grupo Thai Binh, describió otros destrozos en su fábrica. “La fábrica de pañales que está frente a la fábrica de detergente también tiene el mismo daño. En las dos estamos tratando de poner todo nuestro esfuerzo para que se pueda terminar la recuperación dentro de 14 días”.
La fábrica de cigarros Brascuba S.A, sociedad mixta entre la brasileña Souza Cruz y TabaCuba, también sufrió daños importantes en los tejados y almacenes. “Tuvo una de las afectaciones más severas; los daños se localizan en la maquinaria, cubierta y la chimenea de la caldera “, explica el medio. Las imágenes dan cuenta del desastre: no solo las salas de máquinas permanecen mojadas y descubiertas, también las láminas metálicas que componen el techo fueron arrancadas, cayendo tanto en el suelo como encima de otras naves y almacenes.
Robinson Tamayo González, copresidente por la parte cubana, explicó que quedaron descubiertos principalmente “el taller de producción de cigarrillos donde están ubicados todas las máquinas productoras de cigarros. Casi el 40% del techo se levantó con los vientos fuertes. Se produjeron afectaciones, por supuesto, todas las máquinas se mojaron”. El directivo añadió que todo el producto terminado, “alrededor de 400 millones de cigarrillos” se encuentran en buenas condiciones y “se pueden entregar para el consumo a la población”. Sus palabras fueron acompañadas por imágenes de un trabajador paleando lo que parece ser tabaco picado húmedo y arrojándolo desde una escalera al suelo exterior de la fábrica.
Tamayo fue optimista, aunque reconoció que a Brascuba le esperan días “duros” de “evaluación de daños, de recuperación de trabajo en la parte mecánica, la parte electrónica de las máquinas”. Pero, añadió: “Nos vamos a levantar”.
El noticiero advirtió que también existen afectaciones en infraestructuras de la Unión Eléctrica, entre ellas “redes de alta tensión que alimentan la zona”. Aunque subrayó que Esicuba, una empresa de seguros internacionales –responsable de “asegurar al sector empresarial y su patrimonio económico”, según su página web– y la “encargada de resarcir las instalaciones” de la ZEDM, ya está en proceso de cuantificar los daños.
Por el momento, según José Leonardo Sosa, director adjunto de la terminal de contenedores, se reorganizarán las instalaciones para “mantener en una primera etapa la vitalidad operativa de la terminal”. También comenzó la “reanimación” del patio de contenedores para empezar “tan pronto sea posible” la entrega de mercancías y contenedores.
En las imágenes difundidas de Mariel se ve lo que los cubanos no han visto en las calles tras el paso de Rafael. No solo instalaciones siendo reparadas con la máxima rapidez, sino multitud de trabajadores, maquinaria y –se ve claramente en el video, trasladado en un camión cisterna– hasta el escaso combustible.
El reportaje, de poco más de tres minutos, no deja tiempo para que el espectador se familiarice con Mariel ni con las decenas de empresas extranjeras que realizan operaciones en la terminal. Sobre Richmeat, por ejemplo, una compañía cárnica mexicana instalada en la ZEDM, el régimen mantiene el usual secretismo.
La apuesta por atraer inversiones a la Isla en general no ha ido bien en las últimas semanas
La apuesta por atraer inversiones a la Isla en general no ha ido bien en las últimas semanas. No solo el principal puerto quedó arrasado, sino que la Feria Internacional de La Habana (Fihav), con la que el régimen intenta de forma anual congraciarse con nuevos socios económicos, debió ser suspendida tras el paso de Rafael, que causó daños estructurales en el recinto ferial Expocuba, donde se realiza el evento.
Según explicó Oscar Pérez-Oliva Fraga, titular del Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, a los participantes –más de 700 de 63 países–, “nunca antes se había tenido que tomar una decisión de esta magnitud” a pesar de que el evento se celebra en temporada ciclónica. Asimismo, añadió que el Comité Organizador trasladará la fecha de realización a otra etapa del año, aunque este 2024 se pudo poner a salvo el material de los expositores y “hasta el momento no se constatan daños a esos artículos”.
Fundado en enero de 1989, el recinto ferial tiene más de 600.000 metros cuadrados de extensión y decenas de pabellones, entre los que se encuentra el área central, de gigantescas proporciones. Pero los materiales con los que fue construido estaban diseñados para instalaciones temporales.
El espacio, apenas visitado durante el resto del año, solía llenarse durante los meses de verano de gente ansiosa de una oferta recreativa que les permitiera escapar de la bulliciosa ciudad. Ahora, entre la extinción del transporte público, la desaparición del combustible y la escasa oferta recreativa, apenas unos pocos se acercan todavía a Expocuba.