El impuesto del 10% sobre los alimentos afecta a los cubanos con menos ingresos
Los economistas desaconsejan el incremento de gastos que recaen sobre el consumo en un contexto de inflación
Madrid/El Gobierno cubano prorrogó la aplicación del impuesto de un 10% sobre las ventas agropecuarias minoristas, pese al actual contexto económico marcado por una inflación desbocada, que alcanzó el 70% en 2021.
Según la resolución, publicada el viernes en la Gaceta Oficial, el impuesto se cobrará a quienes comercialicen estos productos en "mercados agropecuarios; puntos de ventas pertenecientes a cooperativas de créditos y servicios; cooperativas de producción agropecuaria u otras formas de producción, incluidos los productores individuales; en ferias u otros eventos expresamente autorizados y en las unidades de comercio minorista autorizadas a adquirir y comercializar productos agropecuarios".
Para quienes venden en zonas donde las administraciones tienen topados los precios o estos están centralizados, el gravamen tiene una bonificación de la mitad y se pagará el 5%, mientras quedan exentos del pago los productos normados que están destinados a dietas médicas, cuyos precios establece el Ministerio de Finanzas y Precios.
"El impuesto sobre las ventas minoristas agropecuarias se aplicó en 2021. No se conoce evidencia de algún posible efecto positivo entonces. No queda clara su repetición en el actual entorno inflacionario de 2022", considera el economista cubano Pedro Monreal.
El gravamen, además, es regresivo, ya que no importa cuánto se ingrese, el porcentaje a pagar es el mismo, por lo que repercute más en quienes menos tienen
El experto ha apuntado en su cuenta de Twitter dos efectos que considera probables efectos, una subida de los precios en los alimentos, para compensar el pago del impuesto y un aumento de la desigualdad, ya que los "hogares con menores ingresos gastan en comida un porcentaje relativamente más alto de sus recursos".
El gravamen, además, es regresivo, ya que no importa cuánto se ingrese, el porcentaje a pagar es el mismo, por lo que repercute más en quienes menos tienen.
"Gravar los precios en contexto de inflación creciente es echar gasolina al fuego, porque esos aumentos de impuestos se pagan en forma de precios más elevados por los consumidores o se absorben por los vendedores (en cuyo caso, pierden dinero, lo que no parece razonable). En un caso o en otro, la inflación subirá", considera al respecto el economista cubano residente en España Elías Amor.
A juicio del especialista, en este momento sería más adecuado dejarlo en cero de manera temporal a la espera de que la inflación se reduzca.
La resolución también señala el cobro de un 1% sobre el total de las ventas para la entidad que opera las instalaciones y que no se aplica a otros puntos de venta, incluidos los productores individuales. Elías Amor destaca que esto será tenido en cuenta por los comerciantes, que se desplazarán allí donde puedan ahorrar ese gasto mayor. Las entidades pagan a su vez un impuesto a las del Ministerio de Agricultura o Azcuba que administren el mercado.
Según las cifras oficiales, la inflación minorista superó el 70% en 2021, aunque la del mercado informal es aún mucho más elevada. Este impuesto está previsto para cuando el Gobierno estime que las "circunstancias económicas y sociales así lo aconsejen", pero según Elías Amor "nadie, en un contexto de inflación elevada, incrementaría los impuestos que recaen sobre el gasto de consumo".
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