La instalación del banco ruso Novikombank en Cuba busca esquivar las sanciones de EE UU

La Habana/“Desarrollar una infraestructura financiera independiente”, capaz de esquivar las sanciones de Estados Unidos, es el principal propósito de Novikombank, el primer banco ruso en la Isla. Así lo declaró Serguei Baldin, jefe de la oficina comercial rusa en La Habana, que presentó los objetivos del banco durante su ceremonia de inauguración el pasado jueves en el hotel Meliá Cohiba.

“La presencia aquí de Novikombank ofrece esperanzas para cumplir proyectos de desarrollo e inversiones en varias esferas en el futuro y ofrece confianza al empresariado ruso para operar en Cuba”, dijo el funcionario frente a una comitiva de empresarios invitados de ambos países y del viceprimer ministro cubano Ricardo Cabrisas, quien ha liderado el acercamiento al Kremlin en los últimos años. Para La Habana, la entidad financiera –conectada a la mayor corporación estatal del Kremlin, Rostec– es un corredor directo por el que entrarán empresarios, inversiones y muchos rublos.

Cabrisas dedicó muchas palabras a la amistad entre los dos países y atribuyó la llegada de Novikombank al “consenso alcanzado entre los presidentes Vladímir Putin y Miguel Díaz-Canel”. Además, calificó la alianza como una victoria frente a la “persecución” de Estados Unidos al sector bancario cubano, cuya expresión más evidente –consideró– es la inclusión de la Isla en la lista de países patrocinadores del terrorismo, redactada por el Departamento de Estado. 

Cabrisas resaltó que se busca atraer capital extranjero “sin vender el país”, un riesgo que, considera, no se corre con Rusia

Consciente de la existencia de una corriente de opinión dentro del régimen cubano que considera peligroso el acercamiento entre La Habana y Moscú, Cabrisas resaltó que se busca atraer capital extranjero “sin vender el país”, un riesgo que, considera, no se corre con Rusia. 

En cuanto a los planes de Novikombank, el viceprimer ministro asegura que ambos Gobiernos juegan un papel clave: La Habana, como facilitador, deberá ofrecer incentivos al empresariado ruso, y Moscú, que tiene la misión de “apoyar” los intereses de dicho sector, aunque no se aclaró a qué tipo de ayuda y prebendas se referían.

Las pistas sobre el funcionamiento de la entidad financiera las ha ofrecido la parte rusa. En un comunicado citado por Sputnik, la presidenta del Consejo de Administración de Novikombank, Elena Georgieva, explicó que este es apenas el primer paso en las relaciones bancarias entre ambos países, y que se espera que muy pronto otras entidades comiencen a instalarse en la Isla.

Georgieva comentó la rapidez de la parte cubana para permitir el establecimiento de la financiera –mucho antes de lo proyectado–, con la que tres entidades bancarias de la Isla han trabajado desde hace ochos años. En marzo pasado, cuando Cabrisas viajó a Moscú como parte de una comisión intergubernamental para la colaboración económico-comercial y científico-técnica, empezaron las conversaciones sobre Novikombank. Un mes más tarde, en abril, el Banco Central de Cuba otorgó la licencia de operaciones a la empresa y este junio la inauguración de su sede –cuya dirección se mantiene sin revelar– ya era un hecho.

“Este es un acontecimiento muy importante para la cooperación ruso-cubana, que creemos que seguirá desarrollándose activamente. Nuestra tarea inicial aquí es garantizar pagos estables entre los dos países”, explicó Georgieva, que subrayó el especial interés en esta alianza de Putin, quien, añadió, “presta especial atención al fortalecimiento de la cooperación con la República de Cuba”.

“La apertura de nuestra oficina de representación puede contribuir tanto en términos de asesoramiento como de financiación de diversos proyectos y áreas de actividad”, refirió la directiva, que insistió en que otros bancos también se acercarían a La Habana, lo que contribuirá al “desarrollo de la colaboración”.

La idea fue repetida el pasado jueves en el Meliá Cohiba por el jefe de la oficina comercial rusa, quien aseguró que “los planes se van haciendo realidad”, gracias al involucramiento de Rusia en áreas clave de la economía cubana como la energía, la industria básica, la metalurgia, el transporte, la agricultura, los productos farmacéuticos y el turismo. Según señaló, estas inversiones han sido la base para que los bancos rusos se establezcan en Cuba y amplíen sus actividades en el futuro.  

Estas inversiones han sido la base para que los bancos rusos se establezcan en Cuba y amplíen sus actividades en el futuro

Los lazos con Novikombank marcan la concreción de las relaciones entre Cuba y el gigantesco conglomerado estatal Rostec, responsable de la llegada a la Isla de un cargamento de 15.000 luces LED el pasado marzo o de los modernos camiones Ural que las Fuerzas Armadas han desplegado en varias ocasiones en las calles de la capital.

Rostec, creada en 2007 por Putin, es una corporación diseñada para controlar desde el Estado todos los sectores clave de la economía rusa, empezando por la ingeniería civil y la medicina hasta la industria bélica de alta tecnología. De hecho, el conglomerado es conocido especialmente por sus helicópteros y armas de guerra, muy populares en el mercado internacional. Otro de los sectores que controla Rostec es el petrolero, un área en la que la Isla está particularmente interesada.

Cuba lleva meses preparándose para la apertura de la banca rusa y el pasado diciembre implementó el uso de las tarjetas Mir, una alternativa a Visa y Mastercard para turistas y empresarios rusos, creada para evadir sanciones.

Las relaciones entre La Habana y el Kremlin han vivido jornadas intensas en las últimas semanas –desde la reelección de Putin– con la visita del canciller cubano Bruno Rodríguez a Moscú, la llegada de una flotilla rusa a La Habana –incluyendo un submarino nuclear y un petrolero con capacidad de 9.000 toneladas– y ahora el establecimiento de un canal definitivo para que el dinero entre Rusia y Cuba fluya sin sanciones.