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Las intensas lluvias amenazan la cosecha de tabaco en Pinar del Río

Se esperaba una de las mejores recolecciones en mucho tiempo, pero la mala climatología llega en el peor momento

Las casas de secado del tabaco, hechas con cubiertas ligeras, son susceptibles de tener goteras y mojarse con las lluvias. (14ymedio)
Marcelo Hernández

24 de mayo 2018 - 16:21

San Juan y Martínez/"Todo iba bien y entonces llegó la lluvia", así resume Manuel García la situación que vive el Hoyo de Monterrey, en Pinar del Río, donde se siembra el mejor tabaco del mundo. Los intensos aguaceros de los últimos días en la zona occidental de la Isla complican la situación en medio de la cosecha.

"La recogida de la hoja es un momento muy delicado", explica García a 14ymedio. "Mucha humedad daña al tabaco". En sus casas de secado, próximas a las tierras de la Cooperativa Rigoberto Fuentes del municipio San Juan y Martínez, el agua entra por todos lados y el veguero teme que "se deteriore la hoja y no se pueda vender al mismo precio".

"Con tanta lluvia es de esperar que haya pérdidas porque el guajiro que sembró para tener una hoja de primera calidad, va a tener que venderla más barato si se deteriora"

Los tabaqueros deben vender sus productos al Estado, que califica las hojas por parámetros de calidad, entre los que están el tamaño, la tersura y el color. "Con tanta lluvia es de esperar que haya pérdidas porque el guajiro que sembró para tener una hoja de primera calidad, va a tener que venderla más barato si se deteriora", opina el veguero.

García cultiva la variedad tapada, que crece bajo una tela que filtra la luz solar y que da hojas destinadas a las capas exteriores de los habanos más cotizados. "El producto que sale de aquí va fundamentalmente a los tabacos que se exportan o se venden en las tiendas en divisas", aclara el pinareño. "Por eso son muy exigentes", puntualiza.

El tabaco sembrado por campesinos privados, cooperativistas y productores con terrenos en usufructo termina en el Grupo Empresarial de Tabaco de Cuba, (Tabacuba), una extensa estructura estatal compuesta por más de 45 empresas entre entidades agrícolas, agroindustriales, de torcido de tabaco, comercialización e investigación.

En total, el Grupo gestiona 96 fábricas donde se hacen tabacos a mano y casi la mitad de ellas está dedicada de forma exclusiva al tabaco de exportación. El resto, donde se producen habanos y cigarros hechos de manera industrial, van al mercado nacional.

Para Tabacuba estos días de mayo son vitales, porque la hoja que logre salir de los campos y comenzar a secarse definirá el monto de su producción o posibilidad de cumplir los compromisos internacionales.

En un sector que aporta más de 400 millones de dólares anuales por concepto de exportaciones la tensión se siente por todos lados. Tras los últimos partes meteorológicos que aseguran que continuarán las precipitaciones, la alarma ha crecido aún más entre los cultivadores y los administradores estatales.

"A mediados de este mes ya teníamos unos 30 millones de cujes recolectados y se pensaba que se podían cosechar hasta 20.000 hectáreas"

"A mediados de este mes ya teníamos unos 30 millones de cujes recolectados y se pensaba que se podían cosechar hasta 20.000 hectáreas", precisa a este diario un empleado de Tabacuba en Pinar del Río. "Esta iba a ser una de las cosechas más grandes de los últimos años pero el clima puede obligar a redefinir esos planes iniciales".

El tabaco ocupa el cuarto puesto en la economía cubana y emplea, en la temporada normal, a unos 150.000 trabajadores, que pueden llegar al cuarto de millón en los momentos de la recolección. Entre las marcas cubanas más reconocidas en el mundo están Cohiba, Montecristo, Partagás y Romeo y Julieta.

La zona de Vueltabajo, donde se ubica el Hoyo de Monterrey, produce aproximadamente el 70% de la producción nacional de la hoja. Los daños producidos por las fuertes lluvias, con terrenos anegados y casas de secado empapadas pasan factura especialmente a los campesinos.

"La situación climatológica es desastrosa porque todo el tabaco que se moje en el campo pierde entre un 30 y un 40% de calidad", explica Alfredo Pérez González, residente en la finca La Isleña y encargado de la parte administrativa de este enclave familiar donde varias generaciones han cultivado tradicionalmente la hoja.

"El problema es que el tabaco que se está echando a perder ahora en los campos por el exceso de lluvia no está cubierto por el seguro"

"El problema es que el tabaco que se está echando a perder ahora en los campos por el exceso de lluvia no está cubierto por el seguro", explica el joven. La Empresa de Seguros Nacionales (Esen) solo resguarda los cultivos de tabaco que se "hayan sembrado antes del 31 de enero y que son los que ya se recogieron", agrega.

Los vegueros, sin embargo, se arriesgan cada año a hacer una segunda siembra pasado ese momento para recogerla en el mes de mayo. "Es una apuesta de riesgo, a suerte y verdad, porque si se pierde el tabaco o se daña la cosecha el Estado no da ni un peso", aclara Pérez.

"Aunque mayo es siempre una época lluviosa hace más de 30 años que no veíamos un mes con tanta lluvia". Una parte considerable de la cosecha "estaba todavía en el campo y otra recién recolectada y esa también peligra por el aumento de la humedad relativa que conspira contra el secado en las casa de cura".

"Las afectaciones son inmensas y el campesino no tiene respaldo ante lo que está ocurriendo", remacha Pérez.

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