La mayor embotelladora de Cuba no cumplirá su plan de producción este año
Hasta este julio, sólo habían logrado producir 20 millones de unidades de botellas de plástico de los 67 millones proyectados
La Habana/La falta de materias primas y de piezas para reparar su maquinaria ha obligado a la fábrica Los Portales, la mayor de Cuba en la producción de refrescos y agua embotellada, a reducir sus planes en aproximadamente un 33% desde 2018. Aun así, a pesar de haber ajustado sus pronósticos, tampoco alcanzarán esa meta este año. Hasta este julio, sólo habían logrado producir 20 millones de unidades de botellas de plástico de los 67 millones proyectados y 18 millones de unidades enlatadas de la meta de 25 millones.
La noticia se hace pública en mitad de las quejas ciudadanas por la falta de agua embotellada en los establecimientos estatales.
Los directivos de la empresa, ubicada en Guane, Pinar del Río, se quejaron al periódico oficialista Guerrillero de las trabas que limitan el trabajo y han forzado a la industria a buscar "alternativas para no detener la producción". El problema radica, según esgrimen, en que se ha dejado a la industria nacional "cojeando" mientras los comercios estatales y privados están "completamente surtidos de refrescos extranjeros, muchos a precios inalcanzables para la mayoría de los cubanos".
La elaboración de botellas –Los Portales es responsable de la fabricación del 90% de los envases de bebidas nacionales– también va en declive desde 2018, cuando la empresa (sociedad mixta con la suiza Nestlé) recibió una renovación de sus máquinas y alcanzaron un récord de 278 millones de unidades.
La fábrica debería entregar el 70% de su producción al mercado nacional o a otras compañías, pero han sido incapaces de cumplir los contratos
Según los directivos, la fábrica debería entregar el 70% de su producción al mercado nacional o a otras compañías, pero han sido incapaces de cumplir los contratos. "El suministro de materias primas es la principal limitante para que aumente la producción", explicó Mario Venero, director de Los Portales, que nombró, entre los elementos insuficientes a la resina, las preformas (material para la producción de envases plásticos) y las inversiones.
"La preforma que usamos para producir el envase de litro y medio es importada. Por ejemplo, en junio solo hicimos tres días de 1.500 mililitros, todo lo otro fue 330 ml, que es la preforma pequeña y de producción nacional".
La fábrica podría estar elaborando hasta 30.000 unidades diarias, pero actualmente, la materia prima comprada a países como China o Turquía sale más barata que la que se produce en la Isla.
La falta de presupuesto y la carencia de las piezas para reparar la maquinaria, que en su mayoría deben ser adquiridas en el extranjero, menoscaban la presencia de las bebidas en el mercado cubano, refirió el medio provincial, que en su visita a la fábrica encontró la línea de bebidas enlatadas fuera de funcionamiento, a pesar de que los directivos aseguran que reciben inversiones anuales para sostenerla.
Otro de los aspectos clave en la producción, el azúcar, lleva varios años siendo sustituido con otros productos. "Usamos edulcorantes y hacemos mezclas para darle el dulzor necesario al refresco. A veces las personas sienten que le falta cuerpo a la bebida, y esa es la razón", reveló Deyner Carmona, uno de los supervisores de la fábrica.
"Hacemos un volumen considerable de refresco sin azúcar, y claro tratamos de mantener los tradicionales, Tukola, lima y naranja, pero es difícil", advierte, y reconoce que la línea de refrescos se ha visto afectada. "En cuanto a los 12 sabores que tradicionalmente producíamos, también hemos tenido dificultades, pues va de acuerdo con los proveedores, el financiamiento, los pagos y otra serie de cuestiones. Los básicos: cola, naranja y lima sí los mantenemos".
De los tres pozos que sirven de fuente a la industria en Pinar del Río, apenas se está explotando uno en la producción de agua carbonatada, tónica o natural
Los directivos también recuerdan que la debacle en los productos Ciego Montero (Tukola, Tukola dietética, Naranja, Gaseosa, Piña, Mate) y Cimex (TropiCola, Cachito, Najita, Ironbeer), que se producen exclusivamente en la fábrica pinareña, corre a cargo de la empresa. "La poca disponibilidad de materia prima nos obliga a reducir azúcares y mezclar recetas".
Tampoco los recursos que sí posee la empresa se están utilizando al máximo. De los tres pozos que sirven de fuente a la industria en Pinar del Río, apenas se está explotando uno en la producción de agua carbonatada, tónica o natural.
"A pesar de las dificultades", aseguran los funcionarios, "hemos compensado con la producción de sirope en bolsas, destinado al turismo". El ministerio de la Industria Alimentaria le presentó a la empresa un proyecto de elaboración de bolsas de sirope (refresco concentrado) de 5, 10 y 20 litros.
"También estamos instalando un sistema de agua saborizada con la intención de insertarnos en el mercado. Queremos fomentar la línea de lata, pues la botella plástica ya no se usa en el turismo por el daño que causa al medio ambiente", dicen las autoridades, que insisten en que la empresa no es más "ecológica" por falta de financiamiento.
Afortunadamente, aclaran, "el salario de los trabajadores no se ha afectado, pues encuentran alternativas para no detener la producción e incorporar otras opciones que les permitan ingresos". La producción destinada al turismo ha representado un "respiro" para la fábrica que teme perder su plantilla de 91 trabajadores.
Estudios realizados por organizaciones internacionales han demostrado que un consumo excesivo de este tipo de productos, con altos niveles de azúcar, genera cada año más de 184.000 muertes de adultos. De los fallecidos, unos 133.000 son a causa de la diabetes, 45.000 por enfermedades cardiovasculares y 6.540 por cáncer.
El sobrepeso y la obesidad son otras patologías vinculadas al abuso de estas bebidas que se imponen en los comercios particulares y estatales ante la ausencia de botellas de agua. Incluso durante el verano, cuando las temperaturas en la Isla se disparan, lo común es que los padres le compren a sus hijos este tipo de refrescos sin pensar en las consecuencias que podrían tener para la salud. En los últimos años, sin embargo, con la inflación y la escasez de ofertas, el abuso de estas bebidas ha disminuido. No obstante, las familias siguen prefiriendo comprar un refresco enlatado por 200 pesos que un pomo de "vaso y medio de agua" por 150 pesos.
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