Las nuevas medidas para el sector privado saturan los bancos

La Habana/"Llegué a las siete de la mañana y me atendieron casi a mediodía". Belkis renta dos habitaciones en La Habana Vieja y el pasado lunes abrió una cuenta en el Banco Metropolitano, un requisito obligatorio para seis ocupaciones por cuenta propia y que está saturando el día a día en las sucursales bancarias de todo el país.

Unos 80.000 contribuyentes deben tener antes de que termine el año una cuenta bancaria fiscal (CBF) en las dependencias de los Bancos Metropolitano, Popular de Ahorro, y de Crédito y Comercio, todos de gestión estatal. La medida afectará progresivamente a la totalidad del sector privado pero por el momento solo es obligatoria para los que obtienen mayores ingresos.

Los propietarios de restaurantes, cafeterías, bares y otras modalidades de recreación, junto a los arrendadores de vivienda, habitaciones y espacios están incluidos en esta primera etapa. También pertenecen a ese grupo quienes ejercen servicios de construcción, reparación y mantenimiento de inmuebles, además de los transportistas de pasajeros con vehículos automotores que tengan capacidad de entre 4 y 14 pasajeros y que laboren en La Habana.

El requisito de las cuentas fiscales ha sido respaldado por las entidades que regulan el trabajo por cuenta propia para poder supervisar las finanzas de los emprendedores

El requisito de las cuentas fiscales ha sido respaldado por las entidades que regulan el trabajo por cuenta propia para poder supervisar las finanzas de los emprendedores y facilitar que los trabajadores abonen a tiempo el pago de sus licencias, pues deben dejar como depósito mínimo la cantidad equivalente a dos meses de pago del permiso para ejercer la ocupación.

Las sucursales bancarias han ampliado sus horarios para poder llevar a cabo la tarea en el plazo previsto la tarea y en nueve provincias se han abierto 28 locales adicionales para tramitar el caudal de solicitudes de aperturas de cuenta, pero el precario entramado bancario se resiente con un aumento de clientes en unas fechas donde, tradicionalmente, más personas acuden a los bancos.

Largas colas, demoras para hacer cualquier trámite y esperas de hasta tres meses para obtener una tarjeta magnética son algunas de las dificultades más habituales entre los clientes que acuden a las sucursales. Aunque la mayoría acude a realizar el trámite para cumplir con la nueva legislación, que entró en vigor el pasado 7 de diciembre, las dudas sobre su efectividad son notables.

"La manera en que operan estas cuentas no resulta efectiva porque en realidad hay que estar sacando o entrando dinero físicamente a través de los cajeros o en los mostradores de los bancos"

"La manera en que operan estas cuentas no resulta efectiva porque en realidad hay que estar sacando o entrando dinero físicamente a través de los cajeros o en los mostradores de los bancos", se queja Carlos José Romero, propietario de una cafetería en el Cerro habanero.

"Por otro lado no se ha hecho una labor intensa de reparación y mejoría del servicio de los terminales de puntos de venta (TPV)", lamenta Romero. "En muchas tiendas y mercados donde compramos los productos para nuestro negocio los terminales de pago con tarjeta no funcionan bien o están fuera de servicio".

El emprendedor opina que "recargar un sistema de pago que no está funcionando bien, lo único que va a traer como consecuencia son mayores demoras y complicaciones a la hora de pagar desde un helado hasta un poco de pan".

Los bancos cubanos apenas han habilitado servicios de pago a distancia, excepto para el abono de la factura de la electricidad o la telefónica. Las transacciones de compra y venta por internet todavía no pueden realizarse con las tarjetas bancarias que emiten las entidades estatales y el comercio online parece aún una quimera lejana.

"Acaba de llegar internet a los móviles y yo estoy aquí haciendo una cola de tres horas para hacer un depósito en mi nueva cuenta fiscal", detalla a este diario Moisés, conductor de un vehículo del siglo XX con capacidad para nueve pasajeros que hace la ruta entre el Vedado habanero y La Víbora.

"Desde que se anunció la obligatoriedad de las cuentas fiscales, hemos tenido que habilitar hasta cuatro ventanillas para ese tema y también redoblar el número de empleados"

El Banco Metropolitano (BM), que solo opera en La Habana, es uno de los más desbordados por la masiva llegada de cuentapropistas, pues en sus sucursales se gestiona el 60% de las cuentas del sector privado que opera en la capital cubana, la provincia con mayor número de trabajadores no estatales.

La directora de una sucursal del BM contó a este diario el impacto que la nueva medida está ocasionando en la rutina del banco. "Normalmente tenemos una o dos ventanillas habilitadas para empresas y cuentapropistas, mientras que el resto están destinadas a operaciones como depósito, extracción, compra de sellos y cambio de moneda", explica.

"Desde que se anunció la obligatoriedad de las cuentas fiscales, hemos tenido que habilitar hasta cuatro ventanillas para ese tema y también redoblar el número de empleados que están apoyando a los cuentapropistas en la apertura de cuentas", explica la directora bajo condición de anonimato.

"Ahora mismo, desde que el cliente abre su cuenta hasta que obtiene la tarjeta estamos teniendo retrasos que van de un mes y medio hasta tres meses, depende de la central del Banco Metropolitano que es donde se emiten", reconoce.

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