El ministro de Turismo cubano anuncia que pronto habrá "hoteles construidos por rusos" en la Isla

  • García Granda admite que el objetivo de 200.000 turistas rusos no se alcanzará este año
  • Prevención en el Gobierno cubano, tras el largo historial de promesas incumplidas de los rusos

La presencia de trabajadores indios en Cuba se remonta a 2016, cuando fueron contratados por la constructora Bouygues para las obras del Gran Hotel Manzana Kempinski. (Juventud Rebelde)
Hasta ahora, solo la francesa Bouygues se ha implicado en la construcción, sin propiedad, de hoteles en la Isla. / 14ymedio
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13 de noviembre 2024 - 13:13

Madrid/Los pronósticos no se han cumplido y el Gobierno ha admitido públicamente que la meta de atraer a 200.000 turistas rusos a Cuba no se alcanzará, aunque lo ha hecho a través de la agencia Tass, en una breve información difundida este martes solo en ruso. La Isla había recibido hasta el 30 de septiembre a 141.615 rusos, por lo que se necesitaban casi 60.000 más para alcanzar el objetivo oficial, una quimera, como ya advirtió este diario, que señaló también la imposibilidad de conseguir los 2,7 millones de turistas previstos, 

Juan Carlos García Granda, ministro de Turismo, pospuso el objetivo a 2025 durante unas declaraciones realizadas en su reciente visita a Moscú en la que afirmó que hay empresarios rusos interesados en entrar en el negocio de la construcción y gestión de hoteles en la Isla. 

“Creo que estamos muy cerca del hecho de que los primeros hoteles construidos por empresarios rusos aparezcan en Cuba. Además, varios hoteles existentes podrían ser transferidos a la gestión de compañías de viajes de Rusia”, sostuvo el ministro, que hizo referencia a la experiencia de la Isla en el desarrollo de empresas mixtas, dejando entrever que esa será la fórmula si las previsiones se cumplen. 

García Granda, precavido, no quiso hablar de las zonas de la Isla en que se desarrollarían estos proyectos, ni adelantar fecha o cualquier otra aclaración. “No daré detalles, esperaremos hasta que se materialice. Pero ya hay proyectos en la fase de estudio, que ya están cerca del comienzo de la ejecución”.

“No daré detalles, esperaremos hasta que se materialice. Pero ya hay proyectos en la fase de estudio, que ya están cerca del comienzo de la ejecución”

Toda prevención es poca después de un largo historial de promesas incumplidas a corto, medio y largo plazo. No en vano, en marzo de 2023 ya se habló por primera vez de la construcción de un hotel centrado expresamente en el turismo ruso. Ocurrió durante una visita a La Habana de Boris Titov, presidente del Consejo de Negocios Cuba-Rusia y hombre de confianza del Kremlin, en la que se anunciaron varios nuevos negocios entre ambas partes, entre ellos la apertura de una tienda mayorista.

En noviembre de ese año, durante la Feria Internacional de La Habana (Fihav), se concretó la información y se puso nombre por primera vez al comercio, Rusmarket, que finalmente sería para todo tipo de público, una empresa mixta con la estatal Cimex que vendería alimentos primero y textiles, electrodomésticos o autos posteriormente. La tienda tenía dos posibles ubicaciones, Yumurí (esquina Belascoaín y Carlos III) o Cuatro Caminos, en La Habana, y estaba prevista su apertura para marzo de 2024.

Un año después, en la más reciente Fihav –suspendida en su ecuador por el paso del huracán Rafael–, la agencia rusa Sputnik habló con Alena Varkentin, directora de Rusmarket. Contó que será en marzo de 2025 cuando se abra una pequeña tienda en La Habana Vieja, con el nombre de Florida, tras haberse firmado el contrato en enero de 2024. Mientras, el centro comercial anunciado debería esperar a junio o julio.

Es un ejemplo más de la infinidad de negocios, inversiones o desarrollos financieros que llegan tarde, mal o nunca. Otros casos podrían ser la instalación de una sucursal del banco ruso Novimbank, que se dilató más de un año desde la aprobación del permiso; la anunciada creación de un banco binacional –ruso cubano– del que se lleva hablando varios años o la larga espera para el uso de tarjetas Mir, anunciadas reiteradamente durante dos años hasta que llegaron. En el limbo quedaron otros proyectos, como la refinería rusa en la Isla, de la que no se han vuelto a tener noticias y a la que el experto de la Universidad de Texas Jorge Piñón calificó de “cuento de hadas”, y la sonada modernización de las infraestructuras ferroviarias por la Unión de Ferrocarriles de Rusia (RZD). 

En el limbo quedaron otros proyectos, como la refinería rusa en la Isla, de la que no se han vuelto a tener noticias y a la que el experto de la Universidad de Texas Jorge Piñón calificó de “cuento de hadas”

Este fue uno de los muchos proyectos cancelados en 2020 por los rusos, que hicieron constar su malestar con La Habana por lo que llamaron una “mentalidad de la Guerra Fría que en la Rusia postsoviética” estaba fuera de lugar. "Son negociantes complicados, no lo voy a esconder, la mentalidad del pasado pesa sobre ellos constantemente", dijo en una inolvidable entrevista Yuri Borisov, entonces viceprimer ministro de Rusia y encargado de las relaciones económicas con Cuba. El proyecto ferroviario fue resucitado este año por el subdirector de RZD, pero el escepticismo persigue a todo anuncio procedente de un país que desconfía no solo de la capacidad de pago de los cubanos, sino de un sistema en el que la ley sigue sin favorecer la iniciativa privada como los rusos pretenden.

Las reticencias de los empresarios rusos quedaron puestas en evidencia la pasada semana, cuando durante la Fihav, Tatiana Mashkova, directora del Comité de Cooperación Económica con Países de Latinoamérica y vicepresidenta del Consejo Empresarial Rusia-Cuba, admitió que hasta hoy solo hay una empresa rusa registrada en la Zona Especial de Desarrollo de Mariel. “Este es un desafío y una solicitud a las compañías rusas: piensen en las posibilidades que ofrece Mariel”, animó, antes de hablar de futuros proyectos, especialmente en logística, que está por ver, una vez más, si se concretan.

Si la idea de la construcción de hoteles rusos saliera adelante, se trataría, sin embargo, de una gran novedad en la Isla. Hasta la fecha, solo la francesa Bouygues había participado en este tipo de obras en Cuba, a través de sociedades mixtas con el Estado cubano, que provee la mano de obra de su constructora militar (la inmobiliaria Almest y la Unión de Construcciones Militares), pero sin propiedad sobre lo construido. 

Mientras tanto, los anuncios oficiales continúan. Este mismo martes, la prensa oficial anunció la creación de un Centro de Formación conjunta entre la Universidad Nacional de Investigación Instituto Energético de Moscú, de la Federación de Rusia, y la Unión Eléctrica, de Cuba, cuyo fin es “crear nuevas capacidades para formar personal altamente calificado en el sector energético”, que servirá de poco mientras el régimen no consiga retener a los profesionales. 

Además, en la Isla se encuentra Alexander Viacheslavovich Kurenkov, ministro de Situaciones de Emergencias ruso, que se reunirá con altos mandos del Ministerio del Interior y el Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil. El ruso llega con un poco de lo habitual, un donativo –desconocido– para el Cuerpo de Bomberos de Cuba que sigue al realizado el pasado año, consistente en 21 vehículos de extinción de incendios.

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