El ministro de Turismo presenta al Parlamento datos menos ambiciosos para el sector en Cuba

García Granda prevé para 2025 solo 2,6 millones de viajeros internacionales, después de un lustro de previsiones fracasadas

Aunque Canadá sigue siendo el primer país emisor de turistas a Cuba, los visitantes de ese país han dismuido considerablente
Según el ministro, la inseguridad se percibe por primera vez en el turismo a Cuba. / EFE
14ymedio

17 de diciembre 2024 - 15:46

Madrid/Como ya ha ocurrido con la industria azucarera, el Gobierno presentó el lunes una proyección del turismo menguante. La estrategia –premeditada o no– consiste en subestimar las previsiones anuales, aunque al final los resultados sean aún peores que los pronósticos oficiales. Para 2025, las autoridades del sector anuncian 2,6 millones de turistas, un 18% más de los que las autoridades del sector anuncian, 2,2 millones, dijo el ministro Juan Carlos García Granda ante la Asamblea Nacional.

Repasemos la secuencia. Excluido el año 2020, cuando la pandemia obligó a cerrar el espacio aéreo en gran parte del mundo, Cuba proyectó una recuperación del turismo para 2021, cuando debían haber llegado 2,2 millones de visitantes internacionales. La cifra era modesta si se tiene en cuenta que en 2019 –último año antes del covid– visitaron la Isla 2,4 millones de personas, pero levantar el desastre pandémico se preveía complejo y se calculó recibir solo a la mitad que dos años atrás. Solo viajaron 573.944, un 61% menos de los pronósticos oficiales.

García Granda, posiblemente animado por el panorama internacional –las ganas de viajar y el ahorro logrado en pandemia reactivaron con fuerza el sector–, no se amilanó y dijo que para 2022 llegarían 2,5 millones de viajeros internacionales a la Isla. Manuel Marrero, que antes de ser primer ministro fue el hombre fuerte del Turismo en Cuba, dio un toque de atención en mayo, advirtiendo de que habría que esperar un año más para la mejoría, pero nadie lo escuchó hasta que, a punto de concluir 2022, se redujo la ambición a 1,7 millones. Se alcanzaron 1.614.087 visitantes extranjeros.

García Granda, posiblemente animado por el panorama internacional –las ganas de viajar y el ahorro logrado en pandemia reactivaron con fuerza el sector–, no se amilanó y dijo que para 2022 llegarían 2,5 millones

Para 2023 se volvió a hacer una previsión alegre: la meta estaba en 3,5 millones de turistas. Pero aunque los datos mes tras mes dejaban claro que no se iba a alcanzar y la cifra final se quedó en 2,4 millones. Hasta ese momento, a pesar de que los datos quedaban muy lejos de las proyecciones, al menos mejoraban, pero 2024 ha sido la hecatombe. 

Los últimos datos disponibles, del mes de octubre, indicaban que habían llegado 1.844.917 turistas. La previsión a inicios de año era de lograr 3,2 millones para los 12 meses y se redujo a 2,7 este septiembre. Ayer, García Granda –en un inesperado giro de guion– habló de una previsión que nunca se había citado en público. “Se planteaba llegar a 4,3 millones de visitantes teniendo en cuenta la periodicidad de los vuelos internacionales que entran al país. Esto solo se cumplió en un 62%”, señaló, según Cubadebate, aunque las cuentas indican que sería un 51%.

La prensa oficial admite, por fin así, que 2024 representó “un decrecimiento con respecto al año precedente y por primera vez desde la pandemia”, algo que ha advertido la prensa independiente y los economistas desde al menos abril, cuando los datos comenzaron a empeorar con respecto al mismo mes del año anterior.

García Granda adelantó este lunes que es necesario “perfeccionar un esquema cerrado de financiamiento y garantizar el cumplimiento de los estándares en todo el sistema de turismo del país. Esto es esencial para la recuperación del sector. Debemos presentar un producto turístico digno, que estimule la demanda”, dijo, obviando que los problemas del turismo no son del propio sector, sino del país. 

En un panorama de escasez incluso en los mejores hoteles, las autoridades han facilitado que no solo Meliá –como ya se sabía– tenga una empresa importadora para obtener lo que no puede conseguir en la Isla, sino que también Vima, la empresa gallega de alimentación gane en privilegios. “Se aprobó que Vima y Meliá tengan empresas importadoras y realicen comercio mayorista, por lo que suministrarán directo a las instalaciones turísticas”, contó el ministro este lunes. 

Como si quisiera escudarse ante las críticas de la exagerada inversión en hoteles que realiza el régimen, García Granda subrayó que este año “no se ha invertido en ninguna obra nueva, solo se trabaja sobre las obras que ya estaban en ejecución”

Como si quisiera escudarse ante las críticas de la exagerada inversión en hoteles que realiza el régimen, García Granda subrayó que este año “no se ha invertido en ninguna obra nueva, solo se trabaja sobre las obras que ya estaban en ejecución”. Sea como fuere, los propios datos oficiales hablan de un desbalance económico hacia el sector turístico. Entre enero y septiembre se invirtieron 64.973,3 millones de pesos (2.707 millones de dólares, al cambio oficial para el Estado) en el área, 4,6 veces más que en la suma de Agricultura, Educación y Salud. A la vista de los resultados, es incontestable que se están dirigiendo los recursos de manera improductiva.

También mencionó el ministro el impacto del alto costo de los combustibles para aviación en el turismo. Hace dos semanas, la Isla estuvo a punto de sumirse en el caos tras tener que suspender y modificar rutas aéreas por falta de queroseno. La alerta pudo ser anulada apenas un día después al conseguir financiar una carga y garantizar el Jet A-1 hasta, al menos, enero, pero el escenario no da mucha confianza a las aerolíneas. Hace una semana, la alemana Condor anunció que suspende las rutas de verano desde mayo y es la primera vez desde 1990.

García Granda mencionó también que la migración y la falta de empleos que genera tampoco ayuda a levantar el sector, al igual que los apagones y los desastres meteorológicos. Pero además citó un factor novedoso: la inseguridad creciente está teniendo efectos. “Desde inicio de 2024 se apreció una tendencia a la disminución en el índice de percepción de seguridad del destino”, admitió. En este sentido, las advertencias de algunos de los que eran principales emisores de turismo en años precedentes han aumentado a medida que los problemas crecían para el país, observándose llamadas de atención a la escasez de alimentos y combustible, enfermedades y apagones, con carácter general, tanto en Canadá como en los países europeos.  

"Cuando están los recursos, se priorizan el arroz y los cereales, pero actualmente no se cuenta con financiamiento"

En la misma sesión del Parlamento, previa al periodo ordinario de sesiones que comenzará este miércoles, compareció la ministra del Comercio Interior, Betsy Díaz Velázquez, que junto con Tamara Valido Benítez, explicó los problemas con la canasta básica. En este apartado, sin embargo, abundaron las generalidades y las palabras vacías, como “la población anhela oír posibles soluciones”, “son preocupaciones cotidianas los elevados precios”, “la atención a los planteamientos de la población es un indicador de eficiencia”, etcétera.

La única información concreta que se coló fue la absoluta escasez de financiación para garantizar una canasta a la que ya se ha matado puntualmente todos los años, sin que acabe siendo enterrada. “Todos los días se evalúa cómo incorporar los alimentos, de lo que se importa o de las donaciones, y también cómo distribuirlos. (...). Cuando están los recursos, se priorizan el arroz y los cereales, pero actualmente no se cuenta con financiamiento”, señaló la ministra. “Debemos lograr que se incorporen todas las formas de gestión”, dijo, aunque muchos son ya los privados que están empezando a cerrar por la prohibición de importar porque se niegan a venderle al Estado.

También te puede interesar

Lo último

stats