Pese a ser uno de los sectores que más divisas genera, el transporte va muy mal en Cuba

Al finalizar el primer cuatrimestre de este año el 52% de las rutas provinciales estaban paralizadas

El ministro de Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila, durante su intervención
El ministro de Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila, durante su intervención / Captura / NTV
14ymedio

17 de julio 2024 - 20:17

La Habana/El ministro de Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila, lamentó este martes frente al Parlamento que, siendo su sector uno de los que más divisas genera, no se reinvierta lo suficiente en él como para mantenerlo con buena gestión. “No ha sido posible últimamente”, dijo el funcionario, sin revelar adónde van los fondos que genera, mientras que solo el 14% de las carreteras en mal estado han podido repararse y la transportación depende, en algunas ciudades, exclusivamente de los privados.

Tanto Rodríguez Dávila como los diputados se quejaron de que no haya una correspondencia entre los ingresos que logra el sector, especialmente con la paquetería internacional, y los recursos que luego tienen disponibles. El combustible, entre ellos, es el que más golpea a los servicios en toda la Isla.

Para 2024, el plan de la cartera es realizar 1.306 millones traslados, de los que, hasta el cierre de abril, se hicieron 908 millones. La cifra, en el estado actual del parque de vehículos estatales, es casi inverosímil: al finalizar el cuatrimestre el 52% de las rutas provinciales estaban paralizadas –más de la mitad–, y del resto el 86% realiza solo dos viajes al día. 

Para 2024, el plan de la cartera es realizar 1.306 millones traslados, de los que, hasta el cierre de abril, se hicieron 908 millones

Camagüey, Granma, Villa Clara, Ciego de Ávila, Holguín, Matanzas y Artemisa son las provincias en peor situación.

Rodríguez Dávila no dejó pasar la oportunidad para recordar que, pese a que muchos sectores viven graves “distorsiones”, se han llevado a cabo proyectos como la instalación de un nuevo sistema de climatización –roto desde el pasado mayo– en el Aeropuerto Internacional José Martí, al que prometió una expansión futura. “Tenemos una ampliación en la Terminal 3 lista prácticamente, solo estamos esperando a que lleguen las esteras, que le va a dar al aeropuerto un incremento de capacidades. Realmente ese aeropuerto hace tiempo que está al límite. Hemos tratado de hacer inversiones, y el aeropuerto de La Habana es el que concentra más del 50% del arribo de pasajeros. También se harán en el aeropuerto de Varadero, en la reparación de las pistas”, explicó.

El titular se congratuló, una vez más, por los arreglos llevados a cabo en el túnel de la bahía de La Habana y aseguró que se han logrado establecer cerca de media docena de rutas de tren en municipios que “han estado por muchos años añorando esas paradas”.

El estado de las carreteras, crítico en algunas zonas del país y malo en la mayoría, también fue tema de debate. Sin embargo, por los datos que añadió el funcionario, hay pocas probabilidades de que mejoren pronto. “En la vialidad no tenemos un resultado satisfactorio de manera general (...). Para echar una tonelada cúbica de asfalto se necesitan unos 15 litros de petróleo. Es decir, serían unas 20 toneladas de petróleo diario para reparar las vías de interés nacional, y unas 10 para las vías de interés provincial. El plan está solo al 14% de su ejecución”, dijo.

El transporte de pasajeros en manos de privados fue, para los diputados, el tema estrella del debate

El transporte de pasajeros en manos de privados fue, para los diputados, el tema estrella del debate. “Los precios del transporte público están diferenciados por quién presta el servicio y no por la calidad del servicio”, se quejó el ministro, para quien que un camión particular cueste 400 pesos y uno estatal 200 es algo inconcebible.

No obstante, reconoció que las tarifas centralizadas del Estado muchas veces son bajas y no cubren los costos reales de la transportación. Eso se traduce en la incapacidad de las empresas de reparar sus vehículos y, según el ministro, de generar utilidades para sus trabajadores, lo que repercute en la plantilla. Lo mismo ocurre, añadió una diputada, cuando las asignaciones de combustible son insuficientes y los choferes se quedan inactivos, lo que los empuja a buscar otro trabajo.

Pese a la crítica al sistema, el debate quedó en nada: “Las tarifas no se pueden incrementar, porque esto incidiría en el aumento de la inflación y tendría una repercusión social negativa”. Sin embargo, prometieron poner coto a los precios abusivos de los particulares.   

“Existe una tendencia a arrendar ómnibus públicos, pero la idea es que se arrienden vehículos que no vayan a ser utilizados, no que las empresas cuyo objeto social es el transporte arrienden sus medios. Si se logra gestionar el combustible, estas empresas pueden ofrecer transporte a las personas de menos ingresos”, propuso Rodríguez Dávila, aunque sin aclarar de dónde saldrá ese combustible.

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