Los pésimos datos de la economía cubana no permiten una mejora ni a corto, ni a medio plazo

Pavel Vidal señala que el poder adquisitivo de las familias “ha sido pulverizado"

Una de las variantes que adopta la miseria en La Habana es la de los "mendigos vendedores". (14ymedio)
Una de las variantes que adopta la miseria en La Habana es la de los "mendigos vendedores". / 14ymedio
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28 de octubre 2024 - 18:21

Madrid/“En economía todo se paga, no se puede crear riqueza de la nada”. Así de contundentes son las conclusiones del más reciente informe especial del Observatorio de Monedas y Finanzas de Cuba (OMFi), dirigido por el economista cubano residente en Colombia Pavel Vidal. En él, el experto analiza los seis indicadores macroeconómicos esenciales de la Isla que explican “el costo de no hacer nada”, como ha titulado el documento. 

Los seis cuadros, todos con datos de la Oficina Nacional de Estadística e Información (Onei) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), recogen cifras de 1990 a 2022 y abordan el déficit fiscal, la oferta monetaria, el producto interno bruto (PIB), la tasa de cambio en el mercado informal, la tasa de cambio promedio, y la relación salario-productividad. El resultado es claro: todos los indicadores crecieron exponencialmente, a excepción del PIB, que se desploma. 

“La contracción del PIB no solo agrava el desequilibrio entre oferta y demanda de productos, sino que incrementa la dependencia a las importaciones, generando así una demanda permanente y estructural de divisas”, explica el informe, que llega pocos días después de que se hiciera público otra publicación, bajo el título de Perspectivas del Comercio Internacional 2024, en la que la Cepal asegura que las importaciones se contraerán este año un 5%. 

“La contracción del PIB no solo agrava el desequilibrio entre oferta y demanda de productos, sino que incrementa la dependencia a las importaciones”

Las exportaciones sufrirán aún más, con una contracción del 15% fruto de la crisis de productividad que también comenta Vidal. “Las cifras de decrecimiento de las exportaciones, la agricultura y las producciones manufactureras meten miedo. La crisis ha afectado la capacidad de producción potencial, no es solo una cuestión coyuntural”, agrega. El panorama es desalentador, ya que la crisis energética, la migración masiva y el deterioro galopante de las infraestructuras no permiten que se vislumbre una mejora ni a corto, ni a medio plazo.

El informe repasa datos sobradamente conocidos: no hay divisas, el déficit se compensa con emisión descontrolada de moneda sin respaldo, la inflación es oficialmente superior al 30% y llega a tres dígitos si se incluyen los datos del mercado informal, la depreciación del peso es constante y, aunque los salarios se incrementaron en 2021, no lo han vuelto a hacer de manera significativa. Esto, aunque provoca sufrimiento en la población, es paradójicamente una de las pocas buenas decisiones del Gobierno cubano, señala el economista. 

Seis indicadores macroeconómicos del desastre cubano.
Seis indicadores macroeconómicos del desastre cubano. / OMFI

La medida “evita que se generen ciclos repetitivos y superfluos de aumentos de salarios, aumentos de precios, nuevos ajustes de salario, y así sucesivamente, como ha ocurrido en economías que terminan en escenarios de hiperinflación, como ha ocurrido en Venezuela”. De este modo, Cuba ha evitado situarse en un escenario de hiperinflación, formalmente correspondiente a quienes sobrepasan el límite de más de 50% en un solo mes.

Sin embargo, el costo social es “extremadamente alto”. El poder adquisitivo de los ingresos fijos en pesos cubanos, prosigue, “ha sido pulverizado y ello ha llevado a la pobreza a las familias que no cuentan con otras fuentes alternativas de recursos”, reflexiona Vidal.

El economista denomina “impuesto inflacionario” al sobrecosto alcanzado por los bienes y servicios en la Isla a causa del imparable alza de los precios y que recae en toda la población sin importar su salario o fuentes de ingreso, generando mayor vulnerabilidad en quienes menos tienen. “Al no hacer nada sustancial para detener la caída de la producción nacional y las exportaciones, y para reducir el desbalance del presupuesto, el Gobierno ha permitido un ajuste asimétrico de la crisis que recae en las familias que dependen de ingresos fijos en pesos”, insiste.

Cuba no puede seguir esperando “un aliado internacional que no existe y milagros de un modelo económico que no da más”

Así, Vidal considera que el modelo conserva de socialista poco más que el nombre y los “discursos”, pero no se da en la práctica. “El beneficio social de los subsidios, los programas y transferencias presupuestadas, y de la gratuidad de la educación y la salud, no es real cuando lo deben pagar las familias más pobres mediante un oneroso impuesto inflacionario”.

El informe también recuerda que Cuba no puede seguir esperando “un aliado internacional que no existe y milagros de un modelo económico que no da más”, ni inflando un sistema empresarial estatal que solo “drena recursos humanos, financieros y presupuestarios”. 

El documento se ha hecho público este lunes, apenas unos días después de las malas noticias del informe de la Cepal, por otra parte esperadas. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe, que depende de la ONU, subraya que la caída del precio del níquel y el derrumbe de la producción azucarera convierten a Cuba en una de las cinco naciones del continente con mayor contracción en las exportaciones. 

El informe no incluye los recursos que la Isla obtendrá de la exportación de servicios, ya que La Habana no los ha facilitado, “algo que llama la atención debido al alto peso que tienen”, recuerda el economista Pedro Monreal, sin mencionar expresamente a los médicos, que suponen miles de millones al año para el Estado, incluso a pesar del descenso en los últimos años.

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