El régimen cubano dolariza la economía para captar "las divisas que hoy se mueven ilegalmente"
Marrero pidió que el Gobierno tenga un control sobre la moneda extranjera y sea quien la ponga “en función del bienestar de la población"
Madrid/El primer ministro puso este martes negro sobre blanco el plan gubernamental del que más se habla en los últimos días en la calle a partir de la tan comentada apertura del supermercado 3ra y 70, en los bajos del hotel de lujo Gran Muthu Habana, que solo acepta el pago en dólares. Manuel Marrero aclaró en un mensaje difundido por los canales oficiales que la dolarización “parcial” que anunció ante el Parlamento el pasado diciembre es un proceso “para poder adquirir divisas que se están moviendo de manera ilegal en la sociedad”.
Las palabras son las pronunciadas literalmente por el jefe de Gobierno en el reciente período ordinario de sesiones de la Asamblea Nacional, que trascienden ahora de manera textual con el fin de aclarar las “dudas y preocupaciones suscitadas por estos días en redes sociales”. Marrero pidió que el Gobierno tenga un control sobre las divisas y sea quien las ponga “en función del bienestar de la población", a pesar de que el debate indique más bien un malestar generalizado, especialmente para la población que no cuenta con la moneda que da acceso no ya a un buen nivel de vida, sino simplemente a alimentos básicos ausentes en bodegas y tiendas en moneda libremente convertible (MLC), con cuya desaparición se especula cada vez más abiertamente.
La nota del Gobierno insiste en que “el camino a seguir es la desdolarización de la economía, pero hay que transitar por este camino previo”. La frase recuerda exactamente a las palabras que en octubre de 2020 pronunció el entonces viceprimer ministro y titular de Economía, Alejandro Gil Fernández –ahora detenido por un presunto caso de corrupción nunca aclarado–, al referirse a las tiendas en MLC, que habían comenzado un año atrás a vender electrodomésticos y meses antes a ofrecer productos de alimentación.
El funcionario las calificó de “no deseables pero necesarias y transitorias” y argumentó que “subsidiaban” la “justicia social”
El funcionario las calificó de “no deseables pero necesarias y transitorias” y argumentó que “subsidiaban” la “justicia social”. La idea era –como ahora– "hacer algo porque se están escapando las divisas” y reaprovisionar para “garantizar un mínimo de oferta en moneda nacional". También entonces se declaró la intención de que el proceso desembocara con el peso como única moneda en circulación. Los resultados están a la vista.
La nota publicada en redes por el Gobierno de Cuba resalta que habrá “esquemas territoriales de dolarización, sobre todo a sectores exportadores, para que puedan reaprovisionarse y continuar produciendo, y que esto también tenga un impacto en las producciones en moneda nacional para la población”. El parecido con las declaraciones de Gil Fernández salta a la vista.
Las medidas de control afectan a las ventas mayoristas y minoristas, que deben ser aprobadas tras tomar en consideración su fundamentación. También se menciona el pago de aranceles en divisas “sobre todo para las operaciones de comercio exterior de las formas de gestión no estatal”, una medida que sigue la misma senda, ya que antes estaba permitido hacerlo en MLC.
“Se suma también la aceptación de efectivo en divisas en determinados establecimientos, para que las dificultades con los procesos de pago electrónico no limiten la obtención de ingresos”, indica el texto, lo que significa que el Estado sacrifica su fracasada política de bancarización –especialmente en los pagos en comercios– con tal de recoger las divisas.
“Las acciones se han implementado en el sector del turismo, en Casas del Habano, en farmacias internacionales, ópticas, clínicas internacionales, salas de última espera de los aeropuertos y otros entornos que excepcionalmente se han autorizado”, resume el mensaje.
También recuerda que “se han aprobado esquemas para pagarles directamente a determinados productores un componente en divisas, para que puedan adquirir sus insumos"
También recuerda que “se han aprobado esquemas para pagarles directamente a determinados productores un componente en divisas, para que puedan adquirir sus insumos, tanto a algunos que producen bienes que son exportables como a los productores agropecuarios”. Cabe recordar que esta medida ya se había prometido hace años para aquellos productores que entregaran un excedente con respecto a lo contratado, sin embargo, la mayoría de los potenciales beneficiarios se quejaban constantemente de los impagos, que les impedían acceder a la compra de insumos que solo se podían pagar en divisas.
Los primeros resultados de estas políticas han llegado en tromba. El dólar cerró el año exactamente en 300 pesos en el mercado informal de divisas, según la tasa representativa que publica diariamente El Toque. Solo ocho días después, la moneda ya se cambia por 330 pesos cubanos, un salto mucho más vertiginoso que la caída previa. La moneda, tras una primavera y verano al alza, durante los que se temió que alcanzase un tipo de 1x500, se estancó desde septiembre en torno a los 325, con pequeñas oscilaciones.
La parálisis se debía, fundamentalmente, a las nuevas medidas para el sector privado, incluyendo la prohibición de vender de forma mayorista productos importados o los precios máximos a un grupo de alimentos considerados esenciales. La cautela se trasladó al mercado paralelo del dólar hasta que, en los 15 últimos días de diciembre, llegó la caída hasta los 300, de la que se ha recuperado en una sola semana, especialmente a medida que ha ido conociéndose el aumento de las tiendas en dólares. El comercio de Infanta y Santa Marta, en La Habana, es otra de las nuevas tiendas Caribe que vende en dólares y, aunque aún acepta el MLC, los propios empleados contaron a este diario que era previsible que esto cesara.
Las reacciones a la publicación del Gobierno han dejado claro el malestar, una vez más, por esta especie de recurrente apartheid al que se enfrentan los ciudadanos
Las reacciones a la publicación del Gobierno han dejado claro el malestar, una vez más, por esta especie de recurrente apartheid al que se enfrentan los ciudadanos. “No más engaño. Acordarse de la tarea ordenamiento, fracaso total para el pueblo. Ustedes son burgueses, defienden la burguesía creada por ustedes. No más mentiras ni usen el nombre de Fidel ni del socialismo”, reclamaba un comentarista.
Otro enseñaba la puerta de salida al primer ministro. “Si alguien a usted lo elige para darle un servicio, sea cual sea, y pasado un tiempo determinado a usted le ha sido imposible o difícil cumplir con su palabra empeñada, lo más justo, moral y ético es que usted mismo entregue los beneficios otorgados anteriormente y se da el espacio para que otro ejerza o dé el servicio acordado”, le señala.
Nada de eso está, ni de lejos, sobre la mesa. Aunque su predecesor en el discurso, Gil Fernández, ya sabe lo que es tener que hacer mudanza.