El régimen cubano moviliza a sus expertos para intentar frenar el derrumbe del peso
Un funcionario del Ministerio de Economía y Planificación sugiere un sistema de flotación de la moneda nacional similar al modelo aplicado con el euro
Madrid/Ante el imparable derrumbe del peso, el régimen cubano moviliza a sus economistas y les solicita propuestas, como las que publica esta semana Cubadebate de la mano de Joel Ernesto Marill Domenech.
En una serie de dos artículos, el funcionario del Ministerio de Economía y Planificación sugiere un sistema de flotación de la moneda nacional similar al modelo aplicado con el euro. Una propuesta "poco viable" porque el país no tiene reservas de divisas y tampoco producción para respaldar su propia moneda, le contesta el experto independiente Pedro Monreal.
La nota del diario oficialista se ha llenado de comentarios de lectores que tienen sus propias propuestas, la mayoría de las cuales pasan por el cierre de las tiendas en moneda libremente convertible (MLC) y los acuerdos entre mipymes y Estado para que estas puedan comprar en las Casas de Cambio (Cadeca) las divisas que necesitan para importar, aliviando la presión que las encarece en el mercado informal.
El experto, en cambio, ya anticipaba esta lluvia de ideas. "Los retos que enfrenta la política cambiaria del país no son nada sencillos, aunque algunos comentarios en redes sociales en ocasiones subestimen las complejidades del proceso", expresa, antes de elaborar su propia hoja de ruta. En primer lugar promueve que la formalización de las operaciones –que el Gobierno ya está intentando poner en práctica con el proceso de bancarización– y la estabilización del tipo de cambio deben ser los objetivos principales.
El primero señala como indispensable la estabilidad macroeconómica que es, precisamente, "el más complejo de todos" y pasa por "una reducción profunda de los desequilibrios fiscales"
En las actuales condiciones, adelanta, no sirve un proceso como el practicado en los 90 a través de las Cadeca, pues operan más actores económicos y hay canales informales para el envío de remesas que complican la constitución de un esquema cambiario. Sin embargo, Marill Domenech propone cuatro puntos a discutir para alcanzar el objetivo. El primero señala como indispensable la estabilidad macroeconómica que es, precisamente, "el más complejo de todos" y pasa por "una reducción profunda de los desequilibrios fiscales".
Pocos comentaristas han puesto sus ojos en este bloque que plantea un ajuste económico que se reflejaría en la supresión de subvenciones y subsidios y en la "racionalización" del gasto del Estado, y esto sería solo en el corto plazo, porque para el medio el autor propone "transformaciones más estructurales en las dimensiones del sector presupuestado y en el incremento de la eficacia del gasto público". Además, insta a movilizar ingresos subiendo tasas y tributos, así como modernizar la Oficina Nacional de la Administración Tributaria (Onat) para mejorar el control de capitales y reducir la evasión fiscal.
El autor admite que "el rediseño integral de la política tributaria" y "los ajustes fiscales" son procesos muy complejos, especialmente en un modelo de Estado socialista, que deberá, si quiere seguir protegiendo a los más vulnerables, "redistribuir sus costos sobre aquellos que estén en mejores condiciones para asumirlo".
El segundo frente, dirigido a la formalización de las operaciones, propone "regulaciones, garantías, incentivos y penalidades" para que quienes se mueven en el mercado negro pasen al legal. "Para tal fin, un incentivo indispensable será que el tipo de cambio del mercado oficial pase a reflejar en todo momento las condiciones objetivas del mercado y a modificar su valor según las tendencias subyacentes en el mismo".
La idea es crear un mercado "que permita y privilegie el acceso legal de oferentes y demandantes a canjear sus divisas libremente con los operadores financieros del nuevo mercado cambiario formalizado", algo que el economista Pedro Monreal ha llamado "blanqueamiento del mercado informal de divisas". El tipo de cambio sería "de flotación en bandas" o administrado por el Banco Central de Cuba, un modelo similar al que sigue el euro y que fija máximos y mínimos que no debe rebasar la moneda, y ante los que actuar si ocurre. "Pero las intervenciones de la autoridad monetaria deberán basarse en instrumentos económicos y no mediante el control administrativo", alerta el autor.
Monreal propone, más bien, un mercado cambiario de "dos niveles: operaciones empresariales con los bancos y operaciones minoristas en Cadeca" y un régimen de paridad móvil
El último de los pilares es el de la comunicación y capacidad de generar confianza en el usuario, algo muy complicado en Cuba, por los escasos niveles de transparencia, formación económica básica de la población y, sobre todo, la conciencia adquirida durante décadas de que su moneda no vale nada.
La propuesta no ha caído en saco roto. Pedro Monreal ha recogido el guante y aborda el debate en su cuenta de X (Twitter). El experto, que reside actualmente fuera de Cuba, señala que para un régimen cambiario de flotación en bandas se requiere poder devaluar las tasas oficiales, algo aceptable, así como el uso de reservas de divisas, una opción casi imposible para un Gobierno que carece de ellas.
Monreal propone, más bien, un mercado cambiario de "dos niveles: operaciones empresariales con los bancos y operaciones minoristas en Cadeca" y un régimen de paridad móvil (que combina un valor nominal fijo que se ajusta por factores como la inflación y uno variable). A su juicio, esa herramienta sería más flexible para controlar las pequeñas devaluaciones que se produzcan.
Tampoco comparte Monreal la idea de que el equilibrio macroeconómico es un prerrequisito, ya que la demora puede ser letal. "El primer paso de la secuencia debería ser apoyar la transformación del componente de pequeña producción mercantil privada del sistema agropecuario en un componente privado más diversificado con mayor peso de la empresa privada de capital nacional", considera el experto.
Según su opinión, el mercado informal de divisas en Cuba gira alrededor del consumo de alimentos. "Sin incremento de la oferta nacional de alimentos, no habría respaldo material de la moneda nacional. Sin eso, lo demás es echar agua en canastas", añade.
Sea como fuere, el mero hecho de plantear reformas de este calado en Cubadebate coloca sobre la mesa, como válidos, conceptos casi proscritos años atrás en la Isla y así lo han visto los lectores que han intentado asimilar el texto. "Muy bueno el artículo –señala un comentarista–. En otras palabras, todo ha sido un camino largo hacia el capitalismo. Una lucha del Estado contra el mercado; y el mercado 10, el Estado 0. KO".
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