Con un retraso de cinco años y maquinaria extranjera, la fábrica de cacao de Baracoa echa a andar

La Habana/La fábrica de cacao de Baracoa echa a andar cinco años después del anuncio de una inversión millonaria de importe desconocido. La prensa oficial sitúa la cantidad en "43.000.000 entre moneda nacional y extranjera", que en la práctica supone no revelar el monto. De ese dinero "adeuda miles en MLC a la Empresa Forestal y del Coco de Baracoa, pero las autoridades ya sueñan –como titula Granma– con "sacarle rédito a la delicia", eso sí, fuera de la Isla.

El medio oficial dedica un reportaje a la fábrica, instalada en el mismo espacio que el entonces ministro de Industria Ernesto Che Guevara inauguró en 1963, donde se anuncia como inminente el momento de rentabilizar la obra. Las dos líneas de procesamiento industrial aprovechan mejor el producto que se va a "vender en el exterior a excelentes precios", dice Reynaldo Mosqueda Martínez, ingeniero e inversionista. Según cuenta, en estos momentos se preparan para exportar dos contenedores de manteca y otros dos de cacao micropulverizado.

El retraso, como es habitual, ha sido la tónica desde que se anunció de manera triunfal la reconversión de la fábrica, en 2017. La responsabilidad en este caso es para "los fabricantes foráneos a los que se compró la tecnología", el suizo Bühler y el italiano Mazzetti, que demoraron en el envío de técnicos para formar a los cubanos, montar y probar los equipos, según Granma.

Solo en noviembre de 2022 echó a andar la nueva línea de procesamiento industrial de cacao

En noviembre de 2021, la prensa local retomó el tema y afirmó que la pandemia había obligado a frenar la puesta en marcha de la planta, especialmente porque los obreros nacionales tuvieron que regresar a sus provincias de origen y los extranjeros a sus países. Aquello detuvo el montaje de la maquinaria y todas las fases posteriores, pero la confianza era máxima para arrancar por fin, coincidiendo con la reapertura de fronteras (el 15 de ese mes y año).

Como era previsible, la espera se alargó y solo en noviembre de 2022 echó a andar la nueva línea de procesamiento industrial de cacao, mientras que la otra, responsable de la elaboración de bombones y tabletas, está en pruebas desde abril y espera la validación técnica que aún no ha superado.

Granma describe con lirismo el funcionamiento de la "novísima" máquina, que ha tenido un primer efecto en el empleo. La vieja precisaba de dos operarios trabajando, mientras que a la actual le basta con uno. "Tuvimos que reubicar fuerzas para otras áreas", dice Juan Miguel Martínez, jefe de brigada.

Con la nueva tecnología se descascara, muele, pulveriza, separa la manteca y envasa. También se seca, tuesta y desbacteriza la materia prima. Hay un nuevo laboratorio que controla que se sigan los estándares internacionales y también se han mejorado otras áreas, desde la administrativa a la logística y el transporte. "En la sala de control hay silencio, una computadora y una muchacha con la mano en el mouse y la vista fija en el escritorio; Yisel Ochoa Llorente no escribe, da clic", reseña el diario oficialista ensalzando las modernidad de un ordenador frente al lápiz y papel en pleno 2023.

Antes se procesaban siete toneladas de cacao en 16 horas. "Con estos equipos hacemos el doble de ese volumen en el mismo rango de tiempo"

Pero donde la tecnología sí va a dar un salto real es en las cantidades a producir, siempre y cuando se cumplan las previsiones. Mosqueda Martínez afirma que antes se procesaban siete toneladas de cacao en 16 horas. "Con estos equipos hacemos el doble de ese volumen en el mismo rango de tiempo". También duplica la velocidad la máquina de embolsar cacao pulverizado. 42 segundos en llenar una bolsa de 15 kilos. En 16 horas, la fábrica producía –en su línea dos– 2,5 toneladas de tabletas y confituras que ahora se incrementarán hasta las 9,6. Y los bombones, sostiene, también darán un salto, ya que desde abril se está vendiendo pasta de chocolate amargo a las fábricas de Ciego de Ávila, Camagüey, Baracoa, Santiago de Cuba y Granma.

La nueva climatización para conservar también suena prometedora. "Todo terminaba en un mismo local: de la prensa salían ardiendo las tortas y se almacenaban aquí, teníamos que someterlas a un proceso de enfriamiento que a veces obligaba a esperar 24 horas para iniciar la micropulverización. Lo más que lográbamos eran cien sacos en una jornada, ahora los duplicamos; el cambio ha sido como de la noche al día", agrega Martínez.

Además, el producto es "más refinado, de mejor acabado, superior en cuanto a sabor, olor y textura, en fin, más competitivo".

Sin embargo, la nueva industria sufre el mal que nunca dejan de padecer también las viejas. "La máquina envolvedora de tabletas afronta dificultades para sincronizar, técnicos extranjeros han de obrar el reajuste. Se espera que arriben en los próximos días, le confirmó a Granma el director de la UEB, Pedro Azahares Cuza. (...) Ojalá que el buen augurio no le resbale".

A pesar de que el consumidor cubano está acostumbrado a los productos de la marca Baracoa, resulta poco creíble que esta industria pueda abrirse paso en el mercado internacional, al que llega con décadas de retraso. La alta competitividad que le atribuyen los funcionarios a los chocolates cubanos no se compara con la variedad de productos extranjeros que ofertan distintos porcentajes de pureza de cacao y una amplia gama de formatos que no se limita solamente a bombones y tabletas.

La mezcla con maní, nueces, almendras y otros granos tampoco ha sido un fuerte de la industria cubana, cuyas producciones de cabecera son el chocolate solo o con leche. Además, con los altos índices de azúcar que añade a sus productos, la marca se aleja de un mercado que busca opciones saludables y ecológicas. Incluso dentro de la Isla, donde las ofertas son pocas y dependen de la importación, los chocolates Baracoa –que el cubano recuerda en envoltorios plásticos y sin adornos– han sido desplazados por marcas como Nestlé, cuyo catálogo se muestra más atractivo al consumidor.

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