Salarios de más de 30.000 pesos para los trabajadores del mercado nocturno de Ciego de Ávila

La Empresa Provincial de Acopio no explica por qué en este caso consigue productos y beneficios

Sabor Avileño y su “hermano menor”, El Cubanito, trabajan de 6:00 pm a 12:00 pm
Sabor Avileño y su “hermano menor”, El Cubanito, trabajan de 6:00 pm a 12:00 pm / Empresa de Acopio de Ciego de Ávila
14ymedio

01 de junio 2024 - 19:26

La Habana/Invasor salió este sábado, nuevamente, en defensa de los mercados estatales que están abiertos hasta la medianoche en Ciego de Ávila. La iniciativa, que arrancó el pasado marzo y planea expandirse a otros municipios, es polémica pero da resultados, argumenta el diario oficialista: los 16 trabajadores de su buque insignia, Sabor Avileño, ganan de 30.000 a 40.000 pesos al mes, una cifra significativa dado el sector. 

“Baten vientos de prosperidad en pleno centro de la capital avileña”, celebra el periódico del Partido Comunista al comentar los salarios de los cuatro dependientes, cuatro estibadores, dos custodios, dos choferes y cuatro compradores de Sabor Avileño. Su directora, Mairelys Leyva, informó a Invasor de que no siempre podía pagar esa cantidad a sus empleados. Si solo logran, por ejemplo, vender durante el mes alimentos por el valor de 1.900.000 pesos –suma que considera mediocre– solo perciben salarios básicos. “La empresa no puede deteriorar sus indicadores”, advierte. 

Con el raro privilegio de contar con dos camiones –y combustible para moverlos–, el mercado no solo ofrece servicios a los avileños. Transportan productos “lo mismo a La Habana que a Santiago”. A la pregunta de Invasor sobre quiénes son sus clientes principales, la respuesta de Leyva es de un pragmatismo inédito en la anquilosada economía socialista: privilegian a “quien nos pague”. Sin embargo, Leyva no explica por cuánto dinero compra los productos a los guajiros y tampoco informa sobre los precios de su mercado. 

“Dado que la fórmula del éxito aporta dividendos promisorios, es obvio que la Empresa Provincial de Acopio se encamina a extenderla”

El horario nocturno, argumenta Leyva, es una de las razones por las que les va tan bien. “Dado que la fórmula del éxito aporta dividendos promisorios, es obvio que la Empresa Provincial de Acopio se encamina a extenderla”, coincide Invasor. La iniciativa –que ya se empleó, con menos éxito, en Santiago de Cuba– se la deben a Ariel Nieves, un antiguo director de Acopio, que se cansó de proponerlo a sus superiores hasta que por fin lo autorizaron. 

El directivo –cuyo lema era “si el dinero corre, las producciones también”– salió del cargo hace pocas semanas y no logró ver desde la oficina provincial de Acopio el éxito de los mercados nocturnos. 

Sabor Avileño y su “hermano menor”, El Cubanito, trabajan de 6:00 pm a 12:00 pm, y además mantienen un horario normal de 8:00 am a 4:00 pm. Al menos en teoría, pues como admite Invasor en su artículo de este viernes, se puede trabajar “salvo que lo impidan las interrupciones del servicio eléctrico”. Los apagones son el talón de Aquiles del sistema nocturno, aunque Leyva no menciona la inestabilidad energética del país dentro de sus preocupaciones. 

Bajo su dirección, hasta los “cuadros” acuden al surco y al mostrador de venta, asegura. También se aseguran de tener a los productores contentos con el Estado. “Les hacemos pagos anticipados, para garantizar que el producto vaya a su destino. Evaluamos la cosecha; por ejemplo, la caballería de tomate debe reportar tantos quintales. Entonces hacemos un pago anticipado del 70% y ya él puede ir trabajando con ese dinero. Cuando entrega, le damos el 30% restante”, afirma. 

Bajo su dirección, hasta los “cuadros” acuden al surco y al mostrador de venta, asegura

Su verdadero problema es la “competencia”, subraya, con quienes “pagan más” al productor que Acopio: las mipymes y la estatal Frutas Selectas, que someten a Sabor Avileño a “una especie de forcejeo desigual”. A su favor tienen la carta de que las “reglas del juego” –la burocracia de la contratación– favorece a Acopio. 

De los clientes solo se habla al final del artículo, para admitir que “alcanzar la satisfacción” de los consumidores exige recorrer “una vereda bien larga”. Para ilustrar el descontento de los avileños recurren a un chiste: Ciego de Ávila, “mal llamada Tierra de la Piña” por su antigua abundancia de esta fruta, ahora debe importar la que consume desde Matanzas.

La enumeración sigue: la sal viene a la provincia gracias a una “gestión” de Guantánamo; la malanga y el plátano se hacen traer de Sancti Spíritus; de La Habana –y a cambio de calabazas avileñas– se trajeron 1.200 quintales de boniato. Pese a todo, insiste Leyva, el mercado nocturno da negocio y pronto, al menos en teoría, se abrirán otros cinco. “Siempre y cuando estén al alcance de Acopio los recursos financieros y materiales para asumir los trabajos de mantenimiento y las modificaciones constructivas que demandan los inmuebles”, avisa. 

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