Los taxistas privados recelan de las medidas del Gobierno para "ordenar el servicio"
La Habana/Las nuevas medidas para regular el sector privado van llegando a cuentagotas, con el anuncio el pasado sábado de la creación de piqueras, itinerarios fijos y precios de cinco pesos por cada tramo de 8 kilómetros.
Según la viceministra de Transporte, Marta Oramas Rivero, con esta iniciativa se pretende "ordenar el servicio" ofrecido por los almendrones. El noticiero del mediodía anunció, el pasado sábado, nuevas regulaciones para el transporte privado de pasajeros en La Habana. El experimento busca "ordenar el servicio", dijo la funcionaria.
"El precio de la ruta total es la suma de estos segmentos", señaló Oramas, quien también detalló que podrán acogerse voluntariamente los "porteadores privados que decidan". No obstante, el anuncio ha comenzado a generar suspicacia en un sector que en los últimos meses ha experimentado un aumento en los controles y requisitos.
Las nuevas piqueras, que entrarán a funcionar "próximamente", serán operadas "por una entidad estatal y no por una cooperativa"
En febrero pasado, el Gobierno impuso precios topados a los 7.100 almendrones de la capital. Desde que se permitieron las licencias para ejercer la actividad a mediados de los años 90 y hasta ese momento las tarifas se regían por la ley de la oferta y la demanda.
En respuesta a las regulaciones, muchos conductores eliminaron las paradas intermedias y optaron solo por admitir a los pasajeros que hacen las rutas completas, una situación que hacontribuido a complicar el transporte en la ciudad más poblada del país.
Las nuevas piqueras, que entrarán a funcionar "próximamente", serán operadas "por una entidad estatal y no por una cooperativa", aclaró Oramas.
Los transportistas, sin embargo, carecen aún de la información necesaria, ya que se ha explicado que quienes se sumen a la iniciativa deberán "establecer relaciones contractuales" con la entidad estatal encargada pero se desconoce cuál será la que gestionará los puntos de salida.
"Después de trabajar una década en [la estatal] Taxis-Cuba decidí ganarme la vida con mi propio carro", asegura Walfrido, de 38 años y asiduo al Parque de la Fraternidad, donde recoge la mayor parte de sus pasajeros. "Si las piqueras van a estar administradas por esa empresa no me sumo porque es muy ineficiente".
Walfrido teme que "empiecen organizando las salidas y terminen diciendo a dónde tiene que ir el carro". Durante sus años como taxista en una entidad del Estado muchas veces tuvo que "dejar de recoger clientes para transportar invitados del Gobierno, personas que iban a alguna actividad o funcionarios", recuerda.
Sin un sindicato que los represente de manera independiente, las posibilidades de presión de los transportistas frente al Gobierno son mínimas. Sin embargo, cuentan con la fuerza que les proporciona la capacidad de hacer colapsar la circulación en las ciudades.
La viceministra expone como ventaja que quienes formen parte del experimento podrán acceder a la venta de combustible a precio diferenciado en el mercado mayorista y a la compra de "partes y piezas", según disponibilidad, que les permitan mantener en funcionamiento sus autos.
La promesa de obtener la gasolina o el diésel a menor costo que en los servicentros estatales podría ser un buen estímulo si no fuera porque muchos de los propietarios de estos vehículos se abastecen en el mercado informal. El desvío de combustible del sector estatal mantiene un suministro estable ilegal a precios que oscilan entre 10 y 15 CUP el litro.
La promesa de obtener la gasolina o el diésel a menor costo que en los servicentros estatales podría ser un buen estímulo si no fuera porque muchos de los propietarios de estos vehículos se abastecen en el mercado informal
Algunos ven con buenos ojos la posibilidad de adquirir piezas con descuentos. "Si van a surtir las tiendas me interesa, pero tal y como están ahora mismo hay muy poco que rebajar", cuenta Rodobaldo, chofer que hace la ruta hasta La Lisa. "Un mes que tenga que comprar una luz que se me haya roto, ese mes me arruino", comenta. "Así que si las rebajan y mantienen la oferta, bienvenido sea".
Cada botero podrá decidir en qué ruta trabajar y "se le garantizará la exclusividad del servicio" que ofrece en ese recorrido, puntualizó Marta Oramas Rivero, de manera que "solo los designados para trabajar en ella" podrán usarla.
Los autos asociados al experimento estarán señalizados con pegatinas del itinerario y la piquera a la que pertenece, mientras que los que no estén integrados serán identificados con una marca que indique que es un taxi libre.
Sin embargo las preguntas aún son más que las respuestas. "No han aclarado si los asociados tendrán una rebaja en los impuestos, quién pagará el salario de los empleados estatales que trabajarán en las piqueras o si el Gobierno controlará el gasto de ese combustible a menor precio según los kilómetros recorridos", señala Walfrido.
"Este experimento está verde, verde. Va a fracasar y terminará afectando a mucha gente", lamenta.