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Tres emprendedoras promueven una dieta sana en Cuba, donde escasean los alimentos

Camila Martel y Zulema Mesa, fundadoras de Zuca Saludable, y Greisy González, gestora de Delicias Bebé, se han propuesto crear una cultura nutricional en la Isla

Zuca ofrece productos aptos para personas diabéticas y celíacas / IPS
Luis Brizuela / IPS

01 de junio 2024 - 18:50

La Habana/Varias mujeres emprendedoras sortean obstáculos relacionados con la deficitaria producción y elevados precios de los alimentos en Cuba y proponen, mediante pequeños negocios, satisfacer necesidades de dietas más saludables y una mejor nutrición para diferentes grupos. La práctica asidua de ejercicios físicos y la imposibilidad de encontrar en los comercios aperitivos o pequeñas meriendas con productos naturales, llevó a Camila Martel y Zulema Mesa a crear Zuca Saludable, un emprendimiento nacido en La Habana, a fines de marzo.

“Elaboramos granolas, muffins (panquecitos), barritas energéticas y proteicas, al igual que pan de lentejas, sin conservantes, colorantes ni azúcares añadidos, todo con productos 100% naturales”, detalló Martel a IPS.

Estas características “favorecen una alimentación inclusiva, con oportunidades de consumo para personas diabéticas y celíacas”, aunque “nuestros principales clientes son deportistas y seguidores del fitness (práctica de ejercicios de resistencia, flexibilidad y fuerza, a fin de mantener una buena forma física)”, indicó esta violinista de 35 años.

A juicio de Martel, seguir una dieta saludable en Cuba hoy “es complejo”

A juicio de Martel, seguir una dieta saludable en Cuba hoy “es complejo”, al tratarse de un tema donde se combinan variables como los precios, el acceso a una alimentación variada y la cultura nutricional, entre otras.

Convino en que, si bien en el mundo existen diferencias de precios entre alimentos saludables y no saludables, en el caso de la Isla “acceder a alimentos es de por sí caro”. Consideró importante “informarse sobre el aporte nutricional de los alimentos, cómo ayudan a nuestra salud y procurarlos o elaborarlos de la manera más saludable posible”.

Si bien la escasez implica en no pocas ocasiones “comer lo que encuentres”, Martel aprecia que en este propio contexto algunas “personas están buscando cómo alimentarse de forma más saludable”. “Es necesario dar oportunidades a estos productos, sensibilizar a la población sobre los beneficios. Una buena nutrición ayuda a la estabilidad del cuerpo y la mente. Los alimentos muy procesados intoxican. Es un proceso acumulativo, se ve con el paso de los años cuando disminuye la resistencia física o enfermas, sin posibilidad de revertir el daño”, sostuvo.

En años recientes han emergido en la Isla iniciativas autónomas que proponen alimentos sanos, favorecen el consumo de personas con diversas condiciones de salud e incentivan nuevos hábitos dietéticos. Tal empeño encuentra innumerables desafíos en un país con una deficitaria producción agropecuaria que mantiene elevados precios y obliga a importar alrededor de 80% de los alimentos del consumo interno.

Sobre el sector agrícola gravitan numerosos problemas que impiden mayores producciones como la descapitalización industrial y obsolescencia tecnológica; escasez de combustible, fertilizantes, herbicidas y piezas de repuesto para maquinarias; bajos rendimientos, mal manejo de los suelos, así como los efectos de plagas y variables asociadas al cambio climático.

Cada año, en los campos cubanos se pierden significativos porcentajes de cosechas, sobre todo de frutas y hortalizas, por falta de cajas, transporte y la deficitaria cadena de refrigeración. Decenas de medidas gubernamentales en los últimos tres lustros se han mostrado insuficientes para multiplicar las producciones agrícolas.

El Gobierno ha definido la producción de alimentos como un asunto de seguridad nacional y desde octubre de 2022 aprobó la Ley de Soberanía Alimentaria y Seguridad Alimentaria y Nutricional, que establece el marco legal para concretar tales metas. No obstante, el sector agropecuario recibió en 2023 apenas el 3,1% de las inversiones –ligeramente superior al 2,6% del año anterior–, frente al 24,6% que absorbieron los servicios empresariales, actividades inmobiliarias y de alquiler que incluye la edificación de hoteles, confirman datos oficiales.

El asunto se vuelve más complicado teniendo en cuenta inequidades en el acceso de los hogares a alimentos suficientes, variados y de calidad

El asunto se vuelve más complicado teniendo en cuenta inequidades en el acceso de los hogares a alimentos suficientes, variados y de calidad. Mediante una cartilla de racionamiento la población accede cada mes a cierta cantidad de alimentos básicos, insuficientes desde el punto de vista nutricional.

Garantizar dicho sistema exige un desembolso de 230 millones de dólares mensuales (más de 2.700 millones de dólares anuales), según los más recientes cálculos. El Gobierno insiste en que tales erogaciones son insostenibles ante los problemas de liquidez de la economía. Esta forma de distribución muestra atrasos desde hace más de un año, debido a la escasez de divisas y el encarecimiento de los precios de los alimentos en el mercado internacional.

Para el resto del consumo mensual de arroz, cárnicos, lácteos, así como frutas, hortalizas y tubérculos, debe acudirse a tiendas estatales en divisas, mercados de productos agropecuarios, establecimientos privados, cooperativas, trabajadores autónomos y el mercado negro, con precios muy elevados. Otras estadísticas revelan que en los hogares cubanos se dedica más de 70% de los gastos a procurar comida.

“Aún con todos los problemas, es posible en la Cuba de hoy alimentarse de manera saludable. Depende, en parte, de transformar hábitos y utilizar productos que tenemos a mano, saberlos combinar”, valoró Greisy de la Caridad González, gestora del emprendimiento Delicias Bebé, promotor de una alimentación saludable desde la infancia temprana.

Esta fisioterapeuta de 33 años, residente en la capital cubana, precisó a IPS que desde su embarazo comenzó a estudiar sobre nutrición, lactancia y alimentación complementaria a partir de los seis meses, para mejorar la dieta de su hijo. Cuando el niño cumplió año y medio “decidí abrir el emprendimiento para las madres que lo necesitaban. En las tiendas casi no hay alimentos saludables para bebés, hay mucha comida chatarra. Y, desafortunadamente, las madres y padres muchas veces se rigen más por la imagen del producto que por los ingredientes”, aseguró González.

Delicias Bebé aporta principalmente postres que conservan mayor durabilidad fuera del frío / IPS

Delicias Bebé aporta principalmente postres que conservan mayor durabilidad fuera del frío. Todos son elaborados con avena, y casi todos incluyen mantequilla de maní natural, sin añadidos, al igual que miel en vez de azúcar. González es una defensora del consumo de frutas naturales, tubérculos, ensaladas y poca azúcar. “Muchas personas asocian la comida saludable con alimentos para diabéticos o celíacos, y no es así, es para todos. A mis dulces les pongo miel en vez de azúcar; se siente el dulzor, no son insípidos”, señaló.

Lamentó que se dé de beber refrescos de cola a niños pequeños “por ser muy nocivos, debido al alto contenido de azúcar y que no alimentan”. Asimismo, alertó que muchas veces tampoco se presta atención a las etiquetas de los paquetes de galletas, papas fritas y otros productos con empaques muy llamativos y adictivos, con mucha sal, preservantes y grasas”.

“Las chucherías por lo general son caras, y aun así se les da a los infantes, incluso a bebés, sin atender las cantidades. Siempre será recomendable preparar postres en casa, aunque cuesta más trabajo. Yo tampoco tenía arte para cocinar y aprendí después de ser madre, cuando me propuse que mi hijo no tendría esa alimentación”, manifestó.

Varios estudios muestran que una parte significativa de la población cubana mantiene hábitos de consumo de alimentos procesados y fritos, ricos además en azúcares, grasas saturadas y sal. Además, investigaciones de instituciones nacionales alertan que el sobrepeso y la obesidad han aumentado en niños, adolescentes y personas adultas en los últimos años.

Las pesquisas correlacionan estos indicadores con el incremento de diferentes enfermedades crónicas no transmisibles como la hipertensión arterial, cardiopatía isquémica, diabetes mellitus y ciertos tipos de cáncer, entre otras. No se trata de un asunto privativo de Cuba. Según el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (Fida), las tasas de sobrepeso y obesidad en los países de ingresos bajos y medios se están acercando a los niveles de los países de ingresos más altos.

Un informe del Fida, publicado en julio de 2023, apuntó que el consumo de bebidas azucaradas está aumentando en los países en desarrollo, y las ventas mundiales de alimentos envasados pasaron de 67,7 kilógramos por habitante en 2005 a 76,9 kilógramos en 2017.

Los alimentos envasados tienden a ser procesados, lo que a menudo significa un mayor contenido de azúcares añadidos, grasas saturadas y trans, sal y densidad energética de la dieta; lo que a menudo implica una disminución de las proteínas, la fibra dietética y los micronutrientes, añadió el texto.

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