Alain Toledano: "Si nos quedamos callados nos aplastan"
El pastor evangélico habla de la intensa batalla vivida desde que fundó su propia Iglesia en Santiago de Cuba
Santiago de Cuba/El pastor evangélico Alain Toledano siente que ha vivido 18 años de intensa batalla desde que fundó su propia Iglesia en Santiago de Cuba, una congregación que ha vivido un "rápido crecimiento", según cuenta a 14ymedio.
La numerosa asistencia a los cultos "asustó a las autoridades" desde el primer día y entonces "empezaron los enfrentamientos", sostiene el pastor. En Cuba entre las denominaciones de mayor expansión en los últimos años se encuentran las pentecostales y las bautistas.
Aunque las entidades oficiales rara vez dan cifras, organizaciones religiosas internacionales calculan que en la Isla hay unos 40.000 metodistas, 100.000 bautistas, y 120.000 miembros de las Asambleas de Dios. Estos últimos tenían apenas unos 10.000 fieles a comienzos de la década de los 90.
En julio de 1999, Toledano salió de las Asambleas de Dios para crear la Iglesia Enmanuel
En julio de 1999, Toledano salió de las Asambleas de Dios para crear la Iglesia Enmanuel. "Nos reuníamos en un apartamento y la multitud estorbaba a los que trataban de subir por las escaleras del edificio", recuerda. Las presiones de las autoridades los obligaron a trasladar el templo hacia un patio.
"Allí no molestábamos a nadie y aún así llegaban oficiales de la policía para tratar de que no nos reuniéramos", explica el pastor. Considera que desde el principio no se trató de una cuestión de orden y que todas aquellas presiones formaban parte de "un ataque contra la Iglesia".
Entre enero y julio de 2016, más de 1.600 iglesias fueron objeto de persecución religiosa por las autoridades cubanas, según la organización Christian Solidarity Worldwide (CSW). La entidad acusó al Gobierno de Raúl Castro de atacar los templos "para reforzar el control sobre las actividades y la composición de los grupos religiosos".
El informe anual sobre la libertad religiosa, publicado a mediados del pasado año por el Departamento de Estado de Estados Unidos, señaló que el Gobierno de la Isla "supervisa los grupos religiosos" y "continúa controlando la mayoría de los aspectos de la vida religiosa".
Los primeros ataques directos que sufrió Toledano llegaron justamente de parte de la Oficina de Asuntos Religiosos del Comité Central del gobernante Partido Comunista, dirigida por Caridad Diego. "En varias ocasiones envió a sus funcionarios para prohibirme que siguiera haciendo los cultos", señala el líder de Enmanuel.
Toledano, del Ministerio Apostólico Sendas de Justicia, no cedió ante las presiones y la Seguridad del Estado tomó cartas en el asunto. "De entrada no me atacaron, sino que me ofrecieron trabajar para ellos", cuenta. "Me dijeron que necesitaban una persona de influencia en la religión dentro y fuera de Cuba".
El ofrecimiento incluía la legalización de la congregación a cambio de que colaborara como informante y agente de opinión dentro de los pentecostales
El ofrecimiento incluía la legalización de la congregación a cambio de que colaborara como informante y agente de opinión dentro de los pentecostales.
"Ante mi negativa rotunda, entraron en otra fase y vino el desalojo", el primero de ellos en noviembre de 2007. Nueve años después, mientras Toledano estaba de viaje en Miami, la historia se repitió y la policía desplegó un amplio operativo que incluyó a las fuerzas especiales.
En esa jornada fueron arrestados más de 200 fieles de la congregación y la policía echó abajo el lugar habilitado para el culto que la familia Toledano había tardado años en acondicionar.
Los efectivos cargaron también con sillas, bancos, instrumentos musicales, un piano y más de mil bloques de cemento comprados legalmente con los que la familia pensaba mejorar las condiciones de la vivienda y el templo.
"El objetivo era dejarnos sin recursos y presionarnos para que optáramos por emigrar", reflexiona el religioso. "Nadie que es perseguido en Cuba está exento de que pase ese pensamiento por su cabeza", asegura, aunque en su caso ha optado por mantenerse junto a la congregación.
En enero de 2016 el pastor Bernardo Quesada, de Camagüey, también vió como la policía política asaltaba su templo evangélico, destruía el ranchón del patio en que se reunía con sus fieles y lo arrestaba durante varias horas junto a su esposa.
"No es la primera vez que pasa y nos hemos tenido que mover en dos ocasiones por la presión sobre los dueños de los lugares donde nos reunimos", cuenta Toledano
Un año después de aquellos hechos, las presiones no han disminuido para Toledano. "Cuando preparábamos la celebración de los 18 años del ministerio, el pasado 17 de octubre, arrestaron al anfitrión que nos presta su patio para reunirnos". El hombre fue amenazado con ser desalojado y su casa demolida si seguía ofreciendo el terreno a esa congregación.
"No es la primera vez que pasa y nos hemos tenido que mover en dos ocasiones por la presión sobre los dueños de los lugares donde nos reunimos", cuenta Toledano.
En mayo de este año Toledano inició en el reparto Abel Santamaría, en Santiago de Cuba, un proyecto para ayudar con alimentos a vagabundos y otros marginados. "Estamos poniendo nuestro granito de arena en este país, en esta sociedad", declaró entonces a varios medios independientes.
"Es mejor hablar, porque si nos quedamos callados nos aplastan", explica el pastor, que ha escogido el camino de las redes sociales para denunciar el boicot de su congregación.