Bienaventurados los que entrevistan a Pelayo

Una conversación sin señas con el director de La Seña

Pepe Pelayo es una enciclopedia, no solo por la cantidad de libros publicados, sino por su capacidad de teorizar sobre el humor.
Pepe Pelayo es una enciclopedia, no solo por la cantidad de libros publicados, sino por su capacidad de teorizar sobre el humor. / Pepe Pelayo/Facebook
Jorge Fernández Era

09 de marzo 2025 - 14:40

La Habana/Indagué hace unos días con José Pelayo Pérez —Pepe para la historia del humor cubano— si existía algún video de una controversia campesina que hacía La Seña del Humor de Matanzas. Compartíamos criterios sobre un libro en preparación. Su respuesta negativa me dejó con las ganas de volver a ver ese y otros sketches

El atraso tecnológico de los 80 y 90 hizo que la mayoría de los espectáculos del Movimiento de Jóvenes Humoristas surgido en aquella época quedaran solo en el recuerdo de la gente, fenómeno más lamentable en una agrupación como la dirigida por Pelayo, que marcó escuela desde la universalidad, impecable puesta en escena y no concesiones al mal gusto y la chabacanería.

Pepe Pelayo es una enciclopedia, no solo por la cantidad de libros publicados, sino por su capacidad de teorizar sobre el humor y otras aristas del conocimiento humano. Como no bastarán mis preguntas, pueden encontrar otras respuestas en su página pepepelayo.com y el sitio que dirige: humorsapiens.com.

¿Llegas al humor como hobby o como necesidad?

Terminé Ingeniería Civil sin gustarme la carrera. Por mucho que lo intenté, no pude entrar cuando terminé el preuniversitario ni cambiarme después a una de Humanidades. Ya graduado, descubro en la oscuridad provinciana a Aramís Quintero, un amigo con mi mismo sentido del humor, y a otro de tiempos escolares, Moisés Rodríguez, que vibraba en la misma cuerda. Surgió la idea de hacer algo juntos. 

Así que el humor nació por necesidad, y se transformó en profesión, pasión y actitud ante la vida.

Así que el humor nació por necesidad, y se transformó en profesión, pasión y actitud ante la vida

De los grupos surgidos en la década de los ochenta, fue La Seña del Humor de Matanzas el de mayor plantilla. ¿Qué tal funcionó en ti la política de cuadros?

Yo dirigía el grupo, y junto a Aramís las puestas en escena y lo actoral. José Braga era el jefe de escena. Costaba trabajo que respetaran a esos “cuadros”, éramos todos muy amigos y demasiado jodedores. No teníamos militantes del Partido ni de la UJC, tampoco núcleo sindical, a pesar de estar profesionalizados y llegar a ser, con Pible, trece miembros más cuatro técnicos. Nos hinchaban las pelotas los cuadros provinciales de Cultura y del Partido. Esa, y una exposición de humor gráfico e instalaciones que hicimos en la Galería Provincial de Arte, fueron mi única relación con cuadros.

Has abordado con igual éxito la literatura infantil. ¿Puede inducirse el humor desde edades tempranas?

Con el afianzamiento de la lectura a partir de los siete años, el niño domina en mayor medida los recursos lingüísticos que sustentan el humor. Si los fonéticos (onomatopeyas, repeticiones, concatenaciones…) son los que primero producen regocijo casi desde que se aprende a hablar, en la edad que te señalo es cuando comienzan a disfrutar de irreverencias y situaciones absurdas. Los libros de y con humor pueden ayudar. Los placeres creativo, estético y humorístico son muy parecidos al placer lúdico, porque el arte y el humor son puro juego.

El humor se desarrolla en la imaginación y, al igual que el juego, es una manera de entender y manejar lo que nos rodea, las reglas de este mundo y las del lenguaje. Cuando los niños se ríen de un chiste es porque comprenden el mundo. El humor se los muestra desde otro ángulo. Contribuir a formar el sentido del humor de un niño es algo maravilloso.

Te tomas en serio el estudio de los mecanismos que inciden en el acto de la risa. Que los cubanos seamos “la gente más graciosa del mundo”, ¿es realidad o mito?

La mayoría de los países del mundo dicen lo mismo. Somos risueños y extrovertidos, pero solo te recuerdo a Mañach: dijo que lo nuestro es choteo y no humor. Miguel de Marcos afirmó que no somos alegres, que esa risa, canto y baile es un escudo para ocultar nuestra tristeza endémica. 

Miguel de Marcos afirmó que no somos alegres, que esa risa, canto y baile es un escudo para ocultar nuestra tristeza endémica

Yo no podría asegurar tanto, porque no investigo esas áreas, pero no creo en esas frases de puro chovinismo de que “somos un pueblo de humoristas”. Somos en todo caso jodedores. El verdadero humor solo aparece como una débil barcaza, apenas flota en caudalosos ríos de cerveza.

En el humor, lo has expresado, existen límites. Naciste y te formaste en Cuba, has vivido desde 1991 en Chile. ¿Cómo funcionan dichos límites en ambos contextos?

Existen dos tipos de límites: el externo y el interno. El externo puede ser político, como el que viví algunas veces en Cuba; económico, como el que sufrí algunas veces “afuera”, porque el medio de comunicación te lo impone al ir el chiste contra su conveniencia; por la dictadura de las minorías no debes hacer chistes de esto o de aquello, pues te pueden cancelar o funar (hacerte actos de repudio, para que se entienda mejor en la Isla); o por ignorancia (los productores y editores no entienden el humor o lo subestiman, afirman que no da rating).

Una anécdota. Al final de los noventa, me colocaron como guionista de un programa. No me dejaban hacer el humor que me gusta, todo tenía que ser costumbrista y pícaro. Cuando llegaban los cinco minutos donde me permitían hacer el humor blanco que me caracteriza, subía de golpe el rating. Cuando terminaba el segmento, bajaba a como venía. La gerencia del canal se dio cuenta y me designaron director de Humor de Televisión Nacional de Chile.

Hay un limite interno: la autocensura. Debes desarrollarlo para vencer la censura política y evitar ofender, agredir, irrespetar a las personas. Depende del talento, de la educación, formación, ética y buen gusto de cada humorista.

El humor permite desacralizar todo lo que se necesite, bajar del pedestal, desdramatizar la experiencia

Escribiste junto a Aramís Quintero, otro miembro de la Seña, el libro Bienaventurados los que ríen, “guía práctica, clara y precisa, con ejemplos y explicaciones indispensables para introducir el humor en la existencia del hombre”. Ante la crisis que atraviesa Cuba, ¿qué consejos darías a los malaventurados compatriotas que lloran?

El humor permite desacralizar todo lo que se necesite, bajar del pedestal, desdramatizar la experiencia, defendernos de la mala autoridad, vencer los miedos, darnos fortaleza al ver las incapacidades de los demás y reírnos de nosotros mismos. Es una forma de enfrentarse al mundo con un distanciamiento ingenioso, con un estado de ánimo positivo y especial para afrontar y soportar situaciones adversas.

Te ilustraré lo anterior con un ejemplo extremo. La investigación médica ha demostrado que el pánico, la depresión, el odio, la frustración y el miedo pueden ejercer efectos negativos sobre la salud, confirmándose la relación que existe entre tristeza-enfermedad y alegría-curación. Supongamos entonces que me detectan un cáncer. Si dejo caer mi ánimo y mi energía, me invaden las emociones negativas y me hundo más en la enfermedad. Si me acerco al humor, tengo más posibilidades de vencer esa desgracia. Si no lo hago, moriré revolcado en la cama con mi dolor, mi mala vibra y mi frustración. Contaminaré las almas que me quieren y me cuidan. Con el humor, hasta en el último suspiro todo es ganancia. La vida es corta. Sumidos en la desgracia, debemos entregarnos a las emociones positivas (placeres, buenos momentos…) y controlar las negativas. Eso ayuda a tomar las decisiones correctas en la vida.

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