“Mi canción busca recoger los pedazos”
El músico Roly habla sobre los inicios de su carrera artística y la salud de la trova en Cuba
La Habana/De paso por La Habana para grabar un disco en los estudios Egrem de Miramar, junto a varios cantautores, el trovador Rolando (Roly) Berrío habló con 14ymedio sobre los inicios de su carrera artística y la salud de la trova en Cuba.
Pregunta. Junto a otros trovadores está trabajando en estos momentos en un disco que rinde homenaje al proyecto La Trovuntivitis. ¿Cómo surgió ese espacio?
Respuesta. La ciudad de Santa Clara había quedado muy desamparada de música en los años duros del Periodo Especial, así que todo comenzó como anhelos de estudiantes de hacer algo en un etapa con muchas carencias. Florecieron por esa época los proyectos, las peñas y los trovadores.
Empezamos a cantar en varios lugares de la ciudad hasta que El Mejunje nos abrió las puertas a una noche de encuentro para nosotros solos, que éramos cinco o seis trovadores: Diego Gutiérrez, Alain Garrido y el trío Enserie. En La Trovuntivitis nos incluimos todos, es un espacio genérico para la música de autor, para la música que tiene ciertas pretensiones, sociales, estéticas, arriesgadas. Ahora llevamos 20 años cantando ahí.
P. En otras provincias los trovadores no cuentan con espacios propios.
R. Santa Clara ha tenido la suerte de que las direcciones tanto políticas como culturales han dado mucha libertad y apoyo a proyectos jóvenes. Sin muchas dudas, sin miedo. Eso ha ayudado a que exista este movimiento, pero también en la plástica, la literatura y casi todas las manifestaciones. A diferencia de otras provincias, donde hay músicos y artistas con talento pero a la hora de agruparse y tener un apoyo institucional les ha sido difícil llegar a tener un movimiento.
"En La Trovuntivitis nos incluimos todos, es un espacio genérico para la música de autor, para la música que tiene ciertas pretensiones, sociales, estéticas, arriesgadas"
Eso sí, también tuvimos una etapa muy mala en cuanto a dirección política y cultural. Eso llevó a la ruptura y los artistas se rebelaron. Fue un momento de rompimiento.
P. ¿Qué papel jugó Ramón Silverio en el nacimiento de La Trovuntivitis?
R. Todo. Como Bartolomé de las Casas. Ha sido el hacedor, un ejemplo de libertad e inclusión. Proyecto que se le presentase, proyecto que él entendía como suyo.
P. ¿Qué queda en Roly de su paso por el trío Enserie?
R. El trío fue parte de mi comienzo, de mi formación musical e intelectual. No se me desprende, porque sigo componiendo las canciones en tres partes. Le sigo aportando tres modos de atender el tema que esté tratando, tres modos de mirarlo, tres modos de decir la canción.
Parte de los rechazos a la música del movimiento de la Nueva Trova vino, según mi criterio, a que fue muy sentenciosa
Enserie era algo inusual porque la composición se hacía entre los tres, la letra y la música. Era una especie de taller, no conocíamos de reglas, era empírico totalmente. Queríamos darle fuerza a una canción que vivía los años más críticos, la canción de autor en los años noventa fue muy desestimada en el país por los medios de difusión y por ende por buena parte del público.
P. ¿Tiene previsto algún concierto en los próximos meses?
R. El día 10 de septiembre me presentaré en el Museo de Bellas Artes con temas de un próximo disco de canciones sueltas. Todavía no tiene nombre y lo voy a grabar en Francia.
P. ¿Se siente cronista de la realidad?
R. El arte puede lograr sensibilizar sin tener que dictar una sentencia que diga lo que se tiene que hacer. Parte de los rechazos a la música del movimiento de la Nueva Trova vino, según mi criterio, a que fue muy sentenciosa. Iba mucho a la sentencia, al "has de hacer esto" o "tienes que ser el hombre nuevo".
Mi canción busca recoger los pedazos que se fragmentaron y andan medio sueltos todavía en la sociedad, en el país.
P. ¿Cómo valora la salud de la trova?
R. La trova no ha tenido, más allá de los momentos que tuvo en los años ochenta, más repercusión en el plano de masividad. Lo que sucede es que a la gente le gusta una persona de tal género, y no el género como tal. En los años ochenta supieras o no quién iba a cantar, si se anunciaba trova los espacios estaban llenos y la gente iba a conocer, existía una curiosidad que luego comenzó a desaparecer.