“El motor del desarrollo debe ser el empresario criollo, junto a la inversión extranjera”
Miami/Emilio Morales, presidente del Havana Consulting Group, reconoce la importancia de las inversiones extranjeras para el actual proceso de transformación económica de la Isla, pero cree que prescindir del potencial autóctono sería un gran error estratégico. Su empresa, con sede en Miami, se dedica a asesor a empresas y empresarios interesados sobre cómo hacer los negocios en Cuba, realiza estudios de mercado para identificar las oportunidades de negocios y de inversión en los diferentes sectores de la economía.
Pregunta. ¿A qué se refiere cuando habla de "empresa privada" en Cuba?
Respuesta. No puedo decir que en Cuba existe un marco legal que defina una empresa privada para los cubanos, aunque sí lo hace para las inversiones extranjeras. Lo que más se acerca a un sector privado son los cuentapropistas y, sin embargo, legalmente no lo son porque no se les reconoce su personalidad jurídica.
Han pasado un poco más de cinco años desde que se pusieron en marcha los Lineamientos del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), y el cuentapropismo autorizado se ha consolidado como una tremenda fuerza de emprendimiento. Miles de personas se han convertido en verdaderos empresarios. Han aprendido a generar riquezas trabajando, a ser sus propios jefes, a ser eficientes, a dar buen servicio, a crear y posicionar sus marcas. Lo más importante: lo han hecho en condiciones terriblemente desventajosas. Por solo citar una de las más fáciles de resolver: la ausencia de mercados mayoristas, prometidos en el VI Congreso del PCC en el año 2011 y todavía hoy, varios meses después del VII Congreso.
P. ¿Cuál es el margen para los cubanos en el exilio de contribuir al pretendido renacimiento de la empresa privada nacional?
R. En este momento no tiene ningún marco legal que lo permita o facilite, aunque durante los últimos cinco años se ha percibido un fuerte movimiento inversionista solapado y directo de muchos emigrados. Estas inversiones han sido dirigidas a montar o financiar negocios en la Isla junto a sus familiares o amigos en muchas de las 201 modalidades para ejercer el trabajo privado aprobadas por el Gobierno.
"La economía cubana también necesita un cambio estructural muy fuerte para poder insertarse en la economía mundial"
Hoy llegan al país alrededor de 3.300 millones de dólares en remesas en efectivo y otros 3.500 millones de dólares en mercancías. Una parte de estos recursos ha servido para financiar miles de negocios privados que hoy son exitosos en la Isla. Ese dinero llega fundamentalmente de Estados Unidos, alrededor de un 90%, de acuerdo con diferentes estudios técnicos que realizamos todos los años. Esta estimación fue corroborada por autoridades de Fincimex (entidad financiera no bancaria que regula y controla los envíos de remesas a Cuba), que reconocieron que el 92% de las remesas en efectivo que llegan al país provienen de EE UU.
En un momento tan crucial para la economía cubana, ─sin restarle importancia a las inversiones extranjeras─; prescindir de este potencial autóctono, dotado de grandes conocimientos y experiencia empresarial, y con capital o acceso a capital, sería uno de los errores estratégicos más grandes de las transformaciones económicas que se están realizando en el país.
P. ¿Cuáles son las áreas de inversión que Cuba más necesita?
R. Yo diría que en todos los sectores sería importante. En el actual contexto podría decir que el sector turístico es clave, al igual que el comercio minorista, los servicios extrahoteleros, las telecomunicaciones, el acceso a internet, el sector financiero, la construcción, la mercadotecnia, la publicidad, la agricultura, la logística, la distribución y el transporte, por citar los de mayor prioridad en estos momentos.
Sin embargo, la economía cubana también necesita un cambio estructural muy fuerte para poder insertarse en la economía mundial. Básicamente las estructuras legislativas y financieras.
El emergente sector empresarial ha mostrado una fuerza emprendedora que ha asombrado hasta al Gobierno. Es sorprendente que una fuerza con tantas limitaciones para su desarrollo, sin mercado mayorista, sin ser reconocidos como empresas, sin estructura ni capacidad de almacenamiento, sin canales de distribución, ni facilidad de compra en el exterior, pueda florecer y desarrollarse del modo que lo ha hecho hasta el momento. En 57 años esto jamás se había visto. ¿Quiénes son los protagonistas? Los jóvenes, la fuerza real del cambio.
A diferencia del eslogan oficial de las reformas "sin prisa, pero sin pausa", los emprendedores van a toda máquina.
P. ¿Cuál es la posición del Gobierno cubano frente a esta realidad?
R. El Gobierno está tomando nota de esta realidad, eso explica el anuncio del estudio de la nueva ley para definir los límites del sector privado. Hay que destacar que el Ejecutivo ha dado pasos acertados otorgando financiamiento a un poco más de 18.000 trabajadores por cuenta propia por un valor total de unos 600 millones de pesos.
"Hay demasiada burocracia impregnada. Aun con la nueva ley de inversiones, hay muchas lagunas y limitaciones"
Sin embargo, pretender que el motor del desarrollo sea la inversión extranjera y no la combinación del capital y el empresariado criollo junto al foráneo es un ejercicio económico estéril y poco atractivo para los propios inversionistas extranjeros. Además de ser una estrategia que castra el desarrollo empresarial interno y acentúa la dependencia de Cuba de agentes externos una vez más, lo que ha sido el talón de Aquiles de nuestra economía por más de cinco décadas. El desarrollo de un tejido empresarial autóctono y privado es una de las claves para poder atraer el capital exterior y mantener un equilibrio de fuerzas que fortalece a la economía cubana.
P. ¿En qué condiciones se encuentra en estos momentos el acercamiento de empresas extranjeras a Cuba?
R. El empresariado extranjero interesado en invertir en Cuba busca oportunidades de expandir sus negocios. El proceso de acercamiento entre La Habana y Washington sin duda ha generado una gran expectativa y ha puesto a la Isla potencialmente como un destino de inversión atractivo.
No obstante, los empresarios extranjeros saben muy poco o nada del mercado cubano. Además no conocen sus leyes, y el sistema legal del país es muy complicado. Hay demasiada burocracia impregnada. Aun con la nueva ley de inversiones, tiene muchas lagunas y limitaciones.
Esa es la realidad que hoy se vive del lado de acá de la orilla. De la parte cubana se percibe una buena preparación y dominio técnico en los especialistas y directivos del Ministerio de Comercio Exterior e Inversión Extranjera a la hora de tener los contactos con los potenciales inversionistas.
La burocracia se agrava cuando las negociaciones bajan al nivel empresarial, es decir, cuando los inversionistas tienen que sentarse a negociar con los socios futuros del proyecto que se quiere desarrollar. La diferencia en la preparación técnica de este personal con el personal del Ministerio de Comercio Exterior e Inversión Extranjera es de la noche al día.