"Hay una distorsión tan grande del conflicto israelí-palestino que parece que es otro"
León Geifman, judío cubano residente en Israel desde hace 22 años, conversa con '14ymedio' sobre la guerra desencadenada por el ataque terrorista de Hamás
Después del Holocausto, el pueblo judío vivió el peor día de su historia, con la masacre de 1.400 personas en 24 horas
Madrid/No hubo que buscar a León Geifman (La Habana, 1961) para saber cómo está viviendo la guerra un judío cubano en Israel porque él mismo acudió a este diario. No para ser entrevistado, sino porque, en los muchos y variados medios internacionales que consulta, ve noticias "un poco fuera de lo que yo pienso, de mi modesta opinión, de lo que yo veo y lo que he experimentado aquí", dice midiendo las palabras. Quiere que los ciudadanos de la Isla tengan acceso a "las dos caras de la moneda" y, por eso, accede a conversar con 14ymedio, en una videollamada que acaba durando más de una hora.
Nacido en La Habana en 1961, vive desde hace 22 años en Afula, a diez minutos de Nazaret. Con su esposa, "cubana de pura cepa", tiene dos hijas y cuatro nietos. Llegó a Israel en 2001, después del atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York, cuando el país estaba en plena Segunda Intifada y sus hijas eran adolescentes.
Pudo hacerlo por su padre, el judío polaco Aarón Geifman, que llegó a Cuba en 1929 con la intención de seguir viaje a Estados Unidos y se quedó en la Isla, donde está enterrado.
En Cuba, León era traductor e intérprete de inglés-español, dio clases durante diez años en el Instituto Superior Pedagógico de Lenguas Extranjeras en La Habana y fue subdirector de Cultura del municipio de Marianao. "Cuando pedí venir para Israel, enseguida se enteraron y tuve que dejar ese trabajo", cuenta. "Y se enteraron tan rápido como yo presenté la documentación. Los servicios secretos de Cuba a eso se dedican". En Israel, es el director comercial de una empresa de plásticos. "Cuando llegué había una situación muy difícil, pero el país me permitió prosperar, a mí y a mi familia. Y estamos bien. Pero ya le digo, la prensa internacional, la parcialización de la información..."
Pregunta. ¿Qué observa en los medios que no se corresponde con la realidad?
Respuesta. ¿Por dónde empiezo? Hay una distorsión tan grande del conflicto israelí-palestino que parece que es otro distinto del que uno conoce, que los actores son otros, que nada que ver. Y estoy hablando de medios de magnitud internacional, la AP, el New York Times, la BBC, incluso la televisión de España. Esta semana, la Sexta todavía estaba diciendo que Israel destruyó el hospital de Gaza con un misil matando a 500 personas. Ahí hay tres mentiras, por lo menos. Probado por varias agencias de inteligencia, no solamente la israelita. Lo que cayó en el estacionamiento del hospital fue un cohete palestino que salió mal. Y eso pasa muchísimo. Solo en este conflicto 550 cohetes palestinos han caído en Gaza. Otros periódicos importantes tuvieron que pedir disculpas.
P. Como el New York Times.
R. El New York Times tuvo que emitir una disculpa pública. Pero es tan aberrante todo esto. Yo no creo que esos periódicos no tengan experiencia para poner las cosas en su contexto. ¿De dónde viene la información, quién te la está dando? El Ministerio de Salud Pública de Gaza. ¿Y quiénes son esa gente? Son la gente de Hamás, ¡son los mismos! Y estás confiando, cuando están poniendo al mismo nivel de credibilidad a Hamás y a Israel.
Lo que se siente es que hay un deseo expreso de dañar a Israel, la reputación de Israel, y duele, porque conozco a los israelíes y cómo piensan. Aquí todo el mundo pasa por el Ejército, es obligatorio. Mis dos hijas estuvieron en el servicio militar, y sé lo que hacen, lo que les está prohibido hacer... No hay posibilidad de que Israel intencionalmente quiera matar palestinos. Eso no existe. La guerra es muy fea y muere gente. Pero ahora se ha llegado a un punto en que incluso hay gente que está justificando la acción de Hamás, lo que hizo el primer día. Diciendo que son luchadores por la libertad. ¿Luchadores por la libertad, asesinos de niños? 40 niños muertos, bebés, algunos decapitados, quemados vivos, más de 200 personas secuestradas, ¿me están justificando eso? ¿Ese es el luchador por la libertad que hay en este mundo hoy?
El problema palestino lo queremos resolver, pero hay veces que pienso que Israel no puede hacer más de lo que ha hecho. Y le explico. Los palestinos se quejan de que Israel no les quiere dar un Estado, y no puede estar más lejos de la verdad. Los palestinos han recibido ofertas para tener su propio país por lo menos en cuatro o cinco oportunidades. En 1948, cuando se hizo la partición, tuvieron la posibilidad de tener su Estado. Israel dijo que sí, ellos dijeron que no. En cambio, ¿qué fue lo que pasó? ¡Nos invadieron!
P. Cinco países, Egipto, Jordania, Líbano, Siria e Irak.
R. Hubo una reunión en El Cairo, la de los tres "no" aquellos famosos: no hay negociaciones, no reconocemos el Estado de Israel, no pueden estar ahí. Eso fue una vez, grande, importante, porque fue Naciones Unidas la que dijo: mira, aquí tienes, forma tu Estado. Dijeron que no. Otra, en el año 2000, Ehud Barak en Camp David, cuando estaba Clinton de presidente de Estados Unidos y todavía estaba Arafat en la Autoridad Nacional Palestina. Israel les daba el 94% del territorio que estaban reclamando, más Jerusalén Este como su capital. Y dijeron que no.
¿Luchadores por la libertad, asesinos de niños? 40 niños muertos, algunos decapitados, quemados, más de 200 personas secuestradas, ¿me están justificando eso?
Después, en 2005, nosotros queríamos hacer la paz y lo intentamos. Ariel Sharon, ¿qué fue lo que hizo? Sacó a todos los judíos de Gaza. A la fuerza sacó a mucha gente. Y dijeron a los palestinos: cojan las llaves de Gaza, pueden hacer el Singapur del Medio Oriente. Israel dejó allí todas las casas de los israelitas que vivían allí, dejó todos los invernaderos. Es impresionante la cantidad de invernaderos que había allí, para producir comida, entre otras cosas. ¿Y qué hicieron? Lo destruyeron todo.
¿Qué logramos a cambio de eso? Bueno, Hamás, que en 2006 ganó las elecciones, y después cogieron y ellos mismos empezaron a matar a la gente de Al Fatah y dieron un golpe de Estado. En 2008, Ehud Olmert, primer ministro israelí, en vez del 94% les daba el 97%, con Jerusalén Oriental como la capital. También dijeron que no, esta ya fue con Mahmud Abbas.
Dicen que quieren un Estado, ¿pero cuál es el Estado que quieren? Yo se lo puedo decir, y en inglés suena hasta bonito: "From the river to the sea" [el lema usado tradicionalmente por los nacionalistas palestinos, que fija los límites de su Estado ideal, desde el Jordán hasta el Mediterráneo, y que sigue siendo eslogan de Hamás]. Yo veo a la gente con pancartas, estudiantes en Estados Unidos, de las universidades de élite del mundo, que van a dirigir sus países los próximos años, con esa pancarta. ¿Ustedes saben lo que significa eso? Lo que significa es el exterminio del pueblo judío.
La responsabilidad de que no tengan un Estado no es de Israel. Israel ha hecho muchos sacrificios por los palestinos, pero muchísimos, y se le dan muchísimas cosas. Empleo, por ejemplo, pero también electricidad y agua. ¡Israel le da agua hasta a Jordania! Uno ve la frustración del esfuerzo que hace el país, las vidas que ha perdido intentando hacer la paz, y no hay avance.
A eso súmele, en el norte, a Hezbolá [en el Líbano], que está financiada por Irán, y la pelea con ellos sería más seria.
P. ¿Cree que se abrirá ese frente? Entonces el conflicto sería internacional.
R. Si es cierto que Irán es la mano que está detrás de todo esto, como yo creo, va a empujar a Hezbolá a abrir ese frente, y ya ha habido muchas escaramuzas de un lado y de otro. Israel evacuó cuatro kilómetros de la frontera. La posibilidad de que eso se salga de control es altísima. Los americanos, al enviar portaaviones aquí en el Mediterráneo, en cierta forma evitan un poco que eso suceda. Pero una bomba mal caída del lado de Israel, que mate a mucha gente, va a tener que tener una respuesta. Eso por no decir que Israel puede hacer un ataque preventivo.
P. Desde fuera, se ve una especie de doble desconcierto en Israel: el que produjo el ataque del 7 de octubre, inesperado y brutal, y el hecho de que ante la opinión pública mundial se le considere no la víctima, sino el verdugo.
R. La gente está aquí en shock. Fue, después del Holocausto, el peor día en la historia del pueblo judío. Fueron 1.400 personas en un día masacradas y de la forma en que fueron masacradas. Después de la guerra, aquí habrá que pedir cuentas a un montón de gente. Eso va a pasar, que no le quepa duda. Pero la mayoría de la gente lo que está diciendo es: no vamos a meternos en eso ahora, ahora hay que ganar y después resolveremos nuestro problema interno.
P. Por lo que cuenta, hay un antes y un después de cómo se percibe al primer ministro, Benjamin Netanyahu, muy criticado por gran parte de la opinión pública israelí, que incluso se había manifestado, por ejemplo, contra su reforma judicial.
R. No es normal que algo así pase de la forma que pasó, que fue hasta un bochorno para el país. Eso no debió haber pasado nunca. Es verdad que ese día era la Simjat Torá, un festivo importante religioso, y además era sábado [el día sagrado de los judíos]. Todo estaba en mínimos, pero no debió estar tan en mínimos que incluso fue peor que cuando la guerra del Yom Kipur [de 1973, cuando Egipto y Siria coordinaron un ataque por sorpresa a Israel que se saldó, 18 días después, con la victoria hebrea].
Dicen que quieren un Estado, ¿pero cuál es el Estado que quieren? Yo se lo puedo decir, y en inglés suena hasta bonito: "From the river to the sea"
Esto tendrá consecuencias, pero no vale nada que nosotros digamos vamos a destituir al primer ministro mañana, porque con eso no vamos a resolver el problema hoy. Tampoco vale la pena destituir al ministro de Defensa, o al jefe de los Servicios de Inteligencia. No. Ahora vamos a ganar la guerra y en eso se ha unido la gente.
P. No sé si leyó en la prensa oficial cubana que el ataque de Hamás fue una "reacción armada" a la "usurpación israelí de los territorios palestinos".
R. No, pero lo que sí vi fue la declaración del Patronato de la Comunidad Hebrea de Cuba. Y se me hizo raro porque normalmente esas personas no son contestatarias. Ellos van con las aguas, y creo que no les ha tocado de otra desde el acuerdo con Fidel Castro de permitir la salida de los judíos cubanos a Israel, en los años noventa, a cambio de que no hubiera declaraciones de ningún tipo.
La historia de Israel y Cuba no sé si los cubanos la saben tampoco. No hay relaciones diplomáticas. En Cuba hay una oficina de intereses israelíes en la Embajada de Canadá y aquí en Israel no hay nada; todo se hace a través de la embajada en Chipre. Fidel Castro rompió con Israel en 1973, a raíz de la guerra de Yom Kipur y a través de la reunión de Países No Alineados, el movimiento con el que quiso congraciarse con el mundo árabe.
Pero no solo rompió las relaciones con Israel, sino dos cosas más. Una, confiscar la sede de la Unión Sionista de Cuba, que estaba en la calle Prado, con toda la documentación que tenía adentro, ¿para dársela a quién? A la Unión Árabe de Cuba. Ironías de la vida. Lo otro fue mandar a soldados a Siria, a los Altos del Golán, a pelear contra Israel. Y dicen que a los cubanos no les fue muy bien allí.
P. ¿En Cuba usted vivía de manera religiosa? ¿Estaba involucrado en la comunidad judía?
R. No. La educación que recibí fue la que recibieron todos los cubanos. Los judíos que llegaron a Cuba iban en tránsito. Hubo una época en que era más fácil conseguir un visado para Cuba desde Europa del Este que para Estados Unidos, para después conseguir un visado desde Cuba hacia Estados Unidos. En el caso de mi familia, iba con destino a Estados Unidos.
P. ¿De dónde era su familia?
R. Polacos, vivían en un pueblito que unas veces fue territorio polaco y otras ucraniano. Mi papá fue el que abrió camino. Salió antes de la Segunda Guerra Mundial, pero los demás no pudieron salir. Toda la familia mía por parte de padre falleció en los campos de exterminio. Mi papá era sionista, y los sionistas por lo general eran socialistas, eran de izquierda.
P. Los kibutz, como los que atacó Hamás, son herederos de eso.
R. Son socialistas. Como los fundadores de Israel, en el año 48, que eran básicamente socialistas. A mí no me dieron una educación judía pienso que por eso. Creo que mi papá se quedó en Cuba porque le gustaba aquello. Dijo: "que viva el socialismo". Lo que pasa es que después todo aquello cambió. Aquello era una porquería de dictadura, pero bueno, ya después no había marcha atrás. Y después, bueno, llegó la hora de decir "hay que irse". Aunque tenía conciencia de la situación, si dijera que me fui por motivos políticos estaría engañando.
Israel reclutó a 360.000 reservistas en 48 horas, y volvían aviones enteros, desde todos los países
P. Y eligió Israel, sabiendo que está en un lugar complicado, que sus hijas iban a pasar un servicio militar obligatorio...
R. No estaba muy consciente yo del servicio militar obligatorio, pero lo pasaron y creo que fue muy bueno. El Ejército de aquí lo veo como un formador más de la personalidad de la gente, los prepara, les da disciplina, les traza líneas de trabajo, ofrece muchísimos tipos de profesiones. Por eso pienso yo que ha tenido tantos voluntarios. Israel reclutó a 360.000 reservistas en 48 horas, y volvían aviones enteros, desde todos los países.
P. Entiendo que usted y su familia llevan una vida no religiosa.
R. Así es. Lo respeto mucho. Cuando hay que ponerse la kipá me la pongo, y la tengo en casa, pero no voy a la sinagoga, no hago el ayuno. Aquí, claro, puedes hacer la vida laica sin problema ninguno, no hay que ser religioso.
P. ¿Volvería a Cuba?
R. He vuelto dos veces, en 2011 y en 2014, pero ya no vuelvo más. Diez años después de haberme ido, yo me sentí extranjero en mi país. Cuando fui en el 14 fue peor, y para mi esposa exactamente igual. Y me dije: ya no más. Es muy triste. Mi vida está aquí, la de mi familia, la de mis nietos. Ya tengo 62 años y quiero tener una vejez tranquila. Me siento contento aquí, a pesar de cómo está la situación.
Nadie quiere bombardear Gaza. Los daños allí también son durísimos, y tan mal como lo pasamos nosotros lo deben de estar pasando por allá
P. Está diciendo que prefiere un país en guerra a Cuba.
R. Sí, porque sé que esto va a pasar. Esto va a durar un poquitico más de lo normal, pero ya lo tengo asimilado. No hay de otra. Hay que capear este temporal y sé que van a venir tiempos mejores, porque Israel se ha levantado de situaciones muy difíciles y esta no va a ser la excepción.
Lo único que a mí me molesta de esto es que nos están casi obligando a hacer cosas que no queremos hacer. Nadie quiere bombardear Gaza. Los daños allí también son durísimos, y tan mal como lo pasamos nosotros lo deben de estar pasando por allá. Pero es que Israel ha tenido que justificarse para defenderse, "defenderse de defenderse".
Yo sé que el Gobierno israelí es criticable en algunas cosas, yo lo critico también. Lo que ha hecho Netanyahu en los últimos diez meses es una barbaridad, y por eso ha habido tantas huelgas y manifestaciones en contra. Eso es normal. A mí no me preocupa que critiquen a Israel, pero quiero que lo hagan de una forma equilibrada, que la gente de verdad sepa de qué está hablando.
Yo vi las manifestaciones en Sidney, frente a la Ópera, y había gente que gritaba "gas the Jews" [gaseen a los judíos].
P. Y manifestantes en Londres con la bandera de ISIS.
R. Eso está pasando hoy y es impresionante. Estoy convencido de que si se les permite, el Holocausto lo volverían a hacer, y encontrarían con qué justificarlo.
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