'Colosos': niños que nos miran desde las fachadas

La Habana/A ocho años de graduarse de la Academia de San Alejandro, Máisel López pinta sobre las fachadas del habanero barrio de Buenavista unas imágenes que sorprenden, imantan y hacen reflexionar. Con el título de Colosos, trabaja en una serie de rostros de niños que miran a los transeúntes desde un muro cuarteado o una pared descascarada. En medio del lugar donde vive y crea, habla con 14ymedio sobre sus enormes piezas y la reacción que tienen ante ella los residentes de la zona.

Pregunta. ¿Cómo llegaste a pintar estos niños de mirada incisiva que brotan desde la piedra y los ladrillos?

Respuesta. Represento niños y este trabajo forma parte de una serie que realizo en espacios públicos y que he llamado Colosos. Está inspirada en esa frase de Martí que advierte que "los niños son la esperanza del mundo". La idea es recordar que estos niños forman parte del futuro de la nación, de una nueva generación. En mis figuraciones agiganto las imágenes para dar la idea de la importancia que tienen los infantes para la nación cubana, para cualquier nación.

P. ¿Qué permiso debes obtener para pintar en las paredes de estos espacios públicos?

R. En un primer momento pido permiso en el lugar donde voy a realizar la pieza para ver si los trabajadores o los habitantes del sitio están de acuerdo. Entonces les presento el proyecto de forma digital e impresa, para que vean cómo va a quedar la pieza. Después hablo con el Comité de Defensa de la Revolución (CDR) de la cuadra y le explico conceptualmente de qué va el proyecto. Hasta ahora nadie se ha negado.

P. ¿Antes de este trabajo habías hecho algo de estas dimensiones o es la primera vez?

R. Había trabajado el mural durante los tres años que estuve en Venezuela y cuando trabajo el lienzo manejo el gran formato, porque me gusta mucho.

"Esta obra tiene puntos de contacto con las intenciones de la Bienal: el arte hacia la comunidad"

P. ¿Trabajas a partir de modelos, de niños reales?

R. Sí, fotografío a niños que muchas veces me surgen al azar. Después que se inició este proyecto, muchas madres me traen a sus hijos. Siempre trato de explicarles que no todos serán modelos para pintar, porque tienen que darme a nivel visual la expresividad que busco. No tiene que ver con la belleza, sino más bien con la expresión.

P. ¿Esta obras se insertan dentro de las muestras por la XII Bienal de La Habana?

R. Casualmente está transcurriendo la Bienal, pero no fue pensado para eso. Este proyecto comenzó muchos meses atrás, pero es ahora que se está viendo el impacto de las obras.

Esta obra tiene puntos de contacto con las intenciones de la actual edición de la Bienal, porque uno de los objetivos este año es el arte hacia la comunidad. Colosos encaja muy bien en ese perfil desde el punto de vista conceptual. A veces las obras están enmarcadas en sitios bastantes ocultos de Buenavista y es bueno que el arte llegue también ahí, no solo en lo más visible.

P. ¿Has hecho exposiciones también en galerías más tradicionales?

R. Mi taller radica aquí en mi casa, no tengo una galería propia como han hecho ya otros artistas. Pero sí he expuesto en galerías oficiales, donde he participado en muestras y también en expo ventas.

P. ¿Cómo han acogido estas obras los vecinos de Buenavista?

R. Bastante bien. Al principio les costó trabajo adaptarse a la idea, porque no es común que el arte llegue a estas áreas. Incluso ocurrieron algunos malentendidos: una de las obras que realicé, la de la esquina de 19 y 70, la gente la asoció con un accidente que ocurrió muy cerca de ahí justo cuando yo estaba pintando la obra. Entonces comenzaron a narrar la fábula de que la niña que yo estaba pintando era la misma niña que había fallecido en el accidente. Muchos comenzaron a ver mi trabajo como algo "diabólico" y tejieron alrededor de eso mil y una historias. Poco a poco, he ido aclarando la intención de la obra y su carácter comunitario y ellos ha comenzado a ver la parte artística y a reconocerme como el artista que la hace.