Otto Ortiz, ESEN que está ahí

Entrevista al humorista y emprendedor cubano

Ortiz fue uno de los fundadores del grupo Los Hepáticos en 1987.
Ortiz fue uno de los fundadores del grupo Los Hepáticos en 1987. / Jorge Fernández Era/14ymedio
Jorge Fernández Era

25 de enero 2025 - 18:53

La Habana/Si algún comienzo de espectáculo humorístico puede considerarse un clásico del humor escénico es ese de hace más de treinta años en que Otto Ortiz y Omar Franco entran por el público en el Carlos Marx en lo que parece ser una violenta discusión de ambos personajes. 

Los dos han devenido leyendas, Otto por más de una razón. Que la Empresa de Seguro Estatal Nacional (ESEN) deba un carro no es noticia, pero que la persona afectada dé chucho con el tema en las redes, sí. Y que Otto Lugar no sea el nombre de alguno de sus espectáculos, sino de un negocio de pizzas, también. De ahí que entre, me siente y le exija a la camarera que llame de inmediato al administrador. 

Pregunta. En 1987 fuiste fundador del grupo Los Hepáticos. Treinta y ocho años después, ¿cómo anda esa bilis?

Respuesta. La bilis, como tú dices, está en su mejor momento, más crítica y elaborada. Empecé en el grupo Los Hepáticos con un humor muy elemental. Con el tiempo, con el conocimiento, con el uso de internet y el acceso a humoristas de distintos países, los humoristas hemos ido buscando nuestro espacio, nuestra forma de decir y de hacer.

En los inicios, compartimos trabajo con Nos y Otros. Su humor no lo entendíamos mucho, pero hoy hemos seguido su línea

En los inicios, compartimos trabajo con Nos y Otros. Su humor no lo entendíamos mucho, pero hoy, imagino que por la madurez, hemos seguido su línea.

Uso no solo el humor escénico. Hace tres décadas les teníamos terror a los cabarés y centros nocturnos. Ahora no, y hasta incursionamos en las redes sociales, con un público distante, pero activo.

El humor cubano siempre ha gozado de buena salud. La carencia si acaso es de humoristas, los hemos ido perdiendo.

P. Tomemos por cierta la posibilidad de que la ESEN te otorgue un taxi de turismo desvencijado y maltrecho como tú. ¿Dejarías la pizzería y te pondrías a botear?

R. La Empresa de Seguro Estatal Nacional hace cinco años forma parte de mi vida. Tengo cinco hijos: cuatro reales, y la ESEN, que debía ser mi madre, mi padre, pero es como un niño al que le permito todo hasta que un día haga algo bueno. No sé si me dará un carro viejo y malo como yo, pero con que cumpla su función social seré feliz. Después no sé lo que haga con el automóvil.

No creo deje la pizzería. La gente me conoce por tres cosas. La tercera es como humorista. La segunda, por la ESEN. La primera es por mis pizzas. Son tres cosas que marcan mi yo. El Otto público es una mezcla de pizzería, seguro estatal y humor. Cuando la ESEN me dé el carro, hablaré bien de ellos. La gente dirá: “Mira a este descarao”. Pero he llegado a cogerles cariño.

P. Pareciera que tu obsesión con la ESEN es un recurso para borrar el mal recuerdo de la escasez de combustible beisbolero que tuviste en los noventa para derrotar a Nos y Otros.

R. Entre el 88 y el 90, con Los Hepáticos, hice varias temporadas en el Carlos Marx, dirigidos por Virulo. Allí coincidimos con Nos y Otros. Organizamos un torneo de cuatro esquinas. Ellos aseguran que ganaron, nosotros lo contrario, la disputa se mantiene. Es imposible que seis intelectuales de primera línea como Nos y Otros le ganen a cuatro o cinco costumbristas puros que eran Los Hepáticos. No creo que las letras puedan imponerse a gente baja de Marianao, Mantilla, La Palma… Edítalo a tu manera, el papel aguanta.

Entre el 88 y el 90, con Los Hepáticos, Ortiz hizo varias temporadas en el Carlos Marx.
Entre el 88 y el 90, con Los Hepáticos, Ortiz hizo varias temporadas en el Carlos Marx. / Jorge Fernández Era/14ymedio

P. Háblame de Malas Compañías, las de la web y las que te has echado en la vida.

R. Malas Compañías es una serie de YouTube que tengo el honor de compartir con la gente de Punto y Coma, Visti Cárdenas e Iván Salgado. Tiene que ver con las relaciones entre individuos con distinta orientación sexual: la aceptación, el reconocimiento, el respeto. El Nene, que soy yo, es un viejo machista y homofóbico que por equis razones convive con un gay. Vamos ya por dieciséis capítulos, hemos abordado temas disímiles, siempre desde un punto de vista humorístico. Detrás de un guion aparentemente simple hay mensajes, sobre todo historias con las que te ríes y disfrutas. A estas alturas es muy difícil que las cosas no tengan un sentido, un “decir algo”. Intentamos que la gente reflexione, que crezca.

En lo personal, las malas compañías quedan en el camino. No soy de muchos amigos ni estoy encima de los que tengo. Cuando quiero a alguien no lo molesto, él tampoco, pero estamos ahí. No hay que decir qué somos ni llamar la atención. La cosa es estar a la hora necesaria.

Debo hablar también de buenas compañías. Soy de muy pocas, pero las buenas llenan el hueco en el pecho. Tú y yo, por ejemplo, hemos tenido una relación de trabajo durante años, y he estado ahí también para ti, en una relación de gran respeto, de amor. El simple hecho de apoyarte (un comentario, una visita oportuna…) dice de nuestra amistad.

Las malas compañías las desecho, las buenas las cuido.

P. Es notable tu insistencia en conservar un humor profundo, analítico y crítico. ¿No temes que la censura intente moldearte como harina de… Otto Lugar?

R. Hago un humor más analítico que crítico, más analítico que profundo. Cuando se profundiza mucho, puedes pasarte. El tema de la ESEN me ha ayudado a criticar desde la broma, pero sin llegar a la burla desmedida. Se jode, pero siempre con el dedo en la llaga. Como dice Martí: cascabeles en la punta, pero dando latigazos.

No he tenido el rigor de la censura encima. No soy de los medios, que es donde puede existir más temor

No he tenido el rigor de la censura encima. No soy de los medios, que es donde puede existir más temor, pues hay gente en función de trabajo y con muchos criterios. En las redes sociales hago un humor más crítico, con cierta dosis de sarcasmo, y a la gente le gusta. He tenido suerte con eso, sin un Torquemada o censor encima de mí. Eso es bueno, ¿no?

Jodo mucho con la situación del momento, trato de que no se me escape nada. Vivimos en una sociedad que cambia a diario, no puedes esperar a mañana para un chiste, porque se te va. Trato de darle un giro humorístico sin dejar de criticar, pero igual sin dejar de proponer, a veces por gusto, pero está ahí.

Recién hice un chiste con el vuelto en caramelos de 3ra y 70. Ese tipo de videos no llegan al minuto, la gente los consume bien. Hago además un repertorio que va más allá de la crítica, con el tema del cubaneo, las relaciones padre-hijo, marido-mujer. Pero la crítica debe estar presente en el humor, siempre. Si criticáramos más, sería mejor para nosotros, para el país, para la sociedad. Por eso estaré ahí, aunque me hagan harina de otro costal… o de Otto Lugar.

También te puede interesar

Lo último

stats