Irán Capote: "Tratan de ahogar cualquier pensamiento de rebeldía"

El joven dramaturgo reclama espacios en los escenarios cubanos para los autores con inquietudes sociales

El dramaturgo Irán Capote. (Juan Carlos Fernández)
El dramaturgo Irán Capote. (Juan Carlos Fernández)
Juan Carlos Fernández

16 de septiembre 2014 - 09:00

Pinar del Río/Si Irán Capote Fuente (Pinar del Río, 1990), se encontrara con Virgilio Piñera en medio de la calle, le reprocharía el haberse ido tan rápido. Este joven dramaturgo y director de teatro –inconforme y rebelde por naturaleza– ha venido a casa a tomar un café y a conversar sobre su pasión por las artes escénicas.

Pregunta. ¿Cuándo comenzó a picarte el bichito de las tablas?

Respuesta. Desde la secundaria básica. En ese tiempo se me antojaba hacer versiones paródicas de películas que veía ¡que locura! Escribía situaciones que experimentaba en mi propia vida.

P. ¿Y después?

R. Cometí lo que hasta ahora ha sido mi peor equivocación. Entré a estudiar en la Escuela de Instructores de Arte. A mi vida profesional no le aportó nada, pues esta institución está muy marcada ideológicamente. Más tarde empecé a trabajar como artista aficionado en papeles muy pequeños y eso me dio un background que hasta entonces no tenía. Allí descubrí en toda su belleza el teatro. Ingresé en el Instituto Superior de Arte (ISA), donde todavía estudio Teatrología. He creado mi propio grupo independiente, con el nombre de Fénix Teatro, integrado por jóvenes que queremos acercarnos lo más verazmente posible a la realidad cotidiana, con sus complejidades y riquezas.

P. ¿Abordas la realidad desde los conflictos internos de los personajes o también en sus relaciones con la sociedad?

R. De las dos formas, porque mi interés es contar historias que muestren al personaje en pleno conflicto y en situaciones límites por la influencia positiva o negativa de la sociedad actual. Me interesa trabajar con temas que tocan la realidad cubana de ahora mismo.

P. ¿Tú puesta en escena de Nevada, sobre un texto de Abel González Melo, va en esa línea?

"Personajes marcados con los mismos deseos de huir de un entorno cada vez más 'caliente' y cruel"

R. Sí, en Nevada todos los personajes buscan el cumplimiento de sus sueños más inmediatos, que son los mismos de miles de cubanos de hoy que desean un cambio, otro clima, menos cargado socialmente, y otra economía. Y no solo porque los protagonistas quieran emigrar. La escapada la quiero reflejar como la última de las alternativas, pero está presente. En la obra aparecen otros personajes marcados con los mismos deseos de huir de un entorno cada vez más "caliente" y cruel que ha conllevado a la deconstrucción del núcleo fundamental de la sociedad, que es la familia.

P. ¿Pero qué ha hecho a tu obra tan polémica? ¿La tesis de que la familia está en crisis?

R. No, la crisis ya pasó, según mi opinión. La familia, o lo que de ella quedó, es hoy la principal deformadora del individuo. Esto se repite en mis obras: La familia "deconstruye" al individuo.

P. ¿Por qué piensas eso?

R. Creo que es una escala, me explico: este sistema rígido deconstruye y deforma la sociedad, la sociedad deconstruye a la familia y esta al individuo que después formará otra familia deconstruida. Es algo que funciona cíclicamente. Existe un grave daño que curar, eso lleva tiempo.

P. Nevada fue exhibida en la sala La Barraca, aquí en Pinar del Río, en dos ocasiones este año y se anunció que estaría en cartelera en el Teatro Milanés. Esto último no sucedió ¿Qué pasó?

"La sala fue invadida por 'una comisión de expertos' del Consejo de las Artes Escénicas (...), con todas las intenciones de censurar"

R. Nevada es un texto complejo que plantea la emigración y la prostitución en Cuba hoy. Ya había generado polémica, buenas y malas expectativas. Me sorprendió que, un día antes del estreno en La Barraca, la sala fuera literalmente invadida por "una comisión de expertos" del Consejo de las Artes Escénicas para evaluar la obra. Me asombró ver allí a esas personas porque nunca recibí ayuda alguna de ellas en todo el proceso creativo de Nevada. De pronto ,allí estaban, con todas las intenciones de censurar, pero no pudieron.

P. ¿Qué pasó?

R. La obra fue un éxito. Según los administrativos de la sala, en solo un fin de semana se recaudó lo de un año entero. Me emocionó mucho porque el público era heterogéneo. Allí estaban sentados desde un bicitaxista hasta un intelectual. Fueron porque se sentían reflejados en la trama.

P. ¿Y si hubo tanto éxito de público, por qué no llegó también al teatro Milanés?

R. Se programó una presentación, porque la obra ha sido nominada al premio Aire Frío que se entrega a la vanguardia joven del teatro. En la víspera de la puesta en escena, en la que iba a estar presente el jurado del premio, se me comunicó que no podía exponer en el Milanés... y punto, nada más.

P. ¿A qué atribuyes esto?

R. Bueno, se trata de una estupidez de marca mayor y la causa principal radica en que los principales gestores culturales de la provincia no tienen ninguna sensibilidad artística. Están en sus cargos por cuestiones ideológicas. Esa acción no hace más que propiciar el estancamiento del teatro en Pinar del Río. Los funcionarios quieren que el trabajo de los artistas se encamine hacia el divertimento solamente y a los autores que tenemos inquietudes sociales y queremos reflejarlas nos discriminan. Esto no genera ningún desarrollo.



"Los principales gestores culturales de la provincia no tienen ninguna sensibilidad artística. Están en sus cargos por cuestiones ideológicas"

 P. Se han cumplido 147 años del otorgamiento del título de ciudad a Pinar del Río y por estos días sería inaugurada la exposición de Pedro Pablo Oliva Utopías y Disidencias, que fue cancelada. ¿Qué opinión te merece este hecho?

R. No solamente se está censurando el teatro, sino también cualquier manifestación cultural que intente exponer la realidad libremente. Es absurdo.

P. ¿Piensas que las artes están en crisis en nuestro país?

R. Sí. La crisis viene dada porque se le está dando mucha brecha a la censura. De alguna forma hemos vuelto al quinquenio gris. Al menos en el teatro tratan de ahogar cualquier pensamiento de rebeldía.

P. ¿Te sientes optimista con el futuro, aún teniendo como base este presente?

R. Estoy optimista, porque cada vez los jóvenes somos más rebeldes y estamos abriendo espacios de creación independiente que no responden a los intereses de ninguna institución oficial y por lo tanto a ninguna ideología. Lo único que me interesa es reflejar en mi obra lo que pienso y siento. Quiero exponerlo y que genere polémica ante un público cada vez más ávido de verse representado.

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