Ningún universitario cubano ve un futuro donde sentirse pleno

Un estudiante de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas detalla su día a día

Los edificios de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas se encuentran aislados de la ciudad, obedeciendo a la idea de la universidad como "espacio protegido". (Trabajadores)
Los edificios de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas se encuentran aislados de la ciudad, obedeciendo a la idea de la universidad como "espacio protegido". (Trabajadores)
Xavier Carbonell

18 de junio 2022 - 14:04

Salamanca/La mayoría de los estudiantes universitarios de Cuba nació entre 1998 y 2003. Según Granma, el Ministerio de Educación Superior informó que la matrícula preliminar del curso 2021-2022 era de 292.507 estudiantes, distribuidos en las 50 universidades cubanas y sus 113 carreras. Los centros de mayor prestigio existían ya antes de la Revolución: la Universidad de La Habana (UH), la Universidad de Oriente (UO) y la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas (UCLV).

Esta última casa de altos estudios se ubica en las afueras de Santa Clara, al noreste. Sus edificios se encuentran aislados de la ciudad, obedeciendo a la idea de la universidad como "espacio protegido". Los estudiantes y profesores deben moverse hasta Santa Clara en "motonetas", vehículos de seis a ocho plazas a los cuales se accede tras una larga cola. Los que no pueden pagarlas deben esperar la ruta 3, una guagua que ya viene repleta y cuyos choferes evaden, muy a menudo, la parada. El campus de la UCLV es amplio y luminoso. Vistos desde el cielo, los tres edificios principales forman la palabra LUZ.

14ymedio conversa con uno de los estudiantes de la UCLV sobre la vida cotidiana de los universitarios en Cuba, la precariedad económica, los problemas de transporte, la situación de la beca y los deseos de emigrar.

Pregunta. ¿Cómo es ser universitario hoy, en Cuba? ¿Sientes que estás "logrando algo", avanzando, construyendo tu futuro?

Respuesta. Una de las cosas más difíciles que se puede ser hoy en Cuba es estudiante, sobre todo universitario. En este país el dinero se hace indispensable para vivir, y lo poco que nos da la universidad alcanza, si somos ahorrativos, para dos semanas. A todo eso se suma que, a pesar de que muchos estamos estudiando carreras que nos gustan, que realmente queríamos, no vemos ningún futuro para nosotros.

El universitario en Cuba no se diferencia demasiado, a nivel económico, del resto del pueblo, por lo que la mayoría luego de terminar su carrera universitaria lo único que ha conseguido es "un papelito para colgar en la pared" y debe trabajar en algo completamente distinto a lo que estudió.

El universitario en Cuba no se diferencia demasiado, a nivel económico, del resto del pueblo, por lo que la mayoría luego de terminar su carrera universitaria lo único que ha conseguido es "un papelito para colgar en la pared"

P. Háblame de la beca. ¿Cómo es tu día normalmente en la universidad?

R. La beca es toda una aventura. Desde temprano hay que intentar que los instructores educativos no descubran cualquier electrodoméstico que traigamos de nuestras casas. Está prohibido cocinar en las becas porque "el cableado eléctrico no da para eso".

Tampoco podemos tener calentadores de agua, el baño debe ser con agua fría, ya sea en verano o invierno, y el que tenga uno tiene que esconderlo o se arriesga a ser expulsado de la beca por tiempo indefinido. Por no hablar del "gran tabú": no puedes tener personas del sexo opuesto en tu edificio (a pesar de ser todos mayores de edad), ni se puede poner música "a un alto volumen".

P. ¿Te sientes vigilado? ¿Hay chivatos en tu aula o entre tus profesores? ¿Qué papel juega la FEU y la UJC en la vida de la universidad?

R. ¿Qué cubano no se siente vigilado día a día? Los temas políticos o de inconformidad es mejor hablarlos en la privacidad del cuarto, o mejor aún, no hablarlos si no conoces bien al que tienes al lado. No creo que haya chivatos en mi aula, entre los profesores no estoy seguro, pero sí hay algunos que tienen cargos en la directiva de la facultad. La FEU y la UJC en la universidad prácticamente son fantasmas para las necesidades reales del estudiantado. Cuando únicamente se oyen es cuando es "necesario" hacer una reunión o para organizar una actividad política.

Tampoco podemos tener calentadores de agua, el baño debe ser con agua fría, ya sea en verano o invierno, y el que tenga uno tiene que esconderlo o se arriesga a ser expulsado de la beca por tiempo indefinido

P. ¿Cómo es la calidad de la enseñanza universitaria? ¿Hay mucha ideología en los contenidos y planes de clase?

R. La calidad de la enseñanza varía. Hay desde profesores con doctorados que se esfuerzan por realmente enseñarte todo lo que tienes que aprender en la carrera y más, hasta másteres mediocres que se esfuerzan por dar las clases más aburridas e inservibles que puedas imaginar. La ideología es el pan nuestro de cada día con la mayor parte de los profesores. En cualquier momento que se pueda hay que hacer "trabajo ideológico" con los estudiantes porque aparentemente tres asignaturas de teoría marxista, llenas de seminarios y conferencias ideales para que el estudiante parafrasee como una máquina lo mismo que dice el profesor, no son suficientes.

P. ¿Cuánto dinero necesitas a la semana y para qué?

R. Como bien dicen ellos: "la educación es gratuita, pero cuesta". Teóricamente es posible vivir en la universidad sin pagar otro dinero que no sea para el transporte (y ya con eso estamos hablando de mucho dinero, en dependencia de donde vivas, y en mi caso puede ir de 30 a 150 pesos en cada viaje).

Ahora, es imposible sobrevivir a la intensidad de la vida universitaria sólo con la comida del comedor que es, sinceramente, denigrante. Un simple café ya cuesta 5 pesos, pero una comida decente puede aproximarse a los 100 pesos. Calculando todo esto, harían falta más de 300 pesos a la semana, por supuesto, sólo si vas al comedor y prescindes de muchas cosas como salir a alguna fiesta con tus compañeros. El estipendio estudiantil va de 200 a 400 pesos, según el año que estés cursando.

Muy pocos aún mantienen la idea de que los jóvenes deben ser los que impulsen el cambio en este país, usando en su mayoría las redes sociales para exponer su opinión

P. La universidad cubana fue siempre inquieta y moderna. Los estudiantes solían ser los primeros en manifestaciones y protestas. La Revolución parece haber acabado con eso. ¿Cómo piensan los universitarios cubanos de hoy? ¿Qué se dice de la situación del país y los presos políticos?

R. Los universitarios cubanos, mayormente, sólo intentan pasar con tranquilidad los que se supone deben ser los mejores años de sus vidas. Estudiando para alcanzar buenas notas, tener su título y ver en qué trabajan luego, disfrutar cuanto puedan con sus compañeros de aula, de cuarto o los amigos que se hagan en el campus, y obviar lo más posible todo aquello que pueda entorpecer esta rutina.

Otros simplemente apoyan cuanta injusticia ocurra en el país, o en la universidad. Y muy pocos aún mantienen la idea de que los jóvenes deben ser los que impulsen el cambio en este país, usando en su mayoría las redes sociales para exponer su opinión, a pesar de los problemas que esto pueda causarles en la facultad.

Como mismo te dije que una de las principales funciones de la universidad es el trabajo ideológico con los estudiantes, te digo que la universidad es de los pocos sitios en los que, si no estás pendiente por tus propios medios, ya sea por la prensa oficialista o la independiente, de la situación del país, no te vas a enterar de nada de lo que pasa en el exterior.

Recuerdo que cuando lo del Movimiento San Isidro ninguno de mis compañeros sabía lo que pasaba en el país hasta que llegamos a nuestras casas. Sólo cuando alcanzó la gran magnitud que tuvo fue que la directiva de la universidad volcó todos sus esfuerzos en "explicarnos" lo que estaba pasando. O sea, hacernos saber qué era lo que debíamos pensar o decir en caso de que quisiéramos opinar sobre el tema.

Es increíble como todavía hay jóvenes que creen ciegamente en todo lo que les dice el Gobierno o la universidad

P. ¿Qué piensas cuando ves a alguien de tu edad convirtiéndose en propagandista del régimen?

R. No tienes idea de lo mucho que se debate esa pregunta en la universidad. Es increíble como todavía hay jóvenes que creen ciegamente en todo lo que les dice el Gobierno o la universidad. Es inadmisible para muchos de nosotros que aquellos que están pasando el mismo trabajo que nosotros tengan el suficiente cinismo para decir con total confianza que el país está avanzando, que está abriendo su ideología o, como me dijeron a mí, que "se está empezando a aceptar la voz de la disidencia".

P. ¿Lees prensa independiente? ¿Cómo sabes lo que pasa realmente en Cuba? ¿Ves el noticiero o sigues algún programa, como Con filo o La pupila asombrada?

R. Hasta hace poco no tenía contacto con nada de lo que pasaba en el país, sinceramente, pero desde hace un par de años sigo algunos periódicos de prensa independiente. Las manifestaciones que han ocurrido en Cuba me han obligado a buscar medios que no fueran oficialistas para entender qué era lo que pasaba realmente y por qué sucedía, cosas que el noticiero definitivamente no informaba.

Como paso la semana en la beca, sólo podría ver el noticiero los fines de semana, y aun así, la mayor parte del tiempo le bajo el volumen al televisor para no tener que oír las barbaridades que "informan". Por no hablar de programas como Con filo o Hacemos Cuba, que son de lo peor que se ha hecho en este país, programas que se alimentan de cuanta noticia falsa existe, la mayoría creadas por ellos mismos, o para difamar a periodistas y medios independientes con una sola justificación: "En realidad están pagados por la CIA para decir eso".

P. ¿Te irías de Cuba a estudiar o trabajar a otra parte? ¿Te quedarías? ¿Qué futuro ves para ti mismo?

R. Si le haces esa pregunta a la mayoría de los jóvenes de este país, universitarios o no, la respuesta será sí, se irían. En Cuba ningún joven consciente ve un futuro en el que pueda sentirse pleno, en el que pueda ejercer su profesión y vivir de sus conocimientos, de lo que estuvo estudiando por años, cuando la mayoría estaba ya trabajando y haciendo pequeñas fortunas trabajando como cuentapropistas. No creo que nadie que tenga la oportunidad de irse, aunque sea por un tiempo limitado, la rechace.

El futuro que veo para mí en este país es bastante incierto, quizás tenga suerte y sea de los pocos que puedan ejercer su profesión, aunque dudo mucho que llegue a sentir que he alcanzado algo en mi vida; quizás, por otro lado, tenga que formar parte del gran grupo de cubanos que pasaron su juventud estudiando sólo para tener el conocimiento y no para vivir de ellos. No sé, habrá que esperar a que esta aventura universitaria acabe a ver qué me espera al final del túnel.

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