Castillo tiene mucha izquierda y pocas mujeres
Un exguerrillero entrenado en Cuba, Héctor Béjar, es el nuevo ministro de Relaciones Exteriores
Lima/(EFE).- El nombramiento del primer Ejecutivo del presidente, Pedro Castillo, en Perú ha dejado en claro que el maestro rural apuesta mucho por la izquierda, muy poco por las mujeres y deja una enorme incertidumbre en el lado económico.
Los nombramientos, polémicos y duramente criticados, ubican a Castillo más cerca de la izquierda radical que defiende el partido Perú Libre que de la moderación que exhibió en la campaña electoral, con un equipo más orientado a contentar a los diferentes sectores de la izquierda que a unir a un país radicalmente fragmentado y polarizado.
Estas son algunas de las claves que explican la situación en el Perú.
1) Economía
Castillo completó este viernes su gabinete de ministros con la designación del economista Pedro Francke en el despacho de Economía y Finanzas y del jurista Aníbal Torres en Justicia y Derechos Humanos.
Francke y Torres, de amplia trayectoria y muy reconocidos en sus profesiones, juraron tras haber mantenido en las últimas horas conversaciones con Castillo para superar algunas aparentes diferencias que impidieron que asuman con los otros 16 ministros que ya fueron nombrados este jueves.
Según medios locales, ambos discreparon con la designación como presidente del Consejo de Ministros del legislador Guido Bellido, quien es considerado parte del ala dura del partido gobernante Perú Libre, de tendencia marxista.
De hecho, la ausencia el jueves de Francke, quien fue el portavoz económico de Castillo en las últimas semanas, causó sorpresa y un rechazo casi generalizado, ya que se consideraba que daría la tranquilidad de mantener una política económica moderada en el país.
Francke, de 60 años, había sido criticado duramente por Bellido y por el líder de Perú Libre, Vladimir Cerrón, en varias ocasiones por sus posturas centradas y conciliadoras con la ortodoxia económica y el jueves abandonó el Teatro Nacional de Lima, donde juraron los demás ministros, apenas minutos antes de la ceremonia.
Sin embargo, el economista sostuvo luego una nueva reunión con Castillo y este viernes el primer ministro Bellido le expresó su respaldo público en un mensaje publicado en Twitter.
"El economista Pedro Francke tiene todo nuestro respaldo para la aplicación de la política económica de estabilidad, expresada en el plan del Bicentenario sin corrupción en el país. Trabajaremos en conjunto y unidad por la patria", sostuvo Bellido.
Al asumir el cargo, Francke juró "por un avance sostenido hacia el buen vivir, por la igualdad de oportunidades sin distinción de género, identidad étnica ni orientación sexual, por la democracia y la concertación nacional".
Torres, por su parte, es un abogado y teórico del derecho de 78 años que ganó gran protagonismo al liderar la defensa jurídica del partido Perú Libre ante la andanada de impugnaciones que presentó la derechista Keiko Fujimori para intentar evitar su derrota en los comicios presidenciales del 6 de junio pasado.
2) El peso de Cerrón
Todas las decisiones tomadas por Castillo apuntan a que Cerrón, un controvertido médico marxista, exgobernador regional condenado por corrupción e impedido legalmente de ocupar un cargo público, influye más en las decisiones del presidente que lo que éste admitió.
La figura de Cerrón es tóxica para muchos, incluso para gran parte de los que votaron por Castillo y que confiaban en que se distanciaría de la misma.
Nombrar a Bellido como premier, un político homófobo, que cree que Cuba es una democracia y al que le cuesta calificar de terrorismo a las atrocidades de Sendero Luminoso, es un paso opuesto.
La única virtud política de Bellido parece ser su proximidad al líder del partido.
"La alianza de Castillo con Cerrón es clara. La elección de Bellido y mantenerlo en el poder sobre figuras como Francke, lo que hace es simplemente transparentarlo", resumió Venturo.
3) Izquierda antigua
El Ejecutivo es eminentemente político y cuenta con representantes de diversos sectores de la izquierda entre diputados, ex diputados, ex candidatos, figuras históricas y sindicalistas.
Lo que no tiene son independientes de centro que permitan dar un mensaje de apertura, "de ancha base" y con vocación de diálogo.
"Es una izquierda provinciana, que está acostumbrada a la confrontación y polarización para negociar desde ese escenario de conflicto. Pero no entienden que el escenario de Perú hoy día no es adecuado para esa forma de hacer política", señaló Venturo.
Más allá de eso, se trata también de un Gobierno de izquierda conservadora, tradicional y "anacrónica", como denotan perfiles como el canciller Héctor Béjar, sociólogo y exguerrillero de 85 años formado en Cuba, o Ciro Gálvez, notario quechuablante e indigenista de 72 años que será ministro de Culturas.
"Son cosas del pasado. Que este Gobierno ni se acerque a la paridad de género es algo no visto en varias décadas. Y tengo la impresión de que aterrizará una gestión estatista en la que el Estado será el principio y el final de toda dinámica social y política. Eso es lo que estamos viendo", dijo Venturo.
4) Género y minorías
La ausencia de mujeres, por un lado, y los comentarios homófobos de Bellido, por otro, dibujan claramente algo que ya se sabía: Castillo, cuyos orígenes son muy conservadores y religiosos, no se plantea los temas de equidad y discriminación como una prioridad.
En este aspecto las críticas han recaído en el papel del partido Nuevo Perú, la izquierda progresista dirigida por la ex candidata presidencial Verónika Mendoza, que ha sido el único grupo político destacado más allá de Perú Libre en saludar al Gobierno de Castillo.
También le han aportado a Anahí Durand, una socióloga feminista muy próxima a Mendoza que será la ministra de la Mujer, cuya labor principal será la de defender en el seno de un Ejecutivo abrumadoramente masculino y masculinizado, los tenues avances en políticas de género que ha tenido el país.
Sin embargo, las primeras voces feministas y de activistas LGTBI han sido de abierta crítica y consideran a este Ejecutivo como un paso atrás "de quince años".
5) El Congreso y la bala de plata
Los cuestionamientos hacia el Ejecutivo son de tal calibre que muchos ven en él una estrategia deliberada para que el Congreso, dominado por una oposición que va de la extrema derecha al centro liberal, le niegue la confianza y desencadenar así una crisis de Gobierno.
El Congreso puede negar su confianza al gabinete ministerial en pleno y forzar su reemplazo, pero sólo lo puede hacer dos veces en la legislatura de cinco años.
Si eso sucede, la Constitución habilita al presidente a disolver la cámara y convocar nuevas elecciones, por lo que quemar esta "bala de plata" apenas días después de iniciada la legislatura es arriesgado.
De momento, Castillo cuenta con el apoyo de sus 37 diputados en el Congreso, los 5 de Juntos por el Perú (la coalición donde está Nuevo Perú) y algunos diputados del centro político que de momento impiden la posibilidad de un proceso de destitución presidencial.
El Congreso sí tiene la opción de censurar ministros y forzar su salida uno a la vez si así lo quisiera.
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