Africanos dicen que "pagarán con la vida" ser deportados desde Costa Rica
(EFE).- Emigrantes africanos varados en la frontera entre Costa Rica y Panamá aseguraron hoy que "pagarán con la vida" una eventual deportación a sus países de origen, envueltos en conflictos civiles y religiosos.
"Nosotros no podemos regresar a Congo, el que sale de África por refugio y se regresa, paga con la vida", dijo a Efe Wilson Cámara, un congoleño que, en español, habla por algunos de los más de 500 emigrantes que tienen más de dos noches a la intemperie en un limbo entre los dos países.
"Si no se paga con la vida, se paga con cárcel, y lo más fácil es la muerte. No podemos regresar jamás. Nuestro país vive una guerra civil, una guerra de religión. La autoridad de Costa Rica tiene que saber eso", explicó Cámara sobre la situación de su país, y pidió también reflexionar al Gobierno de Nicaragua.
"Nosotros que estamos aquí tenemos el corazón cerrado porque no sabemos los maltratos que pueden estar recibiendo nuestras familias allá. Nuestros hijos, hijas, que están por allá", añadió el congoleño, que también ha estado acompañado de otras personas de Burkina Faso.
Los migrantes insisten en la idea de EE.UU. y aún no hablan de la posibilidad de solicitar el estatuto de refugiados en Costa Rica o Panamá.
El sábado, el Gobierno de Costa Rica anunció que instalará un centro de detención de migrantes irregulares para iniciar procesos de deportación, así como abrirá un local de atención para las mujeres embarazadas y niños que están en el grupo.
De los más de 500 africanos y asiáticos que están hoy día en la frontera con Panamá, unos 220 habían alcanzado el viernes la frontera con Nicaragua
De los más de 500 africanos y asiáticos que están hoy día en la frontera con Panamá, unos 220 habían alcanzado el viernes la frontera con Nicaragua en su ruta hacia EE.UU., sin embargo las autoridades costarricenses los regresaron al sur e intentaron expulsarlos a Panamá, algo que ese país impidió.
Desde entonces, el grupo, que permanece sobre la calzada de la internacional vía Interamericana, ha dormido sobre cartones, a merced del sol y la lluvia.
La Policía de Costa Rica, que rodea a los migrantes para que no pasen al país, informó ayer que entregaría a las personas alimentos e insumos básicos para que sobrevivan este período de incertidumbre, sin embargo Cámara negó esto y aseguró que todo lo que han recibido ha provenido de voluntarios y de organismos como Cruz Roja.
Entre las personas que han ayudado figura un grupo de cubanos que forma parte de los más de 2.000 que están varados en Panamá con la aspiración de llegar a Estados Unidos. Aunque los isleños viven en condiciones precarias, este domingo reunieron dinero y compraron alimentos y bebidas para los extracontinentales.
La situación de los africanos y asiáticos se suma a la de los cubanos que permanecen en Panamá debido al cierre de la frontera de Costa Rica para la migración irregular.
El país tomó esta decisión en diciembre después de albergar a unos 8.000 cubanos que se acumularon en su territorio por la negativa de Nicaragua de dejarlos pasar.
Desde entonces, Costa Rica y Panamá acordaron con los países de la región, como El Salvador, Honduras, Guatemala y México, el tránsito vía aérea y terrestre de los cubanos, que buscan la frontera estadounidense.
Los últimos operativos para enviar cubanos a Norteamérica finalizaron a mediados de marzo y las autoridades de países como México y Guatemala han negado la posibilidad de repetirlos.
El embotellamiento ha tensado en pasados días la situación fronteriza entre Costa Rica y Panamá, especialmente después de que esta semana unos 1.000 cubanos marcharan masivamente hacia Costa Rica en protesta por los meses de estancamiento.