La junta birmana condena a 11 años de cárcel a un periodista estadounidense
Además, Fenster fue acusado esta misma semana de sedición y terrorismo, lo que podrían alargar su condena de resultar culpable
Bangkok/(EFE).- Un tribunal militar de Birmania condenó este viernes a once años de cárcel al periodista estadounidense Danny Fenster, lo que muestra la implacable dureza de la junta birmana contra la prensa y su desafío a la sanciones de la comunidad internacional.
En un oscuro proceso, el periodista ha sido condenado a tres años por tratar de deslegitimar a la junta militar, a otros tres por asociación ilegal y cinco años por quebrantar la ley de Inmigración, según reveló el portal de noticias Frontier, con sede en Birmania y para el que trabaja Fenster.
Además de estos cargos, Fenster, de 37 años y detenido en mayo cuando trataba de salir del país, fue acusado esta misma semana de sedición y terrorismo, lo que podrían alargar su condena de resultar culpable.
Los cargos se basan en la acusación de que estaba trabajando para la publicación en inglés Myanmar Now, ilegalizada por la junta militar
Los cargos se basan en la acusación de que estaba trabajando para la publicación en inglés Myanmar Now, ilegalizada por la junta militar después del golpe de Estado del 1 de febrero, pero el periodista había abandonado el medio en julio de 2020 para unirse a Frontier.
La sentencia se hizo pública hoy después de un juicio a puerta cerrada en un tribunal dentro de la prisión de Insein, en Rangún (la ciudad más poblada), donde se encuentra detenido Fenster y miles de disidentes arrestados tras el golpe que acabó con el Gobierno electo de Aung SAn Suu Kyi.
"No hay ninguna prueba para condenar a Danny por estos cargos. Su equipo legal ha demostrado claramente al tribunal que había dimitido de su trabajo para Myanmar Now y trabajaba para Frontier desde mediados del año pasado", afirmó Thomas Kean, director de esta última publicación.
La decisión se ha interpretado por los analistas como un golpe sobre la mesa de la junta militar, que demuestra que no le tiembla el pulso para condenar a ciudadanos extranjeros y lanza un mensaje intimidatorio a los disidentes del país, en especial a la prensa.
Phil Robertson, subdirector de Human Rights Watch (HRW) en Asia, calificó la sentencia de "farsa de la Justicia" y denunció que el tribunal militar que la decretó "opera a la entera disposición de la junta militar de Birmania".
"Danny Fenster no ha hecho nada que pueda considerarse como un crimen. Esta condena falaz debería ser anulada y Fenster debería ser liberado inmediatamente y tener permiso para abandonar el país si eso es lo que desea", añadió Robertson.
Para el activista lo que la junta busca con esta sentencia "intolerable y que abusa de los derechos humanos" es "conmocionar e intimidar a todos los periodistas que quedan dentro de Birmania al castigar de este modo a un periodista birmano".
"El mensaje es: "Si podemos hacerle esto a un extranjero, imaginad lo que os haremos a vosotros"
"El mensaje es: "Si podemos hacerle esto a un extranjero, imaginad lo que os haremos a vosotros", recalcó.
Robertson vinculó el castigo contra Fenster con las repetidas sanciones económicas anunciadas en los últimos meses por la Administración de Joe Biden al afirmar que la junta envía un segundo mensaje "más estratégico" al demostrar que "los generales (...) pueden devolver el golpe con una diplomacia de rehenes".
Además de Fenster, el extranjero encarcelado de perfil más alto es el australiano Sean Turnell, antiguo asesor económico de la depuesta líder Aung San Suu Kyi, por supuestamente violar las leyes de inmigración (uno de los delitos de los que Fenster resultó culpable) y por quebrantar la ley de secretos oficiales.
Este último delito es uno de los que la propia Suu Kyi, también encarcelada desde febrero, es acusada, dentro de una compleja batería de cargos cuyo desarrollo es cada vez más opaco desde que las autoridades prohibieran que su abogado hablara con los medios.
La labor de los periodistas críticos con el régimen se ha vuelto casi imposible en los últimos meses ante la aprobación de leyes como la que condena a Fenster por deslegitimar al régimen y el arresto y la condena de decenas de profesionales de la información.
Otros tres periodistas extranjeros -el estadounidense Nathan Maung, el polaco Robert Bociaga y el japonés Yuki Kitazumi- fueron detenidos anteriormente por la junta militar, pero ya han sido deportados a sus respectivos países.
Desde el golpe de Estado más de un centenar de periodistas han sido detenidos por las fuerzas de la junta militar
Según datos de la ONG Reporteros Sin Fronteras, desde el golpe de Estado más de un centenar de periodistas han sido detenidos por las fuerzas de la junta militar, mientras que es complicado determinar cuántos permanecen en prisión tras la amnistía decretada en octubre.
En este sentido, Robertson recordó que "el periodismo no es un crimen" y mostró su solidaridad tanto con Fenster como con los "muchos periodistas que continúan entre rejas".
Según la Asociación para la Asistencia de los Prisioneros Políticos, al menos 1.253 personas han muerto debido a la represión de la junta militar, mientras que 10.034 han sido detenidas, incluida la líder de facto y nobel de la paz, Aung San Suu Kyi.
El golpe liderado por el general Min Aung Hlaing ha sumido al país en una crisis política, social y económica, así como en una espiral de violencia con el nacimiento de nuevas milicias civiles que han exacerbado la guerra de guerrillas que sufre el país desde hace décadas.
El Ejército birmano justifica el golpe por un supuesto fraude electoral en los comicios del pasado noviembre, en los que arrasó el partido liderado Suu Kyi, como ya hiciera en 2015, y que fueron considerados legítimos por los observadores internacionales.
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