El canciller uruguayo rechaza acoger en el país a más presos de Guantánamo
Montevideo/(EFE).- El canciller uruguayo, Rodolfo Nin Novoa, aseguró este lunes que "es definitivo" que Uruguay no acogerá a más expresos del penal estadounidense de Guantánamo (Cuba), como hizo en diciembre de 2014 el anterior Gobierno presidido por José Mujica (2010-2015) al recibir como refugiados a seis internos del penal. En declaraciones a la prensa, Nin Novoa se pronunció sobre el tema al responder a la pregunta de si el nuevo Ejecutivo, encabezado por Tabaré Vázquez, tiene previsto concretar alguno de las peticiones realizadas por estos exreclusos, que recientemente solicitaron a la Intendencia de Montevideo un terreno para construir una mezquita.
"Se está estudiando. Lo que es cierto es que no van a venir más presos de Guantánamo. Eso es definitivo", espetó.
La llegada de los seis hombres -cuatro sirios, un tunecino y un palestino-, contra los que nunca se presentaron cargos y considerados de bajo riesgo por el país norteamericano, se produjo el pasado 7 de diciembre y respondió al compromiso de Mujica de colaborar con su homólogo estadounidense, Barack Obama en su programa de cierre del penal.
"Hemos ofrecido nuestra hospitalidad para seres humanos que sufrían un atroz secuestro en Guantánamo. La razón ineludible, es humanitaria", señaló además Mujica en una carta pública difundida dos días antes de la llegada de los refugiados.
Las declaraciones de Nin Novoa se producen poco después de que uno de los exreos anunciase en una entrevista en el rotativo estadounidense The Washington Post su intención de hacer una huelga de hambre ante la Embajada de Estados Unidos, país al que reclama que se haga cargo de su situación por haber estado preso sin cargos durante 12 años.
"Hemos ofrecido nuestra hospitalidad para seres humanos que sufrían un atroz secuestro en Guantánamo. La razón ineludible, es humanitaria", señaló Mujica
En concreto, el exprisionero de origen sirio Abu Wael Dhiab acusa al Gobierno estadounidense de haberle robado 12 años de su vida en prisión, de la muerte de uno de sus cuatro hijos y de que su esposa y él estén viviendo un "infierno".
Sin embargo, en declaraciones a Canal 10 de Uruguay, Dhiab dijo que la huelga de hambre es una posibilidad, pero que antes solicita reunirse con el canciller Nin Novoa.
Desde el sindicato PIT-CNT, gremial que se encargó de la tutela de los refugiados y de su hospedaje durante los primeros meses de su llegada al país, su secretario de Relaciones Internacionales, Fernando Gamberra, dijo hoy a Efe que no tiene ninguna información respecto a las intenciones de Dhiab de hacer una huelga de hambre.
Además, quiso destacar que el PIT-CNT no promueve ninguna exigencia a Estados Unidos y que se trata de una decisión del propio Dhiab como hombre libre. "Cuanto más lejos tengamos a Estados Unidos, mejor", aseveró el sindicalista.
En la actualidad, los seis exreclusos ya no están bajo la tutela del PIT-CNT, sino del Servicio Ecuménico para la Dignidad Humana (SEDHU), que tiene un convenio con un programa de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur).
Los seis exreclusos están bajo la tutela del Servicio Ecuménico para la Dignidad Humana
Dhiab, de 43 años, fue detenido en Pakistán en 2002 como sospechoso de integrar células terroristas de Al Qaeda.
Permaneció más de 12 años en Guantánamo sin que el Gobierno estadounidense formulara cargos en su contra y fue finalmente liberado el pasado diciembre para su traslado a Uruguay.
En febrero, Dihab, junto a su compatriota Ali Al-Shaaban, también refugiado en Uruguay, reclamó mayor apoyo económico por parte del Gobierno del país sudamericano, para poder tener su casa propia, traer a su familia de Siria, comenzar un negocio y vivir con dignidad.
Según The Washington Post, Dihab ya no acepta el pago de 600 dólares por mes que le da el Gobierno uruguayo, no tiene trabajo ni ingresos, ha dejado de ir al hospital pese a los muchos problemas de salud que tiene y anunció que en cuanto se acaben los tomates, pepinos y patatas que aún le quedan iniciará una huelga de hambre.
"Voy a empezar una huelga de hambre. Voy a sentarme delante de la embajada de Estados Unidos", indicó.
Mientras estuvo preso, Dihab mantuvo una huelga de hambre hasta que un juez estadounidense dispuso que se le alimentara por sonda.