Cuba exporta a Venezuela sus experimentadas brigadas anti-apagones
Más de 150 trabajadores cubanos del sector se han enrolado en la Misión Energética en el país caribeño
Madrid/Mientras la Isla no sale de una avería eléctrica para meterse en otra, más de 150 trabajadores del sector se han enrolado en la Misión Energética de Cuba en Venezuela, un programa poco conocido pero de larga trayectoria entre los dos Estados. Las autoridades cubanas se han ufanado este viernes en señalar los logros del equipo en el país sudamericano.
Los eléctricos, según una nota difundida por la prensa oficial, trabajan en la prevención y solución de averías "con las que contribuyen decisivamente a la estabilidad del servicio". Son técnicos y linieros que han sido repartidos en seis regiones, pero cuyas tareas se extienden a los 24 estados venezolanos.
Comandados por el ingeniero Orlando Parra Infante, los expertos realizan inspecciones y mantenimiento a bancos de baterías, protecciones y puestas a tierra en subestaciones de servicio. También realizan la instalación de "miles de kilómetros de tendido eléctrico, poda de vegetación cercana a las líneas y reposición de angulares en las torres de alto voltaje".
El éxito, según Parra, es tal que la misión seguirá creciendo y se ocupará también de la formación de personal venezolano
Los técnicos se ocupan de detectar a tiempo los "puntos calientes" en los que un empalme defectuoso puede provocar roturas al elevarse las temperaturas, un trabajo conocido como inspección termográfica. Además, los cubanos participan en la recuperación de la capacidad de generar energía buscando fuentes alternativas.
El éxito, según Parra, es tal que la misión seguirá creciendo y se ocupará también de la formación de personal venezolano. Según su testimonio, a partir de su llegada "ha disminuido el número y la magnitud de las averías, así como el plazo de restablecimiento del servicio", entre otras cosas, "porque estos hombres ponen en el trabajo toda su energía".
El programa nació en los tiempos de Hugo Chávez, cuando Cuba pagaba las ingentes cantidades de petróleo con personal médico y de otras áreas, incluidas las militares y policiales que, según varias investigaciones enseñaron métodos de tortura y espionaje a sus colegas venezolanos.
La misión se ha mantenido a pesar de que en los últimos veinte años, y con el pequeño respiro de los tiempos del deshielo (2014-2016), la economía cubana se ha ido desplomando de la mano de su socio venezolano. En la actualidad, Caracas ha dejado en mínimos los envíos de petróleo y otros combustibles a La Habana –aunque no se han detenido pese a las estrecheces que el propio país sufre– y la Isla padece una grave crisis energética.
Consecuencia de todo ello, las centrales de electricidad cubanas están obsoletas y faltas de mantenimiento y las averías son prácticamente semanales. Tampoco es raro que coincidan dos o más plantas en salir a la vez del sistema energético nacional por distintos problemas, explosiones, incendios y toda índole de desgracias que, en definitiva, desembocan en apagones, programados o no, para la población.
Los brigadistas, entre tanto, mejoran la estabilidad del servicio venezolano. Siempre según la prensa oficial, claro.
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