Cinco cubanos esperan en un campamento en Matamoros la cita para entrar en EE UU
El grupo ha sido testigo del despliegue militar para contener migrantes en Brownsville
La Habana/Entre tiendas improvisadas con mantas y ramas de árboles, cinco cubanos esperan respuesta a su cita CBP One en el campamento de migrantes en Matamoros. "No me voy a arriesgar a cruzar el río Bravo y que me deporten", dice este nacional de la Isla que lleva tatuado el nombre de Idalmis en el pecho.
Idalmis salió huyendo de Cuba hace casi cuatro años. En entrevista con el periodista de ImpactoVision John Ritchie cuenta que "la Policía me tenía demasiado chocado", que debe "una cantidad muy grande de la ropa que vendía" y que si lo devuelven, irá a la cárcel
Dejó a sus hijos y a su madre en busca de un mejor futuro porque "la situación en Cuba es muy mala, está pésima como en ningún lado", subraya, al tiempo que califica de "falta de respeto" la actitud del Gobierno. "Si tienes dinero, no hay comida ni medicamentos, y cuando quieres algo, no tienes dólares".
A este cubano y su esposa sólo los separa el río Bravo de Brownsville, una de las ciudades texanas que junto con El Paso y Laredo han declarado el estado de emergencia ante el fin del Título 42 el próximo 11 de mayo. La medida, activada por el entonces presidente Donald Trump bajo el argumento de prevenir la entrada al país de gente con el covid-19, pero que sirvió en la práctica para expulsar a migrantes sin tener que aceptar sus solicitudes de asilo, será sustituida por otras establecidas por la actual Administración, que aunque aumenta las maneras de solicitar de manera legal el permiso de entrada, promete endurecer los castigos a quienes entren irregularmente.
Idalmis cuenta que la travesía lo ha llevado por 11 países. "Salí para Surinam, Brasil, Perú, Ecuador, Colombia, la selva del Darién, Costa Rica, Honduras, hasta que llegué a México, donde el tramo entre Tapachula la Ciudad de México ha sido un obstáculo más grande que cruzar la selva del Darién" debido a las extorsiones, los secuestros, las amenazas que hay en el camino.
En Nebraska este cubano tiene a un hermano establecido, y dice ilusionado: "Al menos el trabajo ya lo tenemos. La demora para nosotros es poder entrar legal a EE UU y llegar".
Al lado de esta pareja se encuentra una mujer que prefirió no decir su nombre. Ella salió de la Isla hace cuatro meses por la vía de Nicaragua. "El vuelo salió en 2.300 dólares, aunque a otros les ha salido en 3.000 y hasta 6.000 dólares", precisa, "el que sale no regresa pero sí tienes que comprar tu boleto de ida y de regreso".
Estas personas están pendientes de la información sobre migración. Percibieron movimientos del lado de Brownsville el pasado domingo, justo el día en que el Gobierno estadounidense de Joe Biden ordenó el despliegue de otros 1.500 soldados en apoyo de 2.500 agentes de la Guardia Nacional que se distribuirán a lo largo de 3.100 kilómetros de frontera entre EE UU y México.
"Ninguno de nosotros va a cruzar, porque es arriesgarse a la deportación", señala la cubana que viajó sola "porque la plata no alcanzó para el vuelo del marido". Desde el lunes ya ninguno de los migrantes, en su mayoría venezolanos, ha intentado cruzar el río Bravo.
Gladis Cañas, representante de la asociación Ayudenles a Triunfar dice a 14ymedio que ante el fin del Título 42 muchas personas han pasado nadando el río Bravo, pero lamentablemente dos personas murieron en el intento. "El aspirar al sueño americano no debe ser un sinónimo de muerte", dice además que la aplicación CBP One "ha tenido muchas deficiencias, presenta muchos errores y eso ha provocado que los migrantes tomen decisiones equivocadas que pueden truncar sus procesos".
El grupo de cubanos sabe que a partir de este jueves 10 de mayo, CBP One tendrá aproximadamente 1000 citas disponibles durante 23 horas, todos los días en lugar de un horario designado. Según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza esta medida "permitirá una mayor flexibilidad, priorizando a los no ciudadanos que han esperado más tiempo".
De lado estadounidense, el alcalde de El Paso, Oscar Leeser, advirtió que sus oficiales se preparan para la llegada de miles de migrantes el viernes. "En la calle calculamos (que había) entre 8.000 y 10.000 personas", dijo durante una visita a la frontera con Ciudad Juárez. "Hay una caravana que probablemente estará aquí alrededor del 11 de mayo, así que yo digo que el número real con el que estaremos lidiando será de entre 12.000 y 15.000".
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