Antes de desertar y para sobrevivir, el diplomático norcoreano traficaba habanos con China

La Habana/Con un salario de 500 dólares y siendo el segundo hombre de la Embajada de Corea del Norte en La Habana, Ri Il-gyu –que escapó de su país el pasado noviembre– se las arregló para contrabandear puros cubanos en China. El negocio, con el que mantuvo económicamente a su familia durante su misión en la Isla, fue uno de los datos más pintorescos que el ex diplomático reveló este viernes a la cadena británica BBC, sobre los avatares para llegar a Seúl, donde ahora reside. 

Ri se consideraba parte del 1% de la población de Corea del Norte que puede considerarse “rico”. Sin embargo, aseguró, su nivel de vida seguía estando por debajo del de una familia de clase media en el Sur. De ahí que hiciera lo necesario –venta de tabacos incluida– para mejorar la vida de los suyos.

Residió en Cuba de 2011 a 2016, y luego, en un segundo período, entre 2019 y 2023. La Isla, un aliado estratégico para el régimen de Kim Jong-un por su cercanía geográfica a EE UU, lo fogueó a la hora de comprender el lugar de Cuba en las tensiones entre ambos países. 

Con el contrabando de tabaco mantuvo económicamente a su familia durante el tiempo que estuvieron en la Isla

Sobre la cuestión del armamento nuclear, por ejemplo –un lugar común si de Corea del Norte se habla–, Ri considera que Kim “nunca renunciará a sus armas nucleares” por mucho que parezca congraciarse con Donald Trump, que podría volver a ser la voz cantante en Washington.

Admite, no obstante, que Pyongyang podría reactivar las negociaciones, pausadas en 2019, para congelar su programa nuclear a cambio del levantamiento de las sanciones estadounidenses que pesan en su contra. El régimen norcoreano “no negociará de buena fe”, subrayó Ri, que advirtió contra las “artimañas” y “engaños al 100%” que podría estar tramando Kim. 

Sobre Rusia, otra variable en la ecuación internacional, Ri opina que su invasión a Ucrania es “una bendición para Pyongyang”, pues con esto el régimen norcoreano le ha vendido millones de municiones a Moscú para apoyar su incursión. A cambio, Corea del Norte ha recibido toda clase de artículos de primera necesidad como alimentos y combustible, que escasean en todo el país, además de tecnología militar rusa. 

También explicó que Rusia creó un "vacío legal" a través del acuerdo que firmó con  Pyongyang y que le permite a Corea del Norte "desarrollar libremente sus armas nucleares y misiles” con la intención de fortalecer sus defensas militares, sin tener que “pedir a Estados Unidos” que reconsidere acabar con las sanciones.

“Corea del Norte entiende que la única manera de sobrevivir, eliminar la amenaza de invasión y desarrollar su economía es normalizar las relaciones con Estados Unidos”, dijo el ex diplomático.

'No negociará de buena fe', subrayó Ri, que advirtió contra las 'artimañas' y 'engaños al 100%' que podría estar tramando Kim Jong-un

Ri conoce personalmente a Kim, con quien se reunió siete veces cara a cara, “temblando y nervioso”. Lo recuerda como una "persona normal y corriente” en su trato con los demás. Está interesado en “garantizar su supervivencia, a toda costa”, zanja Ri.  "Podría haber sido una buena persona y un buen padre. Pero lo moldearon hasta convertirlo en un monstruo. El mito lo convirtió en un monstruo”, opina. 

Contó en julio pasado que su deserción se produjo luego de que se encontraba frustrado por la corrupción y la represión en su país. Tras la pandemia de coronavirus lo habían convocado, como al resto de funcionarios en el exterior, para que regresara de vuelta a casa cargando en su equipaje con todo tipo de artículos de segunda mano desde cepillos de dientes usados hasta cucharas, para poder sobrellevar la escasez que persiste al interior de sus fronteras. 

Ocho meses después de darle la espalda a Pyongyang, el ex diplomático vive todo el tiempo acompañado por un grupo de guardaespaldas que le asignó la policía de Corea del Sur y dos agentes de inteligencia, que lo protegen a él y a su familia de posibles represalias de parte del régimen norcoreano. 

"Kim Jong-un sabe muy bien que la lealtad de la gente está disminuyendo y que la gente está cambiando, razón por la cual ha intensificado su reinado de terror", dijo tras reflexionar sobre la guerra cultural que se libra entre el norte y el sur con el contrabando de películas, series de televisión y música que hacen que, poco a poco, sus compatriotas hagan una pregunta radical: "¿Por qué los sureños viven la vida de un país del primer mundo y nosotros vivimos en la pobreza?”.