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Un desertor de Corea del Norte estima que "establecer relaciones con Cuba es lo mejor que hizo Seúl"

Asegura que el acercamiento “fue un ejemplo modélico de cómo han cambiado las tornas de la historia y hacia dónde se dirige una civilización normal de la comunidad internacional”

Ri Il-gyu, ex diplomático de Corea del Norte en Cuba / Captura / Infobae
14ymedio

01 de agosto 2024 - 23:50

La Habana/“Establecer relaciones con Cuba fue lo mejor que hizo Corea del Sur”, opinó en una entrevista concedida a Reuters el ex diplomático norcoreano Ri Il-gyu, quien desertó de su cargo en la Embajada de Corea del Norte en La Habana en 2023. Según confesó, una de sus funciones como representante diplomático en la Isla fue precisamente boicotear las negociaciones con Seúl. “Hice todo lo posible para impedirlo”, reconoce, pero asegura que el acercamiento “fue un ejemplo modélico de cómo han cambiado las tornas de la historia y hacia dónde se dirige una civilización normal de la comunidad internacional”.

No obstante, ese puede ser el caso quizás para Corea del Sur, que busca, entre otros objetivos, fracturar el vínculo del Norte con uno de sus mayores aliados históricos. Pero para La Habana, metida en graves aprietos financieros, la apertura de una sede surcoreana en la Isla dista de ser algo más que una puerta por la que pasen las inversiones de uno de los países líderes en tecnología del mundo.

“Fue un ejemplo modélico de cómo han cambiado las tornas de la historia y hacia dónde se dirige una civilización normal de la comunidad internacional”

Seúl también ha declarado su interés en los bienes que La Habana tiene para ofrecer. “Cuba tiene una fuente considerable de recursos minerales clave para la producción de vehículos eléctricos, como el cobalto y el níquel”, dijo el pasado febrero la Oficina presidencial surcoreana.

Ri, sin embargo, no se acercó a la prensa internacional solo para repasar sus funciones como diplomático en la Isla, algo que ya había hecho este julio, cuando desde Seúl contó en una entrevista sus desavenencias con el régimen norcoreano y sus motivos para desertar: el “acoso” de sus colegas y la negativa de Pyongyang a permitir que se tratara en México una lesión cervical. Tras la pandemia, “cuando empezaron (en Corea del Norte) a reabrir y a convocar a los que trabajaban en el extranjero a principios de 2023, pidieron que trajeran de vuelta a casa desde cepillos de dientes usados hasta cucharas, diciendo que allí no había nada”, recuerda.

Ahora, desde Seúl, el ex funcionario pide, en caso de que Donald Trump gane las elecciones en Estados Unidos, reunirse con el político para discutir los planes de Corea del Norte, que, asegura, ha situado a Washington, Moscú y Tokio entre sus prioridades.

El acercamiento a Corea del Norte por parte de Trump durante su mandato fue una batalla que Pyongyang perdió, explica Ri, que culpa al dictador norcoreano Kim Jong-un de su inexperiencia en relaciones internacionales, además de enviar para las negociaciones nucleares a comandantes militares “inexpertos y despistados”.  

“Esta vez, el Ministerio de Exteriores definitivamente ganaría poder y tomaría las riendas, y no será tan fácil para Trump volver a atar de pies y manos a Corea del Norte durante cuatro años sin dar nada (a cambio)” como ocurrió en 2019, explica.

Ri sostiene que Pyongyang encontraría un mayor beneficio en evitar futuras sanciones de parte de Estados Unidos y eliminar las actuales

Para Ri, el estrechamiento de lazos con Rusia –que incluyó la visita de Vladimir Putin a Corea del Norte el pasado junio– en cuestiones de seguridad y ayuda militar, es un síntoma de que Estados Unidos ha perdido, frente al régimen norcoreano, parte de su capacidad de negociación. “Los rusos se han ensuciado las manos participando en transacciones ilícitas y, gracias a ello, Corea del Norte ya no necesita depender de Estados Unidos para que levante las sanciones, lo que significa esencialmente que han despojado a Estados Unidos de una baza clave para negociar”, considera.

Aun así, Ri sostiene que Pyongyang encontraría un mayor beneficio en evitar futuras sanciones de parte de Estados Unidos y eliminar las actuales, por lo que uno de los planes del Gobierno de Kim es reanudar las negociaciones nucleares si Trump llega a la Casa Blanca. “Los diplomáticos de Pyonyang estaban trazando una estrategia para ese escenario, con el objetivo de levantar las sanciones sobre sus programas de armas, eliminar su designación como Estado patrocinador del terrorismo y obtener ayuda económica”, parafrasea Reuters al ex funcionario.

De lograrse estos acuerdos, entre Pyongyang y sus planes solo se interpone Japón, otro vecino incómodo que en las últimas semanas ha estrechado sus lazos militares con Estados Unidos para frenar las intenciones de Corea del Norte.

Según Ri, Kim todavía tiene una oportunidad con Tokio, que se ha interesado en numerosas ocasiones en retomar las conversaciones con el Norte de la península, pero se interponen las tensiones sobre los presuntos 17 japoneses secuestrados por Pyongyang durante los años 70 y 80, de los cuales solo cinco han podido regresar.

La posición de Kim Jong-il, padre del actual líder norcoreano, había sido negar el secuestro de los ciudadanos nipones, pero Kim Jong-un estuvo dispuesto a desechar esa política con tal de obtener ayuda económica. “Están diciendo que el asunto se resolvió, pero eso es solo para aumentar el poder de negociación hasta que haga concesiones en una cumbre”, valora Ri.

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