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El destituido comandante militar boliviano afirma que Arce le ordenó sacar los "blindados"

  • El ministro de Defensa afirma que Zúñiga fue apartado del cargo el martes por unas declaraciones sobre Evo Morales
  • La comunidad internacional y la oposición boliviana condenan de forma unánime los hechos

El destituido jefe militar del Ejército de Bolivia, Juan José Zúñiga, es presentado en dependencias de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen, tras ser detenido por ser parte de una toma de militares de la sede del Gobierno de Bolivia, en La Paz. / EFE
EFE

27 de junio 2024 - 10:17

La Paz / Madrid/El destituido comandante militar boliviano Juan José Zúñiga, acusado de un "intento de golpe de Estado" contra el Gobierno de Bolivia, afirmó en el momento en que era capturado que el presidente Luis Arce le ordenó sacar los "blindados" para "levantar" su popularidad.

"Hablaré con detalles el día domingo, en el colegio La Salle me reuní con el presidente (Luis Arce) y me dijo que la situación está muy jodida, que esta semana sería crítica y: 'es necesario algo para levantar mi popularidad'", dijo Zúñiga durante su captura.

Zúñiga afirmó que el presidente Arce le habría pedido realizar un movimiento militar. "Yo le pregunté: ¿sacamos los blindados? y él (Arce)" respondió "sacá", agregó.

El destituido jefe militar dio una lista de los vehículos que supuestamente Arce le ordenó mover. "En la noche empiezan a bajar seis cascabeles y 6 urutús, más 14 zetas del regimiento de Achacachi", mencionó.

Zúñiga fue detenido y trasladado a una celda en la sede de la Fuerza Especial de Lucha contra el Crimen, mientras que la Fiscalía anunció una "investigación penal" a él y los militares que irrumpieron en la Casa Grande del Pueblo, sede del Gobierno.

Antes de relevar a toda la Cúpula de las Fuerzas Armadas, Arce encaró a Zúñiga en la puerta de la Casa Grande del Pueblo, sede del Gobierno, y que fue tumbada por un tanque militar. "Repliegue todas estás fuerzas es una orden", le gritó Luis Arce a Zúñiga.

El ministro de Defensa, Edmundo Novillo, reveló, por su parte, que Zúñiga fue cesado la noche del martes. “En mi opinión todo se origina en las declaraciones del general Zúñiga en un medio televisivo que es entrevistado. El general hace una serie de declaraciones y el contenido de esta fue compartido con la ministra Maria Nela (Prada) y algunos ministros”, indicó en una conferencia de prensa.

En la citada entrevista, Zúñiga habría amenazado con capturar al ex presidente de Bolivia y líder del partido oficialista Movimiento al Socialismo (MAS), Evo Morales (2006-2019), si este intentaba postularse como candidato presidencial a las elecciones de 2025.

Según Novillo, Zúñiga intentó hablar con el mandatario Arce antes de su destitución, pero el mandatario estaba ocupado cumpliendo su agenda. "Por respeto al general (Zúñiga) consideramos que era prudente hablar con él, manifestarle que sus declaraciones no eran compartidas con la posición del Gobierno nacional", agregó el ministro de Defensa.

"Reconoció (Zúñiga) que cometió algunos excesos y nos manifestó que se ponía a disposición de lo que decida el capitán general y nos despedimos de la forma más amistosa, y abrazos fraternales. Dijo que siempre iba a estar al lado del presidente del Gobierno (Arce)”, sentenció Novillo.

Por eso, agregó, "no esperábamos una acción, solo a una persona desquiciada se le podía ocurrir una acción como esta".

"No esperábamos una acción, solo a una persona desquiciada se le podía ocurrir una acción como esta"

Este miércoles en la tarde, el temor se apoderó de los bolivianos después de que tanques y militares fuertemente armados irrumpieran en la sede del Gobierno de Bolivia bajo el mando de Juan José Zúñiga, quien en ese momento era el comandante del Ejército. Los militares tomaron toda la plaza y llegaron hasta el portón del Palacio de Gobierno y lo tumbaron con un tanque de guerra.

Tras la retirada de los militares alzados en armas, Arce salió al balcón del Palacio Presidencial junto a su Gabinete y ante trabajadores estatales y seguidores defendió a su Gobierno “democráticamente elegido en las urnas”. Asimismo, agradeció las muestras de solidaridad de los Gobiernos de todo el mundo que por unanimidad rechazaron todo intento o acción que vaya en contra la institucionalidad.

"Saludamos y expresamos nuestro más sincero agradecimiento a nuestras organizaciones sociales y a todo el pueblo boliviano, que salieron a las calles y se expresaron a través de distintos medios de comunicación, manifestando su rechazo a la intentona golpista, que lo único que hace es dañar la imagen de la democracia boliviana a nivel internacional y generar incertidumbre innecesaria en momentos en los que las y los bolivianos necesitamos trabajar para sacar adelante al país", ha señalado en sus redes sociales.

"Saludamos y agradecemos a las y los presidentes de países amigos y a los organismos internacionales que han condenado de manera enérgica y se han pronunciado en favor de la democracia boliviana, ante el intento de golpe de Estado a nuestro Gobierno legítimamente electo por la mayoría de las y los bolivianos", añadió.

La comunidad internacional arropó Luis Arce de forma unánime, como también lo hizo la oposición boliviana, incluida la ex presidenta interina Jeanine Áñez, interpelada por Zúñiga, que prometió liberarla.

"Repudio total a movilización de Militares en plaza Murillo pretendiendo destruir el orden constitucional, el MAS con Arce y Evo deben irse a través del voto el año 2025. Los bolivianos defenderemos la democracia”, escribió en su cuenta de X. "Liberaremos a Áñez, (al gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando) Camacho, militares presos”, había dicho a los medios Zúñiga frente a la sede del Gobierno a la par de un tanque.

Desde Paraguay, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, afirmó categóricamente que el organismo no tolerará "ninguna forma de quebrantamiento del orden constitucional legítimo en Bolivia" tras el despliegue de militares frente a la sede del Gobierno en La Paz.

Ante lo ocurrido, la presidenta pro témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y mandataria de Honduras, Xiomara Castro, convocó a una reunión "de urgencia" a los gobernantes de los países del organismo regional para "condenar el fascismo que hoy atenta contra la democracia en Bolivia y exigir el respeto pleno al poder civil y a la Constitución".

También, en un mensaje compartido en X, la Secretaría General de la Comunidad Andina (CAN) rechazó "enérgicamente" cualquier acto que "atente contra la democracia" de Bolivia, miembro de este organismo.

Por su parte, el Gobierno de Estados Unidos respondió a EFE, a través de una breve declaración escrita, que la Casa Blanca estaba "siguiendo de cerca" la situación e instó a la "calma y moderación", sin mencionar la frase ‘golpe de Estado’.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo durante un acto con empresarios: “estamos denunciando un golpe de Estado contra la democracia boliviana", y aseguró haber conversado tanto con su homólogo boliviano como con el ex presidente Evo Morales, a quienes les ratificó todo su apoyo.

Desde su cuenta en X, el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, lamentó el "atropello a la democracia y al pueblo boliviano" y extendió "toda la solidaridad” al Gobierno de Arce ante "el intento de golpe de Estado en marcha".

A su vez, el Gobierno de Nicaragua, a través de su vicepresidenta, Rosario Murillo, sostuvo que los hechos "nos indignan a todos".

Por su parte, otro de los aliados de Arce en la región, el mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo que "en América Latina los golpes nunca funcionaron", en una primera reacción tras el despliegue de militares en La Paz. El líder brasileño aseguró en X que "la posición de Brasil es clara. Soy un amante de la democracia y quiero que ella prevalezca en toda América Latina".

De su lado, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, invitó "a todo el pueblo boliviano a la resistencia democrática", mientras que el mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, expresó su "más enérgica condena" frente a lo acontecido.

El presidente de Chile, Gabriel Boric, no dudó en demostrar su "preocupación" y reiteró su apoyo “a la democracia en el hermano país y al Gobierno legítimo de Luis Arce”, condenando “la inaceptable acción de fuerza”.

Desde Uruguay, Luis Lacalle Pou, aseveró que la intentona golpista "atenta contra el orden democrático y constitucional”.

El Gobierno ecuatoriano no tardó también en pronunciarse a través de su Cancillería, lamentando los “hechos suscitados en Bolivia" y haciendo "votos por la vigencia de la democracia, el Estado de Derecho y el respeto al orden constitucional establecido".

La reacción del Gobierno peruano se dio a través de su primer ministro, Gustavo Adrianzén, quien de igual forma rechazó "cualquier intento de quebrantamiento del estado de derecho".

Del mismo modo, el presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, puntualizó que "la fuerza no es la vía" para "la construcción de naciones libres y democráticas".

Tampoco faltó finalmente Argentina, último país de la región en pronunciarse, reafirmando su “defensa irrestricta de la democracia" y condenando “enérgicamente cualquier intento de quebrantarla”. En un comunicado oficial, el Gobierno argentino repudió “las recientes movilizaciones irregulares de algunas unidades del Ejército boliviano” y expresó su firme apoyo al Estado de Derecho, subrayando “la importancia de sostener las instituciones democráticas en el Estado Plurinacional de Bolivia”.

La Unión Europea condenó "cualquier intento" de golpe y expresó “su solidaridad con el Gobierno y el pueblo boliviano", según dijo el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell.

En coincidencia, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, condenó "rotundamente" los movimientos militares en Bolivia y llamó a “respetar la democracia y el estado de derecho".

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