EE UU amplía los tipos de visa que tramita en Cuba, pero deja fuera las de no migrante

La sede diplomática no explica los motivos por los que no retoma las visas de no migrante, que tendrían más demanda

La embajada de Estados Unidos en La Habana permanece trabajando a niveles mínimos tras la evacuación de su personal no esencial. (EFE)
Embajada de Estados Unidos en La Habana, en una imagen de archivo / EFE
EFE/14ymedio

14 de agosto 2024 - 17:15

La Habana/Madrid/Estados Unidos ampliará a partir del próximo lunes los tipos de visa que tramita en La Habana, aunque este cambio no incluye las visas de no migrante por negocios (B-1) y turismo (B-2), que llevan años sin formalizarse en su consulado en Cuba.

La embajada de Estados Unidos en la Isla anunció este miércoles la decisión, un paso gradual más en la recuperación de sus servicios consulares en Cuba, que fueron reducidos al mínimo de forma indefinida desde 2017 a raíz del llamado síndrome de La Habana.

Los visados que a partir de la semana que viene se podrán tramitar en el consulado estadounidense en Cuba incluyen los de trabajadores temporales o aprendices (H), los de visitantes de intercambio (J), los de transferencias dentro de una misma empresa (L) y los de trabajadores con habilidades o logros extraordinarios (O). También podrán solicitarse con esta reforma los visados para atletas, artistas y animadores (P), los de participantes en programas de intercambio cultural internacional (Q) y los de miembros de una denominación religiosa que realizan trabajos religiosos (R).

La legación ha reiterado en los últimos meses que esta reapertura gradual se debe meramente a cuestiones administrativas

La embajada no explicó en el comunicado los motivos por los que ahora retoma la expedición de estos tipos de visa pero no las de no migrante, los que tendrían más demanda y los que los cubanos tienen que solicitar en el extranjero, principalmente Guyana.

No obstante, la legación ha reiterado en los últimos meses que esta reapertura gradual de sus servicios consulares se debe meramente a cuestiones administrativas y logísticas, tanto de la designación y desplazamiento de personal como de su instalación efectiva en Cuba.

El síndrome de La Habana fueron una serie de incidentes de salud que afectaron al personal diplomático estadounidense en Cuba. Washington, entonces bajo la administración Trump, achacó a "ataques sónicos" apoyados por el Gobierno cubano, que ha rechazado siempre las acusaciones.

Una investigación periodística publicada el pasado abril revelaba que los síntomas manifestados por las víctimas, y que incluyen dolores de cabeza crónicos, vértigo, tinnitus (sensación auditiva que consiste en percibir sonidos que no proceden de fuentes externas), insomnio, náuseas, deterioro psicofisiológico y, en algunos casos, ceguera o pérdida de audición– podían tener su origen en armas de “energía dirigida” a cargo del Departamento Central de Inteligencia de las Fuerzas Armadas de Rusia (GRU, por sus siglas en ruso).

La denuncia de la Administración de Trump, en cualquier caso, marcó el principio del fin del período de deshielo entre Washington y La Habana que se inició durante el mandato de su predecesor, Barack Obama.

Cuba sufre desde hace más de seis décadas bajo las sanciones de Estados Unidos, que se endurecieron durante el mandato de Donald Trump.

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