EE UU y Cuba mantienen una nueva ronda de su diálogo migratorio
Washington/(EFE).- Estados Unidos y Cuba mantienen este miércoles en Washington una nueva ronda de su diálogo migratorio, uno de los pocos intercambios entre los dos países, que carecen de relaciones diplomáticas desde 1961 y que tiene como objetivo combatir la migración ilegal y facilitar el flujo migratorio regular.
Esta es la tercera ronda del diálogo bianual que se celebra de forma ininterrumpida, después de los encuentros celebrados en enero pasado en La Habana y en julio de 2013 en Washington.
"Las conversaciones programadas no representan un cambio en la política estadounidense hacia Cuba y tienen naturaleza rutinaria", dijo hoy a Efe una fuente del Departamento de Estado, que pidió el anonimato.
Al igual que en la última reunión, la delegación cubana está encabezada por la directora para EE UU del ministerio de Relaciones Exteriores, Josefina Vidal; mientras que al frente de la de EE UU está el secretario asistente adjunto para Latinoamérica del Departamento de Estado, Alex Lee.
La base del diálogo migratorio bilateral radica en los acuerdos de 1994 y 1995, por los que EE UU y Cuba se comprometieron a mantener una migración "segura, legal y ordenada" y a revisar regularmente la aplicación de esos pactos.
"Seguir garantizando una migración segura, legal y ordenada entre Cuba y Estados Unidos encaja con nuestro interés de promover mayores libertades y un mayor respeto a los derechos humanos en Cuba", indicó el citado funcionario estadounidense.
Se calcula que de los dos millones de cubanos que viven en el extranjero, 1,5 millones reside en territorio estadounidense.
En 2013, Estados Unidos fue el principal destino de los cubanos que salieron al exterior y recibió al 27,4% de los más de 226.800 viajeros que salieron oficialmente en la isla.
En las rondas anteriores del diálogo, Estados Unidos aprovechó la conversación para pedir la liberación del estadounidense Alan Gross, condenado en 2009 a 15 años de prisión en la isla por "actividades subversivas" contra el estado cubano.
También en esta ocasión está previsto que la delegación estadounidense "plantee su preocupación sobre la detención de Alan Gross, el pobre estado de los derechos humanos en Cuba y la existencia de fugitivos de la justicia estadounidense", aseguró a Efe la fuente.
Por su parte, Cuba suele pedir en los diálogos que EE.UU. ponga fin a su política de "pies secos-pies mojados" y la Ley de Ajuste vigente desde 1966, que establece que los cubanos que llegan a suelo estadounidense pueden quedarse, mientras que los interceptados en el mar son devueltos a la isla.
En 1994, Estados Unidos y Cuba llegaron a un acuerdo migratorio tras registrarse una oleada de balseros en la que las patrulleras estadounidenses interceptasen en el mar a más de 30.000 cubanos que habían salido de su país en frágiles embarcaciones con destino a EE UU.
Washington y La Habana confirmaron en mayo de 1995 esos acuerdos destinados a frenar la emigración clandestina y en los que se preveía que ambas partes se reunieran cada seis meses, de manera alterna en La Habana y Nueva York, para repasar su aplicación y los aspectos técnicos de los mismos.