El Ejército chino culmina un año de corrupción, fortalecimiento y presión sobre Taiwán

El mayor ejército del mundo pretende convertirse en una fuerza de combate “moderna” para 2027

Soldados chinos realizan maniobras en Heihe, en el noreste de China.
Soldados chinos realizan maniobras en Heihe, en el noreste de China. / EFE
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27 de diciembre 2024 - 12:36

Pekín/El aumento de la presión sobre Taiwán, la exhibición de un nuevo caza de combate y la prueba de un misil balístico intercontinental son algunos de los hitos que han marcado el año del Ejército chino, cuyo desempeño también se ha puesto en entredicho por la proliferación de casos de corrupción en su cúpula.

El Ejército Popular de Liberación (EPL) de China, el mayor del mundo por número de tropas en activo, continúa avanzando hacia su objetivo de convertirse en una fuerza de combate “moderna” para 2027, año en que podría estar listo para invadir la isla de Taiwán, según han advertido funcionarios estadounidenses.

Estas son las cuatro claves que sintetizan el 2024 del Ejército chino.

Las tensiones entre China y Taiwán, una isla gobernada de forma autónoma y considerada por las autoridades de Pekín como una “provincia rebelde”, se han recrudecido aún más a raíz de la toma de posesión del presidente isleño, William Lai, el pasado 20 de mayo: más de 2.400 aeronaves chinas han sobrevolado los alrededores de Taiwán desde entonces, un 43% más que en todo 2023.

Este año, China organizó dos maniobras militares a gran escala en las cercanías de Taiwán

Este año, China organizó dos maniobras militares a gran escala en las cercanías de Taiwán: la primera de ellas, denominada Joint Sword 2024A, tuvo lugar del 23 al 24 de mayo, justo después de la asunción de Lai, y la segunda, bautizada como Joint Sword 2024B, ocurrió el pasado 14 de octubre, tras la celebración del Día Nacional taiwanés.

Pekín también efectuó un enorme despliegue naval en las inmediaciones de la isla y en varios puntos del Pacífico a mediados de diciembre, un movimiento que no fue confirmado por las autoridades chinas y que, según los expertos, buscaba “intimidar” a Taiwán y enviar un “mensaje” al próximo gobierno de EE UU.

Durante la última Feria de Aviación de Zhuhai (sur de China), celebrada el pasado noviembre, Pekín presentó oficialmente el J-35A, un caza furtivo de quinta generación que aspira a competir de tú a tú con el F-35 estadounidense y cuya incorporación apunta a fortalecer la capacidad aérea y naval del país asiático.

La Armada china también confirmó en marzo pasado la construcción de un cuarto portaaviones, sin especificar si sería de propulsión nuclear, y en mayo culminó las primeras pruebas en mar de su tercera embarcación de este tipo, la Fujian, que entrará en servicio el próximo año.

A finales de septiembre, China sorprendió con el lanzamiento de un misil balístico intercontinental (ICBM) a aguas del océano Pacífico, siendo la primera vez en más de cuarenta años que Pekín hacía pública una prueba de este tipo. Tras el lanzamiento del proyectil, el Ministerio de Defensa del país asiático se limitó a comentar que se trataba de una “acción de rutina en el plan de entrenamiento anual” del EPL, que tenía por objetivo “probar el desempeño de su armamento y la efectividad de su entrenamiento militar”.

A finales de septiembre, China sorprendió con el lanzamiento de un misil balístico intercontinental

La extrema opacidad del programa nuclear chino ha provocado críticas de países como Estados Unidos, que estima que el gigante asiático cuenta con más de 600 cabezas nucleares operativas y que podría superar el millar para 2030.

Según los expertos, la fiabilidad de ese programa nuclear estaría detrás de las recientes purgas en el seno de las Fuerzas Armadas, que se han visto salpicadas por la destitución de ministros y oficiales de alto rango por supuestos casos de corrupción.

El último peso pesado en caer fue el almirante Miao Hua, miembro de la poderosa Comisión Militar Central (CMC), que está siendo investigado por “presunta violación grave de la disciplina”, y en los últimos meses también fueron castigados los dos responsables de la Fuerza de Cohetes, de la que depende el programa nuclear chino.

Desde mediados de 2023, alrededor de una treintena de figuras militares de alto rango han sido relevadas de sus puestos, entre ellas el exministro de Defensa Li Shangfu, destituido en octubre de ese año y posteriormente expulsado del Partido Comunista (PCCh) tras ser acusado de un delito de corrupción.

Recientemente, el presidente chino, Xi Jinping, subrayó la necesidad de reforzar la disciplina y combatir la corrupción en el seno del EPL para garantizar que sea “absolutamente leal, absolutamente puro y absolutamente confiable”, evidenciando su falta de confianza en el estamento castrense.

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