Europa se mira en el espejo del gran europeísta alemán Helmut Kohl

El primer ministro ruso, Dmitri Medvedev a la salida de su discurso sobre Helmut Kohl en el parlamento europeo. (EFE)
El primer ministro ruso, Dmitri Medvedev a la salida de su discurso sobre Helmut Kohl en el parlamento europeo. (EFE)
Lara Malvesí

01 de julio 2017 - 15:37

Estrasburgo (Francia)/(EFE).- Mandatarios de todo el mundo se pusieron este sábado de acuerdo en el primer funeral de estado europeo de la historia para aclamar la importancia de la figura del excanciller Helmut Kohl para la paz y la reconciliación en Alemania y Europa tras los momentos más oscuros de la región en el siglo XX.

Con líderes mundiales sentados en los escaños que normalmente ocupan los eurodiputados en la sede de la Eurocámara, y con el féretro de Kohl cubierto por una bandera europea y el colofón final del himno de la Alegría, el artífice de la integración europea tuvo su final deseado en la Alsacia, la región fronteriza entre Francia y Alemania que simboliza la reconciliación y el sueño continental.

Por un día, líderes mundiales como el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu; el primer ministro ruso, Dmitri Medvédev; la primera ministra británica, Theresa May; la canciller alemana, Angela Merkel, o el expresidente de EE UU Bill Clinton, se unieron en una reflexión colectiva sobre la importancia de apostar por la reconciliación y la paz, una de las lecciones de historia de Kohl.

Merkel y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, se erigieron como responsables de dar continuidad al legado de Kohl en la integración europea, que ahora vive horas bajas y de la que el fallecido político alemán fue clave.

Hasta el punto de jugarse el cargo en Berlín para defender un futuro con euro y sin franco alemán, como recordó el expresidente del Gobierno español Felipe González, que pronunció un discurso en la ceremonia como amigo personal de Kohl.

"La historia un día también tendrá que juzgarnos a nosotros", apuntó el jefe de Estado francés, a lo que Merkel añadió que ahora le toca a su generación política "mantener su legado".

"La historia un día también tendrá que juzgarnos a nosotros", apuntó el jefe de Estado francés, a lo que Merkel añadió que ahora le toca a su generación política "mantener su legado"

González, que vivió con Kohl momentos como la entrada de España en la Unión Europea (UE), ofreció al igual que Medvédev y Clinton unas palabras personales y sentidas, después de haber sido invitado a hablar por la viuda del político, Maike Kohl-Ritcher.

Junto al ex presidente del Gobierno español, que destacó la "lealtad" de Kohl y su deseo de construir "una Alemania europea para que nunca más hubiera una Europa alemana", también representaron a España en la ceremonia los Reyes eméritos Juan Carlos y Sofía, así como el ministro de Exteriores, Alfonso Dastis, el expresidente del Gobierno José María Aznar, y el vicepresidente de la Eurocámara, Ramón Luis Valcárcel.

"Estadista" y "gigante político" fueron algunos de los adjetivos que recibió Kohl del presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, y del de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.

El luxemburgués quiso explicar la anécdota de las lágrimas que se le saltaron a Kohl en una cumbre europea en 1997 cuando se decidió la gran ampliación de la UE hacia el este.

El luxemburgués quiso explicar la anécdota de las lágrimas que se le saltaron a Kohl en una cumbre europea en 1997 cuando se decidió la gran ampliación de la UE hacia el este

Merkel, que cerró el turno de discursos, reconoció haber tenido "algunas discrepancias" con su padre político, si bien destacó que tanto ella como el resto de alemanes y europeos están en deuda con él.

"Muchas de las cosas que ahora tenemos, como el euro, no habrían existido sin él", añadió.

El discurso más sentido a juzgar por la reacción en el hemiciclo fue el de Clinton, que señaló con una sonrisa en el rostro que Kohl, de gran apetito como él mismo, "adoraba ser alemán y adoraba ser europeo".

Los restos mortales de Kohl serán después trasladados desde el Parlamento Europeo en helicóptero a la ciudad alemana de Espira, donde será enterrado tras una misa funeral en la catedral.

Kohl, que fue jefe del Gobierno alemán entre 1982 y 1998, no hablaba francés, salvo para decir "su majestad Mitterrand I" en las reuniones en Bruselas cuando se dirigía a su homólogo galo Francois Mitterrand, con el que remó para reforzar una Unión Europea que hoy ya le añora en pleno embiste del "brexit" y los euroescepticismos nacionalistas.

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