La frustración lleva a los jóvenes de Gaza a enfrentarse a soldados israelíes
Gaza/(EFE).- La frustración y la desesperación como consecuencia de las altas tasas de pobreza y desempleo, sumados al bloqueo israelí y las restricciones al movimiento de la población, han empujado esta semana a jóvenes palestinos a manifestarse contra soldados israelíes estacionados en la frontera de Gaza.
Husam Doula, de 44 años, aún recuerda la conmoción que le provocó conocer que su hijo Shadi, de 20 años, había muerto en los enfrentamientos del pasado viernes entre decenas de jóvenes palestinos y soldados israelíes junto a la línea divisoria.
"Nunca imaginé que mi hijo sería asesinado un día", expresa el progenitor, que a duras penas se dice a sí mismo quizá como fútil consuelo que "es la voluntad de Alá, nadie puede cambiarla".
"Pero cuando pienso seriamente la razón por la que mi hijo fue a la frontera a morir, me doy cuenta de que la frustración fue la única y principal razón para ello", explica desconsolado.
"Cuando pienso seriamente la razón por la que mi hijo fue a la frontera a morir, me doy cuenta de que la frustración fue la única y principal razón"
En las últimas dos semanas la violencia ha vuelto con fuerza a las calles de Cisjordania y Jerusalén Este y no ha tardado en extenderse por suelo palestino hasta alcanzar la Franja de Gaza.
Facultativos del Ministerio de Sanidad en Gaza aseguran que desde el viernes han muerto once personas, incluidos Shadi Doula, y más de 150 resultado heridas por fuego de soldados israelíes durante las refriegas que se iniciaron después de que el líder del movimiento islamista Hamás en Gaza, Ismail Haniye, llamara a los palestinos a ampliar su Intifada (alzamiento popular) contra Israel.
"Confirmo que Gaza está tras la lucha por Jerusalén y Al Aqsa, y tras esta bendita Intifada", aseguró a los suyos Haniye, antes de remachar que "la batalla de Jerusalén es la batalla de Gaza y la Intifada en Cisjordania es la Intifada de nuestro pueblo".
Pero esas consignas no le dicen nada el padre de Shadi.
"No sé qué decir, he perdido a mi hijo porque estaba frustrado como tantos miles de jóvenes que no tienen un mejor futuro en Gaza".
Este reducido enclave, considerado uno de los lugares más poblados del mundo con 1,9 millones de habitantes, dos tercios de los cuales son refugiados, se encuentra bajo bloqueo israelí desde que Hamás tomara violentamente su control en 2007.
Desde entonces, el bloqueo y la división política interna palestina han convertido la vida de sus habitantes en un tormento.
De acuerdo a informes locales e internacionales, el 40% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza, en tanto que el paro ha ascendido a más del 54%.
Con tres conflictos bélicos desde finales de 2008 a sus espaldas, la población está dividida y confusa sobre si esta ola de enfrentamientos que domina los territorios palestinos es un nuevo alzamiento que acabará con su sufrimiento, o por el contrario, es similar a anteriores intifadas, que sólo han traído más pesar sin que se alcance una solución permanente al conflicto con Israel.
"Sólo queremos saber hacia dónde nos dirigimos exactamente", dice Said Salman Jalifa, de 54 años y comerciante de la capital, quien no duda en señalar que no sólo "nuestra economía se deteriora y nuestra vida se vuelve más difícil. Tenemos miedo de que los enfrentamientos en Cisjordania conduzcan a una nueva guerra en Gaza".
En el verano de 2014 Israel lanzó una operación militar a gran escala de 51 días, que acabó con un alto el fuego gestionado por Egipto, tras causar 2.200 palestinos y 73 israelíes muertos
En el verano de 2014 Israel lanzó una operación militar a gran escala de 51 días sobre la Franja, que acabó con un alto el fuego gestionado por Egipto, tras causar 2.200 palestinos muertos -73 en el lado israelí- y más de 11.000 heridos, además de una enorme destrucción.
El analista político y profesor retirado de Relaciones Públicas y Comunicación de la Universidad al Zahar, Tala Oukal, duda de que los palestinos caminen hacia una Intifada y señala que de momento, "se trata de una poderosa ola de violencia sólo en Cisjordania".
"La actual escalada de tensión es una reacción a las medidas israelíes en la mezquita de Al Aqsa y en Jerusalén, y la respuesta al asesinato de un pueblo inocente", apunta antes de subrayar que se avivó "tras el discurso del (presidente palestino) Mahmud Abás ante la Asamblea General de la ONU".
Israel niega que esté tratando de cambiar el estatus en ese recinto sagrado para musulmanes y judíos acordado con Jordania tras ocupar Jerusalén Este en 1967.
Abás anunció el mes pasado ante el plenario de Naciones Unidas que no se sentía vinculado con los acuerdos alcanzados con Israel en tanto ese país no los respete.
Desde hace cerca de una semana, decenas jóvenes se dirigen a la frontera para manifestarse contra los soldados israelíes a los que arrojan piedras y queman neumáticos, y éstos responden con gases lacrimógenos, balas recauchutadas y en ocasiones con fuego real.