Hamás lamenta la muerte de su comandante en el sur de Líbano por bombas israelíes

Jerusalén/El grupo terrorista Hamás lamentó la muerte de su comandante en el sur de Líbano, Mahmoud al Nader, también conocido como Abu Saleh, en uno de los bombardeos lanzados por Israel este lunes, en los que murieron casi 500 personas. "Con el mayor orgullo, dignidad y confianza en la inminente victoria de Alá, las brigadas al Qasam exaltan ante nuestro pueblo y las masas de nuestra nación árabe e islámica el martirio de uno de sus valientes caballeros: Líder de campo Husein Mahmoud al Nader", dijo en un comunicado.

"Al exaltar el martirio de nuestro heroico luchador, nos comprometemos ante Alá, nuestro pueblo y nuestra nación a continuar el camino de la resistencia", añade el texto.

El Ejército israelí dijo hoy haber atacado una "célula terrorista" de Hezbolá y los lanzadores que habían utilizado para disparar contra la zona de HaAmakim, al norte de Israel, durante la noche. Además, atacaron con artillería y tanques otros objetivos en la zona de Ayta ash Shab y Ramyeh. La campaña aérea en el país vecino ha sido bautizada por el Ejército como Operación "Flechas del Norte". Solo el lunes, Israel atacó unos 1.600 objetivos incluidos lanzadores, puestos de mando e infraestructura tanto en el sur de Líbano como en el oriental Valle de la Bekaa, donde causó un caos generalizado entre la población civil.

En Israel el Ejército dijo haber detectado el lunes más de 200 cohetes, que hicieron sonar las sirenas en el norte del país

En Israel el Ejército dijo haber detectado el lunes más de 200 cohetes, que hicieron sonar las sirenas en el norte del país y tan al sur como en algunos asentamientos de Cisjordania ocupada, cerca de Tel Aviv, sin causar víctimas. En las últimas horas, Hezbolá ha lanzado una treintena de cohetes, la mayoría interceptados, contra la región de Krayot, el norte de Haifa y también el área de HaAmakim, al sureste de esta ciudad. Además, según fuentes castrenses, otros dos cohetes lanzados esta mañana hacia la ciudad norteña de Nahariya cayeron al mar, sin causar daños o heridos.

Debido a la creciente inseguridad, más escuelas del norte del país –en las comunidades de Megido, Yokneam Illit, Daliyat al Karmel e Isfiya– permanecerán cerradas, al igual que ya lo estaban las del distrito de Haifa hasta la frontera norte.

En una jornada de violencia sin precedentes desde el estallido del intercambio de fuego con Hezbolá hace casi un año, Israel desató este lunes una campaña masiva de bombardeos contra diferentes puntos de Líbano que ha dejado hasta el momento 492 muertos, al menos 24 de ellos niños, unos 1.600 heridos y miles de familias desplazadas. "Como consecuencia de estos ataques, se desplazaron miles de familias de las zonas objetivos de las acciones", dijo el ministro libanés de Salus Pública, Firas Abiad, en una rueda de prensa en la que no ofreció cifras específicas sobre cuántas personas u zonas están afectadas por las evacuaciones.

Ante esta situación, el Gobierno libanés ha ordenado la apertura de colegios e institutos en varias zonas del país para acoger a los desplazados que huyen principalmente hacia el norte y el oeste, así como hacia Beirut, pese a que los suburbios del sur de la capital tampoco se han librado de un ataque de "precisión" israelí. También se han registrado evacuaciones en esos suburbios capitalinos conocidos como el Dahye, un bastión de Hezbolá que hace tres días ya fue objetivo de otro bombardeo que acabó con la vida de más de medio centenar de personas, entre ellas más de una docena de altos cargos de la formación terrorista.

Según la Agencia Nacional de Noticias (ANN), la entrada a la ciudad meridional de Sidón, en la principal autovía costera del país, está registrando fuertes atascos debido a la cantidad de vehículos que están abandonando las zonas más al sur.

Uno de los colegios habilitados como albergues para los desplazados a las afueras de la capital está completamente a oscuras la noche del lunes y aún carece de colchones, agua o los servicios más básicos para atender a las familias que van llegando a los pocos, según pudo constatar EFE. Frente a una mesa para registrar a los recién llegados, un coordinador explica a una de las familias que no hay "nada" en el albergue y les pide que se suban a un vehículo para trasladarlos a otra zona de acogida.

Uno de los colegios habilitados como albergues para los desplazados a las afueras de la capital está completamente a oscuras

De los más de 113.000 desplazados internos que la ONU había contabilizado hasta ahora en casi un año de violencia en Líbano, la gran mayoría estaban siendo acogidos por familiares o se habían asentado en residencias y viviendas de alquiler.

En medio de la ola de desplazamiento, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, pidió en un video a los ciudadanos de Líbano mantenerse fuera de "la zona de peligro" y evacuar las áreas del este y sur del país que Israel está bombardeando.

Hasta el momento, el Ejército israelí aseguró haber bombardeado unos 800 objetivos de Hezbolá en Líbano, unas acciones que han venido acompañadas de alertas a la población del Valle de la Bekaa y del sur para que abandonen sus casas si estaban próximas a edificios usados por Hezbolá.

El movimiento libanés respondió a la campaña israelí con el lanzamiento de siete tandas de "decenas" de proyectiles contra una serie de objetivos militares en el norte de Israel.

Por su parte, los ministros de Exteriores del G7, reunidos al margen de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, advirtieron este martes de que "las acciones y contrarreacciones corren el riesgo de magnificar esta peligrosa espiral de violencia y arrastrar a todo Oriente Medio a un conflicto regional más amplio con consecuencias inimaginables". En una declaración del ministro italiano, Antonio Tajani, como representante de turno del G7, se pide poner fin al "actual ciclo destructivo", y se subraya que "ningún país saldrá beneficiado de una mayor escalada en Oriente Medio".

Los funcionarios mostraron su "profunda preocupación por la situación a lo largo de la Línea Azul israelí-libanesa" y reconocieron "el papel estabilizador esencial desempeñado por las Fuerzas Armadas Libanesas y la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en Líbano para mitigar ese riesgo". En ese sentido, los ministros de Italia, Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Japón y Reino Unido "instaron a que todos los actores relevantes implementen medidas inmediatas para reducir la tensión".

También pidieron la implementación del acuerdo propuesto por el presidente estadounidense Joe Biden en mayo

También pidieron la implementación del acuerdo propuesto por el presidente estadounidense Joe Biden en mayo "que conduciría a un alto el fuego inmediato en Gaza, la liberación de todos los rehenes, un aumento significativo y sostenido del flujo de asistencia humanitaria en toda Gaza y un fin duradero de la crisis, para asegurar un camino hacia una solución de dos Estados con un Israel seguro junto a un Estado palestino soberano".

Asimismo, expresaron su preocupación "por el nivel sin precedentes de inseguridad alimentaria que afecta a la mayor parte de la población de la Franja de Gaza" e instaron a garantizar "el acceso humanitario pleno, rápido, seguro y sin obstáculos".

Por otra parte, también "subrayaron la importancia de mantener la estabilidad económica en Cisjordania" y "condenaron el aumento de la violencia perpetrada por colonos extremistas contra los palestinos, que socava la seguridad y la estabilidad en Cisjordania y amenaza las perspectivas de una paz duradera". Reiteraron" su determinación de que Irán nunca debe desarrollar ni adquirir un arma nuclear y que el G7 continuará trabajando junto y con otros socios internacionales para abordar la escalada nuclear de Irán" y condenaron "la exportación de Irán y la adquisición por parte de Rusia de misiles balísticos iraníes".