Humor y exilio se combinan en los trazos de varios caricaturistas cubanos
Miami/“Lo que más risa le da a un caricaturista no son las caricaturas, sino cuánto pagan por ellas”, comenzó bromeando este sábado Ley Martínez, uno de los cinco caricaturistas invitados al quinto Festival del arte y la literatura independientes de Miami para hablar sobre el humor gráfico exiliado, sus vivencias y perspectivas.
Los artistas gráficos Aristide (Arístides Miguel Pumariega), Garrincha (Gustavo Rodríguez), Pong (Alfredo Pong), Ley Martínez y Omar Santana, conversaron sobre su obra, durante más de una hora, con alrededor de un centenar de personas. Recordaron los años de trabajo en Cuba, cuando publicar una caricatura podía costarles el puesto de trabajo.
“A fines de los ochenta, llegó un periodista soviético de Pravda que estaba interesado en hacerme una entrevista por una caricatura que había creado, llamada La bobocracia”. Ellos la estaban publicando en Moscú como una muestra del avance de Cuba en la glasnost. Lo que consiguieron fue que a la semana siguiente me prohibieron seguir con ese trabajo”, recordó Aristide.
Las limitaciones en el ejercicio de la profesión en la Isla empujó a muchos de ellos a crear su arte fuera del país. Sin embargo, la censura también está presente al otro lado del estrecho de Florida. “Miami es una ciudad muy mojigata. Hay problemas con colocar símbolos sexuales en las caricaturas. En medios de prensa importantes son muy cuidadosos con las palabras llamadas obscenas. Pero al final, existe la libertad de creación. Es otro tipo de censura, pero también es censura”, dijo Santana.
Las limitaciones en el ejercicio de la profesión en la Isla empujó a muchos de ellos a crear su arte fuera del país
Para Ley Martínez, diseñador gráfico y caricaturista desde hace ocho años, los invitados al encuentro de este sábado representan un espectro amplio de estilos y temas. “Han estado, desde Aristide, que es una figura emblemática en el humor gráfico cubano, terminando conmigo que voy dando los primeros pasos en el género”.
El artista compartió su experiencia en el uso de las redes sociales para la difusión de su obra y comentó la diferencia entre aquellos que se mantienen en los medios tradicionales de prensa y los jóvenes que utilizan más la vía virtual. “Queremos crear un ambiente de opinión para que la gente entienda desde el arte lo que está sucediendo”, añadió.
Para Martínez, el humor gráfico en el exilio no tiene que estar circunscrito a Cuba. “Se puede hacer humor gráfico local. Sobre el alcalde de Miami, o Hialeah. Es una manera de crear consciencia y estados de opinión”, aseguró.
Aristide, por su parte, comentó que para él la caricatura está indisolublemente ligada a la lucha contra el Gobierno cubano: “Siempre quise venir a Miami porque era la otra cara de la moneda. Yo tenía que venir a esta ciudad a seguir la lucha contra la dictadura cubana que me arrebató a mi hijo. Esa lucha del pueblo de Cuba representa mucho para mi”.
El artista, veterano del evento, recordó los años en los que fue “perseguido” por su obra en la Isla, por lo que tuvo que exiliarse en Miami. Sobre el estado actual de la caricatura en el sur de la Florida, lamentó la presencia cada vez menor de la caricatura en los medios de comunicación, especialmente las relacionadas con Cuba.
“Siempre quise venir a Miami porque era la otra cara de la moneda. Yo tenía que venir a esta ciudad a seguir la lucha contra la dictadura cubana que me arrebató a mi hijo"
Para Garrincha, no se debe reducir solamente el trabajo del humorista gráfico a la caricatura y a la sátira política. “Se debe hablar del humor en la gráfica y la gráfica en el humor, de otros tipos de humorismo y que las personas se puedan abrir a otros tipos de humor”.
El artista considera que se mantiene una interacción entre la Isla y los cubanos de Miami en el tema humorístico. “Muchas veces me he encontrado con que me mandan una caricatura por correo electrónico desde Cuba y me dicen, mira qué bueno está esto, y cuando veo, la caricatura es mía. El flujo entre una orilla y otra se mantiene”.
Entre los asistentes al evento estuvo la escritora cubana Legna Rodríguez Iglesias, además de otros artistas y escritores tanto de la Isla como de la diáspora.
“¿Cómo no venir un evento como este? En los trazos de estos artistas cada uno de nosotros se ha visto reflejado. Hasta el Bobo de Abela ha emigrado a estas alturas”, comentó Elizabeth Díaz, una de las presentes.