La cruzada del humorista Jimmy Kimmel por la defensa de Obamacare
Hasta la llegada de Obamacare en 2010, las aseguradoras podían subir los precios de los seguros médicos en función de las enfermedades padecidas por sus clientes
Washington/(EFE).- El popular presentador y humorista estadounidense Jimmy Kimmel se ha embarcado en una auténtica cruzada para defender la actual ley de salud de Estados Unidos, conocida como Obamacare, ante el enésimo intento republicano por derogarla y sustituirla por un plan que pondría en jaque el acceso sanitario.
Kimmel, quien desde hace casi 15 años dirige y presenta uno de los programas televisivos nocturnos más vistos de EE UU en la cadena ABC, "Jimmy Kimmel Live!", ha tomado la decisión de erigirse como uno de los opositores más fieros a la ofensiva conservadora por modificar el sistema de salud estadounidense.
Desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y con el control de las dos cámaras del Congreso, los republicanos han intentado en varias ocasiones cumplir con una de las grandes promesas de campaña del magnate, con la mala fortuna de no encontrar consenso en sus propias filas.
Pese a tener bajo su control Ejecutivo y Legislativo, el Partido Republicano no da con la fórmula para acabar con Obamacare, nombre popular con que se conoce a la reforma sanitaria que impulsó en 2010 el entonces presidente de EEUU, el demócrata Barack Obama.
Pese a tener bajo su control Ejecutivo y Legislativo, el Partido Republicano no da con la fórmula para acabar con Obamacare
Tras varios fracasos este verano, los republicanos han vuelto a la carga con una nueva propuesta impulsada por los senadores Bill Cassidy y Lindsay Graham.
Sin embargo, Kimmel se ha erigido como uno de los principales opositores, después de que hace unos meses, y coincidiendo con el debate sanitario en el Capitolio antes del receso estival, naciera su hijo Billy, quien llegó al mundo con una rara enfermedad cardiaca que requirió que fuera intervenido con apenas unas horas de vida.
La dura experiencia por la que pasó el presentador a causa de la enfermedad de su hijo recién nacido le hizo entonces dejar a un lado sus monólogos más desenfadados y usar la gran plataforma mediática que tiene en su programa para arremeter contra la idea republicana de acabar con Obamacare, y en consecuencia dejar sin seguro a millones de personas en el país.
En aquel entonces, y con un emocionado discurso en el que de vez en cuando se le quebraba la voz, Kimmel abogó por crear un sistema de salud universal en Estados Unidos, e insistió en la necesidad de la inversión en investigación científica.
"Si tu bebé va a morir -y no tiene por qué hacerlo- no debería importar cuánto dinero ganas", dijo tras su experiencia y los altos costes de la sanidad estadounidense.
"Si tu bebé va a morir -y no tiene por qué hacerlo- no debería importar cuánto dinero ganas", dijo tras su experiencia y los altos costes de la sanidad estadounidense
Tras aquello, uno de los invitados a su programa fue precisamente Bill Cassidy, cuya propuesta legislativa actual pretende dejar en manos de los estados la gestión de los subsidios para los seguros médicos, lo que previsiblemente dejaría sin acceso sanitario millones de personas en el país.
Pero Cassidy prometió a Kimmel en directo que no apoyaría ninguna propuesta de abrogación que no protegiera a los pacientes con enfermedades previas, algo que de facto hace Obamacare y que el propio senador bautizó como "la prueba de Jimmy Kimmel."
Kimmel no olvidó esa promesa y esta semana se ha lanzado duramente a criticar al senador por no guardar su palabra e impulsar ese proyecto legislativo, que también permite a los estados decidir sobre esa disposición.
Hasta la llegada de Obamacare en 2010, las aseguradoras estadounidenses podían subir los precios de los seguros médicos en función de las enfermedades padecidas por sus clientes, de manera que alguien que hubiera sufrido por ejemplo un cáncer, tenía que pagar mucho más por sus pólizas que alguien con un historial sano.
Esa lógica arruinaba a miles de familias en el país.
Ante la posibilidad de que esta situación se repita con la ley que está sobre la mesa del Senado, Kimmel continúa golpeando a los republicanos para aumentar la presión social y provocar un nuevo fracaso legislativo sobre la derogación de Obamacare.
Y es que los conservadores tienen el reloj en contra, ya que para aprovechar una excepción de procedimiento que les permitiría aprobar el proyecto con una mayoría simple de 51 votos, solo tienen hasta el 30 de septiembre para lograr los apoyos suficientes, momento en el que expira esa excepción.
Para ello necesitan mantener al menos a 50 de los 52 senadores de su bancada votando a favor de la propuesta, pero aún está por ver si no encontrarán los mismos escollos que en ocasiones anteriores.