La Iglesia católica bielorrusa condena las acciones de los efectivos antidisturbios
La Nobel de literatura Svetlana Alexiévich pide la mediación internacional para lograr una salida pacífica a la crisis
Minsk/(EFE).- La Iglesia católica bielorrusa condenó y exigió este jueves investigar las acciones "inadecuadas e ilegales" de los efectivos de la policía antidisturbios que anoche bloquearon las entradas de la Iglesia de los Santos Simón y Elena con manifestantes dentro, cuando disolvían una protesta opositora en el centro de Minsk.
"Las acciones inadecuadas e ilegales que tuvieron lugar en el territorio de la Iglesia de los Santos Simón y Elena deben ser investigados y los culpables, recibir el castigo que contempla la ley bielorrusa", exigió el arzobispo de Minsk y Moguiliov, Tadeusz Kondrusiewicz, en una declaración difundida por el arzobizpado.
Según el prelado, que actualmente se encuentra en el extranjero, semejante actuación de las fuerzas policiales "no ayuda a rebajar la tensión para el pronto restablecimiento de la paz y la concordia en sociedad bielorrusa".
"La Iglesia católica hace un llamamiento a la concordia y al diálogo a fin de solucionar este conflicto socio-político sin precedentes en nuestro el país", añadió Kondrusiewicz.
Recordó que de acuerdo con la Constitución de Bielorrusia "los fieles tienen derecho a orar, a entrar y salir de las iglesias", por lo que el bloqueo de un templo es una "violación grosera de los derechos los creyentes y de la libertad de culto".
El miércoles por la noche las fuerzas antidisturbios disolvieron un mitin de protesta en la Plaza de la Libertad y parte de los manifestantes fue bloqueada por la policía en el interior de la Iglesia de los Santos Simón y Elena, conocida también como la "Iglesia Roja" por el color de sus ladrillos.
Desde las elecciones presidenciales del 9 agosto, que según los datos oficiales ganó el actual mandatario, Alexandr Lukashenko, en el poder desde 1994, con el 80,1% de los votos, resultados denunciados como fraudulentos por la oposición, Bielorrusia es escenario de la mayor ola de protestas de su historia.
La Nobel de literatura Svetlana Alexiévich, miembro dirigente del consejo coordinador opositor en Bielorrusia, pidió este miércoles la mediación internacional para lograr una salida pacífica a la crisis
La Nobel de literatura Svetlana Alexiévich, miembro dirigente del consejo coordinador opositor en Bielorrusia, pidió este miércoles la mediación internacional para lograr una salida pacífica a la crisis.
"Necesitamos la ayuda del mundo y, puede ser, que de Rusia, para superar la crisis. Puede ser que el mundo nos ayude para que Lukashenko comience a hablar con nosotros. Es necesario que empiece a hablar con el pueblo", dijo Alexiévich a la prensa antes de entrar a declarar ante el Comité de Instrucción en Minsk.
Alexiévich, enemiga acérrima de Lukashenko, al que considera un estalinista recalcitrante, fue citada como testigo en el caso penal abierto contra el llamado Consejo coordinador opositor para el traspaso de poder.
Aunque apenas se le ha visto en público en las protestas o en las reuniones del Consejo, la escritora es una de las referentes morales de la protesta, ya que siempre se ha mostrado muy crítica en sus libros con las tendencias autoritarias en el espacio postsoviético.
Como muchos otros analistas, Alexiévich considera que la respuesta al acertijo bielorruso está en Moscú, el principal aliado político y socio comercial de Minsk.
"La ayuda del mundo es muy importante para nosotros, pero no lo lograremos sin (el presidente ruso, Vladímir) Putin. Ahora (Lukashenko) habla solo con Putin, pero puede ser que Putin nos ayude", apuntó la escritora.
Cuando los opositores bielorrusos hablan de mediación se refieren, en realidad, a la necesidad de que la comunidad internacional presione a Lukashenko para que reconozca al Consejo opositor como un interlocutor válido.
"La Unión Europa reconoce al Consejo coordinador y su papel como plataforma de diálogo entre la sociedad y las autoridades", comentó hoy a Efe Pável Latushko, exministro de Cultura y miembro del presidium del Consejo.
El problema es que el Kremlin considera que el Consejo está en contra de Rusia, mientras Europa reconoció hoy otra vez que Lukashenko no les coge el teléfono ni a la canciller alemana, Angela Merkel, ni al presidente francés, Emmanuel Macron.
En cuanto a la citación, Alexiévich negó, como dice Lukashenko, que el órgano creado por la oposición sea una suerte de gobierno paralelo que busque tomar el poder por la fuerza.
"Nuestro objetivo es ayudar a superar la crisis política y no organizar un golpe de Estado. Es un error pensar que tras las protestas hay 60 personas", dijo.
La literata, de 72 años, fue recibida a la puerta del edificio judicial por medio centenar de personas, entre reporteros y partidarios de la oposición, que le dedicaron aplausos.
"Cada uno de nosotros está a día de hoy orgulloso de su pueblo. Debemos hablar y discutir, reconocer que somos diferentes, pero buscar vías pacíficas de solución de la crisis a través del diálogo", subrayó.
"Si nos siguen dividiendo así, nos veremos abocados a una guerra civil", señaló la Nobel
Antes de declarar, una sonriente Alexiévich insistió en que no se consideraba culpable de nada.
"Si nos siguen dividiendo así, nos veremos abocados a una guerra civil", señaló la Nobel, que llegó acompañada de otros dos dirigentes del Consejo opositor, María Kolésnikova y el antiguo ministro de Cultura Pável Latushko.
Al salir del edificio, la escritora reconoció que había ejercido su derecho a no declarar y también se negó a firmar un documento en el que se comprometía a no divulgar el contenido de su declaración.
"No considero que estemos haciendo algo ilegal", subrayó.
Alexiévich, autora de libros como Voces de Chernóbil o Los muchachos de zinc, escritos todos en ruso, no acostumbra a meterse en política, pero apoyó desde un principio las protestas antigubernamentales que estallaron tras las elecciones presidenciales del 9 de agosto.
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