Una nueva Siria de "unidad y tolerancia" en la mezquita de los Omeyas de Damasco
EE UU acusa al antiguo jefe de una prisión siria que reside en Carolina del Sur de graves torturas a opositores de Al Asad
Damasco / Nueva York/Una "nueva Siria" para todos, libre y plena de "dignidad, tolerancia y reconciliación" surgió este viernes -al menos en el discurso político- en la antigua y sagrada mezquita de los Omeyas de Damasco, donde miles de personas escucharon el primer sermón, conciliador y moderado, tras la caída del régimen de Bashar al Asad.
El encargado de poner palabras al acto fue el primer ministro interino, Mohamed Al Bashir, que desde la tribuna en una abarrotada mezquita pidió a sus conciudadanos ayudar en la construcción del nuevo Estado sirio, que será responsabilidad de "todos".
"Población de la Siria libre, la victoria es una gran responsabilidad y es una responsabilidad para todos nosotros. La construcción del Estado es una responsabilidad de todos nosotros", sentenció Al Bashir ante un público heterogéneo de mujeres, ancianos, jóvenes muyahidines armados hasta los dientes, periodistas extranjeros y damascenos conscientes de estar participando en un evento histórico.
El sermón no estaba anunciado, pero se sospechaba que hablarían el primer ministro o el líder insurgente islamista Ahmed al Charaa, conocido por el nombre de guerra Abu Mohamed al Jolani, que al frente del Organismo para la Liberación del Levante (HTS, en árabe), vinculado en su origen a Al Qaeda y aliado a facciones proturcas, derrocó al Gobierno de más de 50 años de la familia Al Asad.
"El camino hacia la reconstrucción de Siria, país de la civilización, la dignidad y la libertad, y hacia el futuro solo puede hacerse a través de la tolerancia y la reconciliación"
"El camino hacia la reconstrucción de Siria, país de la civilización, la dignidad y la libertad, y hacia el futuro solo puede hacerse a través de la tolerancia y la reconciliación", afirmó Al Bashir, en su primer discurso público desde que asumió hace tres días.
En el patio de la milenaria mezquita convivieron en la práctica esos buenos deseos antes del sermón, donde pudo verse una mezcla de personajes impensable hace tan solo 15 días.
Ahmed Gazal, recitador del Corán de la mezquita dijo a EFE que el sermón de este viernes era "una gran alegría para el pueblo y una victoria para la nación".
Siguiendo lo dicho por Al Bashir, añadió que lo que se espera ahora es que ya haya, "ojalá, unidad y hermandad entre el pueblo sirio".
"La unión es la fuerza, no hay duda. Ojalá toda Siria esté unida y reconstruyamos el país de una vez", dijo a la salida del sermón Fayza Mohamed Qader, una anciana que acudió a la mezquita con su nieta, hija y yerno, evidentemente felices de asistir a este momento y dichosos de poder hablar "con tantos extranjeros".
Qader pidió que la nueva Siria sea "como una boda, donde todas las sectas estén juntas y los desaparecidos vuelvan a sus casas"
Con traje de combate, y un excelente inglés, el periodista turco-alemán Abdussamed Dagül, "residente en Idlib en los últimos 14 años" explicó a EFE que el nuevo Gobierno "cumplirá su palabra", pues sabe que el problema de Siria fue la "división y la represión".
"El Gobierno de Salvación tiene experiencia en esto en Idlib. Saben lo que se juegan", añadió. A su lado, jóvenes armados y enmascarados hablaban alemán y departían también con los periodistas en inglés:"¿Seguimos siendo terroristas en Europa? Pronto ya verán que no".
Había más buena voluntad en Damasco que en el resto de Siria, donde la violencia continuó en la zona noreste entre las milicias kurdosirias y las proturcas aliadas del HTS en el entorno de Manbech, donde los primeros anunciaron haber frustrado dos grandes ataques contra la presa Tishrín y el puente Qereqozaqe.
Había más buena voluntad en Damasco que en el resto de Siria, donde la violencia continuó en la zona noreste entre las milicias kurdosirias y las proturcas aliadas del HTS
Estos choques continuaban en esa zona pese al anuncio de un alto el fuego en Manbech mediado por Estados Unidos.
De hecho, la autoproclamada Administración Autónoma del Norte y Este de Siria (AANES, en inglés), liderada por los kurdosirios, anunció hoy mismo estar preparando un proceso de diálogo con los insurgentes que derrocaron al régimen de Al Asad para "unificar mecanismos" en el país.
Mientras, Israel volvió a bombardear almacenes de armas y posiciones pertenecientes al Ejército del depuesto presidente para desmantelar su antigua infraestructura militar, como informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. La intención es evitar que esta infraestructura y armamento caiga en manos de los insurgentes que lo derrocaron.
Además, Israel anunció que sus tropas se mantendrán durante los meses de invierno sus posiciones en el lado sirio del monte Hermón, en la zona desmilitarizada de los Altos del Golán.
Este jueves, el Departamento de Justicia de Estados Unidos informó de que un gran jurado ha acusado a un residente del país que dirigió hace años la prisión central de Damasco (Siria) de ordenar torturas a prisioneros opositores del régimen de Bashar Al Asad.
Samir Ousman Alsheikh, de 72 años y residente de Carolina del Sur, dirigió la prisión de Adra entre 2005 y 2008, tiempo en el que a veces incluso se involucró personalmente en infligir torturas físicas y psicológicas a prisioneros, muchos de ellos disidentes políticos.
Según un comunicado, Alsheikh ordenó llevar a prisioneros al "ala de castigo", donde recibían palizas estando suspendidos del techo con los brazos extendidos y se les sometía a una tortura en la que un aparato doblaba sus cuerpos en dos por la cintura, a veces rompiéndoles la columna.
Según un comunicado, Alsheikh ordenó llevar a prisioneros al "ala de castigo", donde recibían palizas estando suspendidos del techo con los brazos extendidos
El fiscal Martin Estrada del Distrito central de California, que lleva el caso después de que el hombre fuera arrestado en su jurisdicción en julio, calificó las alegaciones de "escalofriantes" y aseguró que EE UU "no será un refugio para los acusados de cometer atrocidades en el extranjero".
El acusado lideró las torturas en la prisión de Adra "para frenar la oposición al régimen" de Al Asad y, tras emigrar a EE UU en 2020, mintió a las autoridades sobre sus violaciones de derechos humanos para obtener un permiso de trabajo permanente y posteriormente solicitar la ciudadanía.
El individuo tuvo varios cargos en la Policía de Siria y en el aparato de seguridad nacional, estuvo asociado con el partido Ba'ath gobernante en el país y fue nombrado gobernador de la provincia de Deir Ez-Aour por Al Asad en 2011, indica la nota.
Inicialmente, Alsheikh fue acusado en agosto de fraude en la obtención del visado y en el intento de naturalizarse, pero su caso fue enviado a un gran jurado de Los Angeles (California), que ayer sumó cuatro cargos más: tres de tortura y uno de conspiración para cometer tortura.
Si es condenado, afronta penas máximas de 20 años de prisión por cada uno de los tres cargos de tortura, otros 20 por conspirar para ello y otros 10 por cada cargo de fraude migratorio; la sentencia depende de un juez.